Rendición y muerte de la forma egoica

El secreto es no resistirse a las formas egoicas para que ellas mueran. Rendirse a las formas te llevan a una liberación que trae consigo una paz enorme.

ECKHART TOLLE

RENDICIÓN

La rendición te abre a la gran inteligencia que es más vasta que la mente humana.

La roca es masculina; es la mente masculina, es la mente agresiva. El agua es femenina, suave, amorosa; no es agresiva en absoluto. Pero lo no agresivo vence. El agua siempre está dispuesta a rendirse, pero con esa rendición conquista... Ése el método de la mujer. La mujer siempre se rinde y conquista con ello. Y el hombre quiere conquistar y el resultado final no es más que una rendición.

La mayoría de las personas cree que la rendición es un acto difícil, si no imposible. Connota rendirse a Dios, algo que pocos salvo los iluminados, pueden enfrentar. ¿Como podemos identificar si el acto de la rendición ha ocurrido? Estoy haciendo esto por Dios, suena ejemplar, pero una cámara colocada en el ángulo superior de alguna habitación, no podría distinguir entre un acto realizado por Dios y el mismo acto realizado sin pensar en Dios.

Es mucho mas fácil realizar la rendición por ti mismo y dejar que Dios se manifieste si así lo desea.

Rendirse es... La atención plena para tener apreciación de la riqueza de la vida, para abrirte a lo que está frente a ti y No juzgar. Es la ausencia del ego. Es la humildad para ser perceptivo de todas las posibilidades. Es, permitir el amor.

Veamos como el Maestro Eckhart Tolle nos lleva de la mano a la rendición...

EL CAMINO A LA RENDICIÓN

Rendirse a las formas que surgen te lleva a lo sin forma en ti mismo.

Aceptar el momento presente plenamente. En esto radica el camino hacia la paz. Si realmente no hay nada que pueda hacer para cambiar su aquí y ahora, y no puede alejarse de la situación, entonces acéptelo totalmente soltando cualquier resistencia interior. El yo falso e infeliz que adora sentirse desgraciado, resentido o compadecerse de sí mismo no puede sobrevivir entonces. A eso se le llama rendición. La rendición no es debilidad. Hay gran fortaleza en ella. Solo una persona rendida tiene poder espiritual. Por medio de la rendición, usted será libre interiormente de la situación. Puede que descubra entonces que la situación cambia sin ningún esfuerzo de su parte. En cualquier caso, usted es libre.

CONCIENCIA PLANETARIA

El anhelo por lo que es verdadero, duradero y confiable.

Es quizás más accesible ahora que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad. La transformación de la conciencia hasta hace poco ha sido un lujo en el planeta. Unos pocos individuos aquí y allá experimentaron la transformación, pero nunca a gran escala. No era necesario para el planeta la rendición egoica. Ni la supervivencia de la humanidad ni del planeta estaba amenazada antes de ahora, aunque ya existía la locura o la locura o demencia inherente en la mente humana —y a la cual me refiero como la mente pensante, no a la conciencia más profunda. Esta locura ha seguido adelante durante mucho tiempo, pero nunca había amenazado la supervivencia de la humanidad.

Ha sido solo cuando han llegado la ciencia y la tecnología que esta amenaza ha comenzado. Las herramientas de la ciencia y la tecnología amplifican los efectos de la locura de la mente egoica. Así que la supervivencia del planeta comenzó a ser amenazada, y con ella la supervivencia de la humanidad. El planeta no sobrevivirá otros cien años en el mismo estado de conciencia que ha producido los efectos externos de la historia reciente. Imagine el siglo XXI como una continuación de la destrucción y la violencia que hemos visto. Ya no es una cuestión de lujo de unos cuantos individuos que mediante su rendición han sido liberados aquí y allá. Se ha convertido en una necesidad. La humanidad como especie debe cambiar dramática y radicalmente o nuestra supervivencia está en peligro.

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA

Optimismo sobre el despertar de la conciencia.

Las cosas son a la vez cada vez mejores y cada vez peores. La locura se está acelerando, pero una aceleración de la nueva conciencia también se está produciendo. Sin embargo, este último hecho es menos evidente cuando se escuchan los medios de comunicación. Los medios de comunicación todavía reflejan principalmente lo que ocurre en la esfera de la vieja conciencia.

LA ILUMINACIÓN Y EL SUFRIMIENTO

La intensificación del sufrimiento a veces pueden catalizar la iluminación.

