La muerte natural es pura luz es toda verdad
Osho en este escrito explica como la muerte natural es pura luz es toda verdad. Al arte de la vida se le puede llamar el arte de la muerte. Son lo mismo.
OSHO
LA MUERTE NATURAL
¿Qué es la muerte natural?
Es una pregunta muy significativa, pero tiene muchas implicaciones posibles. La más simple y obvia es que el hombre muera sin que haya una causa; simplemente se hace cada vez más viejo y pasa de la vejez a la muerte sin que medie ninguna enfermedad. La muerte es simplemente la vejez última y definitiva: todo tu cuerpo, tu mente, dejan de funcionar. Éste es el significado obvio y ordinario de la muerte natural.
Pero para mí, la muerte natural tiene un significado mucho más profundo: uno tiene que vivir una vida natural para tener una muerte natural. La muerte natural es la culminación de una vida vivida de manera natural, sin inhibición, sin represión; como viven los animales, como viven los pájaros, como viven los árboles, sin división...; una vida desapegada, permitiendo que la naturaleza fluya a través de ti sin poner obstrucción por tu parte, como si estuvieras ausente y la vida se moviera por su cuenta.
En lugar de vivir la vida, la vida te vive a ti, tu eres secundario; entonces la culminación será una muerte natural irradiando luz. Según mi definición, solo una persona despierta puede morir de manera natural; en los demás casos, las muertes no son naturales porque las vidas tampoco los son.
¿Cómo puedes llegar a una muerte natural viviendo una vida no natural?
La muerte reflejará la culminación última, el crescendo de toda tu vida. Es todo lo que has vivido de manera condensada. Muy poca gente ha muerto de manera natural en el mundo porque muy poca gente ha vivido de manera natural. Nuestro condicionamiento no nos permite ser naturales.
Nuestros condicionamientos, desde el principio, nos enseñan que tenemos que ser algo más que la naturaleza, ser solo natural es ser animal; tenemos que ser sobrenaturales. Y parece muy lógico. Todas las religiones nos lo han estado enseñando -ser humano significa estar por encima de la naturaleza- y han convencido a los seres humanos durante siglos de que tenían que elevarse por encima de la naturaleza.
Nadie ha tenido éxito cuando ha intentado ponerse por encima de la naturaleza. Todo lo que han conseguido es destruir su belleza natural y espontánea, su inocencia.
El hombre no necesita trascender la naturaleza. Yo os digo que el hombre tiene que desplegar, completar, su naturaleza, lo que no puede hacer ningún animal. Esa es la diferencia.
RELIGIONES CONTRA LO NATURAL
Las religiones han sido astutas, han timado y engañado a la gente.
Crearon la distinción de que los animales son naturales y tú tienes que ser sobrenatural. Ningún animal puede ayunar; no puedes convencer a ningún animal de que ayunar es algo divino. El animal solo sabe que tiene hambre, y no hay ninguna diferencia entre ayunar y tener hambre. No puedes convencer a un animal para que vaya en contra de la naturaleza.
Esto dio una oportunidad a la gente supuestamente religiosa, porque el ser humano al menos tiene la capacidad de luchar contra la naturaleza. Nunca puede salir victorioso, pero puede luchar. Y en la lucha no destruirá la naturaleza, se destruirá a sí mismo.
Así es como el hombre se ha destruido a sí mismo -con toda su alegría, todo su amor, toda su grandeza-, se ha convertido en algo que no es superior a los animales, sino inferior, se mire como se mire. Quizá no hayas pensado nunca en ello, pero ningún animal salvaje es pervertido. Ante la sola idea, todo el mundo animal se moriría de risa. ¡Simplemente es algo estúpido! Pero en el zoo, los animales se vuelven pervertidos por pura necesidad.
El hombre ha convertido todo el mundo en un zoo: millones y millones de personas tienen todo tipo de perversiones. ¿Y quién es responsable? La gente que te enseñó a ir más allá de la naturaleza, a lograr la divinidad sobrenatural.
CONTRA LO NATURAL
Estar contra lo natural no es una evolución.
Mahavira estaba tan apegado a la idea de no violencia que incluso el cultivo de vegetales fue prohibido a sus seguidores, porque si cultivas tendrás que cortar plantas... y las plantas están vivas, eso es violencia.
Sus seguidores procedían en su mayor parte de la casta guerrera, los kshatriyas; él mismo era un rey guerrero. No podían luchar porque luchar es violento, no podían cultivar porque también era violento. No podían ser profesores porque eso era un monopolio de los brahmanes, y para ser brahmán hay que nacer; uno no puede hacerse brahmán por muy sabio que sea. Puede que seas más listo que todos ellos, pero no podrás enseñar en público; ese es su derecho de nacimiento. Así es que no podían ser aceptados por los brahmanes. Tampoco querían convertirse en sudras, intocables, que se dedican a oficios como el de zapatero o basurero.
Lo único, que podían hacer era convertirse en hombres de negocios, todas las demás posibilidades estaban cerradas. Todos los Jainas de la India se hicieron hombres de negocios y ocurrió un fenómeno curioso: toda su violencia...; porque el hecho de no ser soldado, cazador o agricultor no marca la diferencia; sigues siendo la misma persona. Toda su violencia se convirtió en explotación: No podían cortarte la cabeza pero podían chuparte la sangre. Y se hicieron la gente la más rica del país, por la simple razón de que toda su violencia se concentró en una sola cosa, el dinero.