Mucha gente sabe esto de sus propias vidas, sobre todo si han pasado por un intenso sufrimiento o gran pérdida, o han enfrentado la muerte de una manera u otra, ya sea su propia muerte física, la muerte psicológica, o la muerte de alguien muy cercano a ellos. Alguna forma de sufrimiento a menudo provoca una alerta y un estado de rendición. Se puede decir que agrieta la cáscara de la mente egoica con la que muchas personas se identifican como el yo. La vida agrieta esa cáscara, y una vez que la grieta está ahí, entonces somos alcanzados más fácilmente por la enseñanza espiritual. Estamos de repente abiertos a ella, porque alcanza a los niveles más profundos de nuestro ser. Algo desde dentro —no desde nuestra mente condicionada, sino desde el nivel más profundo de la conciencia incondicionada— responde inmediatamente. A menudo, todo lo que se necesita para evocar esta respuesta es escuchar una declaración de la Verdad y de inmediato hay una respuesta. Puesto que todos llevamos la Verdad dentro de nosotros como nuestra esencia, la reconocemos inmediatamente.

LA ILUMINACIÓN Y LA MUERTE

Los acontecimientos terribles tienen el potencial de aportar una mayor iluminación.

Sí, así es. Especialmente para aquellos de nosotros que vivimos en la cultura occidental, la muerte, en gran medida sigue siendo un tema tabú. Es considerada como algo terrible que no debería suceder. Por lo general es negada. No se afronta el hecho de la muerte. De lo que no nos damos cuenta en la cultura occidental es que la muerte tiene una dimensión redentora y una clara invitación a la rendición. Pero hay otra cara de la muerte. Ya sea que la muerte ocurra a través de un acto de violencia a un gran número de personas o a un individuo, o si la muerte viene prematuramente por una enfermedad o accidente, o si llega por la vejez, la muerte es siempre una apertura. Por lo tanto una gran oportunidad llega cuando nos enfrentamos a la muerte.

¿Por qué es la muerte una oportunidad?

La muerte significa que una forma de vida se disuelve o que la posibilidad inminente de disolución existe, sea a través de nuestra propia muerte o por enfermedad o vejez. Cuando alguien muere a las viejas ideas, hay una muerte psicológica. Las formas de pensamiento con las que uno se había identificado como el yo —una identidad egoica— de repente se derrumban, hay una rendición. Al afrontar la muerte, especialmente la muerte violenta, las cosas ya no tienen sentido. Así que la muerte es la disolución de cualquier forma física o psicológica. Y cuando una forma se disuelve, siempre hay algo que brilla a través de eso que había sido oscurecido por la forma. Esta es la Vida Una sin forma, la conciencia sin forma. La muerte es el momento de la disolución de la forma. Cuando esa disolución no se resiste, una apertura aparece en la dimensión de lo sagrado, en la Vida Una sin forma, inmanifestada. Por eso la muerte es una oportunidad increíble. No hay una transformación de la conciencia humana sin la disolución que trae la muerte.

¿Cómo me ocurrió la experiencia de la muerte?

Yo estaba profundamente identificado con una entidad egoica muy infeliz, que creía que era yo. Durante años viví en la depresión y la ansiedad continua. Una noche ya no podía soportarlo más. Una idea me vino a la mente: Yo no puedo vivir conmigo mismo por más tiempo. Entonces me di cuenta que mi pensamiento contenía un sujeto y un objeto: Yo y yo mismo. Me aparté de la idea y me pregunté: ¿Quién es el yo con el que no puedo vivir? Debe haber dos aquí.

¿Quién soy yo y quién es el yo con el que es imposible vivir? En ese momento, me rendí, esa sensación de un yo mental se derrumbó. Lo que quedó fue Yo —no la forma yo, no la historia basada en el yo, la historia mental de mí— sino una sensación más profunda de ser, de presencia. Yo morí esa noche psicológicamente. La entidad mental murió. Me veía a mi mismo como conciencia pura, antes de la forma, antes de ser algo, antes de ser un pensamiento, antes de ser una forma de vida: la Vida Una, la conciencia. Una que es anterior a la identidad egoica. Luego vino una paz enorme.

Esta es la naturaleza redentora de la muerte. A través de la muerte te encuentras a ti mismo, porque ya no te identificas con la forma. Te das cuenta de que no eres la forma con la que te habías identificado —ni la forma física ni la psicológica del yo. Esta forma desaparece. Se disuelve y quien tú eres más allá de la forma emerge a través de la apertura donde esa forma era. Casi podría decirse que toda forma de vida oculta a Dios.

CONSCIENCIA DE LA ESENCIA PURA

Consciencia de la esencia pura mientras se está todavía en forma física.

Se hace no relacionando ya más las formas exteriores a través de la mente etiquetadora, sino a través de un sentido interno de quietud. Tus percepciones sensoriales ocurren dentro de ese campo de quietud, que es conciencia pura. De repente todo el mundo se percibe como muy tranquilo, ya que cuando percibes otras formas de vida a partir de ese nivel más profundo —cuando no están siendo inmediatamente etiquetadas por la mente— entonces ves brillar a través de cada forma de vida la esencia sin forma. Es una cosa maravillosa percibir el mundo e interactuar con él y con otras personas y la naturaleza desde ese lugar profundo de quietud absoluta, donde la compulsión de etiquetar inmediatamente e interpretar todo lo que surge a tu alrededor ya no está ahí.

Puedes relacionarte a un nivel mucho más profundo de presencia. Te ves en cada forma con el reconocimiento de que su esencia es una con tu esencia. La forma se ve, pero también ves a través de ella y lo que encuentras en el centro de cada forma, ya sea una flor o un ser humano, es la esencia de la Vida Una, la Conciencia Una, el Ser. Ese es el significado más profundo del amor. Es el reconocimiento de ti mismo en todas las formas que te encuentras, la rendición te libera de estar atrapado en identidad ilusoria con alguna forma.

LA NO RESISTENCIA INTERNA

La no resistencia se logra solo después de la muerte de la forma.

Hay dos maneras. Una es a través del sufrimiento. El sufrimiento surge a través de la resistencia a la mismidad de lo que es. Ese es el núcleo del sufrimiento humano —resistirse internamente a la seidad de este momento. La pérdida entra en tu vida —una pérdida que supone la muerte de una forma u otra. Alguien cercano a ti muere, o se produce una enfermedad y no te queda mucho tiempo de vida, o eres parte de algún desastre colectivo. Pierdes tu casa, tu sentido de pertenencia e identidad. La pérdida de alguna forma viene a tu vida, y te resistes a lo que es porque tu situación parece inaceptable. Eso aumenta el sufrimiento, que luego se vuelve tan agudo que no puedes soportarlo.

Entonces algo sucede dentro de ti. De repente, la resistencia interna a lo que es, desaparece. Hemos recibido relatos de personas en las peores situaciones posibles —en campos de concentración, campos de prisioneros, a la espera de ejecución, o una enfermedad fatal con solo unos pocos días de vida. En el rostro de sufrimiento tan enorme, de repente toda resistencia a la mismidad de este momento es abandonada, y con ella, la identidad egoica, que vive en y a través de la resistencia. De repente, la reactividad es abandonada. No reaccionas; aceptas. Te rindes. A través del sufrimiento la vida te lleva a un punto de rendición, y cuando la rendición ocurre, trae consigo la muerte psicológica del yo, que no pueden vivir en la rendición.

El yo depende para su supervivencia de la no rendición. Así que la vida te empuja a rendirte a través del sufrimiento, a través de enfrentar la muerte de una forma u otra, y con la rendición viene una profunda paz interior. Eso me pasó a mí, y he leído y escuchado muchos relatos de otras personas a quienes les ocurrió un cambio similar. El sufrimiento, el sufrimiento especialmente agudo, es siempre una gran oportunidad. Contiene el potencial para la liberación.

La otra manera de optener la no resistencia interna.

Muchos humanos ahora están optando por la no resistencia a lo que es en lugar de ser empujados a ella por la vida. Estas personas suelen ser receptivas a la enseñanza espiritual —no es que la necesiten mucho. Sólo tienen que escuchar la frase Diga sí a todo lo que surja en el ámbito del ahora, y reconocen su verdad de inmediato. Ellos ven la sabiduría de acoger todo lo que surge en este mundo en vez de resistirse o negarlo internamente. La mayoría de los seres humanos viven en la forma de pensar de que este momento es solo importante porque les lleva al siguiente momento.

Se están perdiendo la plenitud de la vida, que solo puede ser ahora, porque esto es todo lo que hay. Pero el camino de la no resistencia se está imponiendo más ahora porque la humanidad ya ha pasado por un enorme sufrimiento, la mayor parte producido a través de la locura de la mente egoica evidente en la historia del siglo XX —y los recientes acontecimientos no son más que otro capítulo en esa historia loca. Así que hay dos maneras de rendirse. Una nos impulsa totalmente a rendirnos a través de un sufrimiento extremo, y la otra es optar por la rendición en lugar de tener que ser empujado hacia ella a través del sufrimiento atroz.

EL SUFRIMIENTO

El sufrimiento puede ser eliminado.