Esto no supuso una evolución. No se hicieron mejores personas. Las enseñanzas de Mahavira sobre la no violencia no les ayudaron a hacerse mejores; ¡se hicieron peores! Son los más codiciosos, los más materialistas, los más preocupados por el dinero; para ellos lo único que hay en el mundo es el dinero, porque todas las demás vías están cerradas. Hablan de dinero, piensan en el dinero, sueñan con el dinero. Y pueden hacer cualquier cosa para acumulado.
OBLIGACIONES CONTRA LA NATURALEZA
No puedes ponerte por encima de la naturaleza.
Cuando algo se hace por obligación, el resultado no suele ser una mejora. No se han hecho compasivos -ser no-violento significa ser amoroso y compasivo-, sino que se han convertido justamente en lo contrario. No son compasivos, no son bondadosos, no son amorosos.
En muchas esferas diferentes, las distintas religiones han intentado hacer del hombre algo por encima de la naturaleza. El resultado, sin excepción, ha sido el fracaso. Naces como un ser natural. No puedes ponerte por encima de ti mismo. Es como intentar elevarte del suelo empujando tus propias piernas hacia arriba. Puede que des un pequeño salto, pero antes o después caerás al suelo, y quizá te hagas alguna fractura. No puedes volar.
Y eso es lo que se ha hecho. La gente ha intentando elevarse por encima de la naturaleza, lo que significa elevarse por encima de sí mismos. No están separados de la naturaleza, pero esa idea les gusta mucho a sus egos: no sois animales, entonces tenéis que estar por encima de la naturaleza; no podéis comportaros como animales. La gente ha intentado que hasta los animales dejen de comportarse como animales; han intentado que estuvieran un poco por encima de la naturaleza.
EL EGO CONTRA LA NATURALEZA
En Inglaterra, en la era Victoriana, se vestía a los perros cuando se les sacaba a pasear. Los perros tenían vestidos para impedirles ser naturales, para impedir que fueran desnudos; lo que es absolutamente adecuado para los animales. Esta gente estaba intentando elevar sus perros un poco por encima del resto de los animales. Te sorprenderá saber que en la Inglaterra de la época Victoriana se cubrían hasta las patas de las sillas por la simple razón de que se llaman patas y las patas deben ir cubiertas. Bertrand Russell, que vivió casi un siglo -una larga vida-, recuerda que en su infancia ver los pies de una mujer era suficiente para excitarse sexualmente. Y los vestidos cubrían los pies para que no pudieran verse.
Se creía; incluso hace un siglo, que las mujeres de la familia real no tenían dos piernas. La realeza tenía que tener algo diferente de la humanidad común y ordinaria, y nadie podía ver -no había ninguna posibilidad de ver- si tenían las piernas separadas.
Pero el ego... los personajes reales no se encargaban de aclararlo: Eso es una tontería, somos tan humanos como vosotros. El ego les impedía aclararlo. Si la gente les ponía en un pedestal, ¿para qué molestarse?; así mantenían su distinción real. Esa era una de las razones por las que la familia real no permitía que sus miembros se casaran con cualquiera, con una persona común, porque podría destaparse todo: Esta gente es tan humana como cualquiera; no tienen nada de real. Mantuvieron esa idea durante siglos.
A mí también me gustaría que fueses distinto de los animales, pero no en el sentido de estar por encima de la naturaleza, no. Puedes entrar más profundamente en la naturaleza, puedes ser más natural que los animales. Ellos no son libres, están en un coma profundo; no pueden hacer nada que no hayan hecho sus antepasados durante miles de años.
SER MÁS NATURAL
Tú puedes ser más natural que el animal.
Puedes ir a las profundidades abismales de la naturaleza, y puedes ir a sus alturas más elevadas, pero de ninguna forma estarás yendo más allá. Te estarás haciendo más natural, más multidimensionalmente natural.
Para mí, el hombre religioso no es el que está por encima de la naturaleza, sino el que es completamente natural, totalmente natural, el que ha explorado la naturaleza en todas sus dimensiones, el que no ha dejado nada sin explorar.
Los animales son prisioneros, tienen un área de ser limitada.
El hombre tiene la capacidad, la inteligencia, la libertad de explorar. Y si has explorado totalmente la naturaleza, has llegado a casa. La naturaleza es tu casa.
Y entonces la muerte es una alegría, una celebración. Entonces mueres sin queja; mueres con profunda gratitud, porque la vida te ha dado tanto, y la muerte es simplemente la culminación de todo lo que has vivido.
Es como la llama de la vela: justo antes de apagarse es cuando más alumbra su luz... el hombre natural, antes de morir, vive su momento más brillante; es todo luz, todo verdad.
Para mí esa es la muerte natural. Pero hay que ganársela; no es algo que se te dé. Se te da la oportunidad, pero tú tienes que explorar, tienes que ganártelo, tienes que merecértelo.
Incluso al ver la muerte de un hombre natural, con solo estar a su lado, de repente te sientes lleno de una extraña alegría. Tus lágrimas no serían de dolor, de tristeza, serían de gratitud y de dicha; porque cuando un hombre muere naturalmente, viviendo su vida plenamente, extiende su ser a toda la naturaleza. Los que están presentes y le son cercanos se sienten bañados por su luz..., una frescura repentina, una brisa, un nueva fragancia y una nueva sensación de que la muerte no es algo malo, no es algo que se deba temer, de que la muerte es algo que se debe ganar, se debe merecer.
Yo os enseño el arte de la vida. Pero también se le puede llamar el arte de la muerte. Ambos son lo mismo.
Osho