El mensaje de toda enseñanza espiritual es que no se necesita sufrir más. Ya se ha sufrido lo suficiente para llevarle a uno a este punto en el que oyes las palabras: Ya no necesitas sufrir más, y las entiendes. Reconoces su verdad y luego ves que tienes una opción —que puedes rendirte a la mismidad del ahora, lo que significa que en cada momento se abandona la resistencia y si todavía surge, la reconoces. El reconocimiento es ya el principio de la libertad. Una vez que reconoces el no a lo que es y la contracción emocional o física que trae consigo ese no y observas los juicios mentales que son parte del no, entonces eres libre para decir sí a lo que es.

La gente cree que cuando dicen sí a este momento, las cosas no cambiarán nunca más. Tienen miedo de que si aceptan lo que es, cualquiera que sea la forma que tome este momento, van a ser atrapados para siempre en este momento que no les gusta: este trabajo o relación o lo que sea en la que se encuentran que no les gusta. Pero esto no es cierto. Es la resistencia lo que te mantiene atrapado. La rendición te abre de inmediato a la gran inteligencia que es más vasta que la mente humana, y puede entonces expresarse a través de ti. Así que a través de la rendición o entrega a menudo encuentras que las circunstancias cambian.

LA RENDICIÓN Y EL PERDÓN

¿La rendición incluye el perdón de las acciones que han herido a otros?

Sí. Uno puede haber hecho cosas a alguien en el pasado que hoy no haría, porque ahora hay una mayor conciencia en ti de la que había entonces. A medida que creces en conciencia disminuyes en condicionamiento inconsciente e identificación con la mente condicionada, que es la inconsciencia humana. Luego puedes ver cuánto sufrimiento han causado los seres humanos sobre otros seres humanos, porque estaban gobernados por la identidad egoica. Fabricar una identidad para sí mismo por haber causado sufrimiento es otro intento del ego de aferrarse a un sentido del yo. Al ego no le importa si su sentido del yo es agradable o desagradable, siempre y cuando tenga un sentido de sí mismo. Así que la culpa es una cosa favorita para el ego a la que agarrarse. Lo que dice la culpa es Hice mal —era yo, mi error.

La verdad es que fue una manifestación de la inconsciencia humana. Fabricar un yo a partir de esa manifestación de inconsciencia humana es el ego, y es también inconsciencia. Cada vez que fabricas un yo para los demás estás atrapado de nuevo. Esta idea está bellamente contenida en las palabras de Jesús en la cruz cuando dijo: Perdónalos, porque no saben lo que hacen. Ellos son solo manifestaciones de la inconsciencia humana. No han despertado todavía. Pero ellos sufrirán. Debido a que son manifestaciones de la inconsciencia humana, esas entidades sufrirán.

LA PRESENCIA Y EL PASADO

Es necesario sanar el pasado, para despertar.

Lo único que puede liberarte del pasado es la presencia. Si llevas contigo, como todo ser humano, condicionamiento del pasado, ya sea personal o colectivo, cuando surge más presencia, eres capaz de observar lo que tu mente está haciendo. Eres capaz de observar y ser testigo de tus reacciones en varias situaciones. Estas reacciones son el pasado en ti. A medida que continúas estando en el momento presente y eres testigo de tus reacciones, los retos son más fáciles. Se resuelven muy rápidamente. No se convierten en problemas. Porque cuando no te enfrentas al reto total y completamente en el ahora se convierte en un problema. El ego necesita enemigos, y el enemigo favorito de la entidad egoica es el momento presente.

Cómo permanecer en el momento presente:

  1. Habitar en el cuerpo. Sentir la vitalidad que está en el cuerpo. Esto aparta tu atención del pensamiento. La práctica de movimientos físicos, tales como Tai Chi, ayuda. Sentir el cuerpo se convierte en un ancla para estar presente en el ahora.
  2. Haz que tu práctica sea acoger este momento, no importa la forma que tome. Di sí a todo lo que es ahora. Hay solo un único momento, pero diferentes formas del mismo. El secreto es no resistirse a estas formas. Rendirse a las formas que surgen te lleva a lo sin forma en ti mismo. Entonces sentirás una espaciosidad alrededor no importa lo que suceda en tu vida. Las personas, acontecimientos, situaciones, objetos... vienen y van. Estar en este momento, en el ahora, te libera de la forma, del mundo. Esta liberación trae consigo una paz enorme.

La rendición se vuelve mucho más fácil cuando te das cuenta de la naturaleza efímera de todas las experiencias.

Eckhart Tolle