Realidad y felicidad sin miedo y apego
Si no agarras ningún concepto o ideología, te será fácil descubrir el amor, la verdad y la realidad, que es la voluntad de Dios escrita en la vida.
ANTHONY DE MELLO
REFLEXIONES DE ANTHONY DE MELLO
Serás esclavo de las cosas de las que no eres consciente.
Te despertarás a base de cuestionarte cada creencia tuya y todas las que te vengan del exterior. Si no te agarras a ningún concepto, cosa o ideología, te será fácil descubrir en seguida dónde está la verdad y la realidad, que es la voluntad de Dios escrita en la vida. Pero hay quien no está dispuesto a hacerlo. ¡Convence al capitalista de que cuestione su capital!. ¡O al político sus ideas cerradas!. Están demasiado apegados a sus razones materiales.
La palabra no describe la realidad, sino que la indica. La realidad no puede expresarse en su profundidad y sus matices, porque la palabra no es capaz de contenerla. Y, por ello, los místicos aseguran que es imposible expresar la realidad de Dios.
Veamos algunos pensamientos liberadores de Anthony de Mello...
EL APEGO Y SUFRIMIENTO
Hay un deseo común, que es el cumplimiento de lo que se cree que va a dar felicidad al yo, al ego. Ese deseo es apego, porque ponemos en él la seguridad, la certeza de la felicidad. Es el miedo el que nos hace desear agarrar con las manos la felicidad, y ella no se deja agarrar. Ella es. Esto solo lo descubrimos observando, bien despiertos, viendo cuándo nos mueven los miedos y cuándo nuestras motivaciones son reales. Si nos aferramos a los deseos, es señal de que hay apego.
El apego habrá perdido la batalla cuando lo descubras, y ya no tendrá el poder que la inconsciencia le daba. Tú mandarás sobre él. La aprobación, el éxito, la alabanza, la valoración, son las drogas con las que nos ha hecho drogadictos la sociedad, y al no tenerlas siempre, el sufrimiento es terrible. El día en que entres de pleno en tu realidad, el día en que ya no te resistas a ver las cosas como son, se te irán deshaciendo tus ceguedades. Puede que aún sigas teniendo deseos y apegos, pero ya no te engañarás.
La base del sufrimiento es el apego, el deseo. En cuanto deseas una cosa compulsivamente y pones todas tus ansias de felicidad en ella, te expones a la desilusión de no conseguirla. El estar despierto y mirar sin engaños no quiere decir que desaparezca tu programación, sino que allí estará, pero la verás claramente, y al apego lo llamarás apego, y a lo que creías amor lo llamarás egoísmo.
No existe necesidad de ser popular. No existe necesidad de ser amado o aceptado. No existe necesidad de estar en posición de relevancia o de ser importante. Éstas no son necesidades humanas básicas. Son deseos que nacen del ego —el yo condicionado—, del mío. Algo profundamente incrustado en ti. Tu yo no tiene interés en estas cosas. Él ya tiene todo lo que necesita para ser feliz. Todo lo que necesitas es concientizarte de tus apegos, de las ilusiones que esas cosas son, y estarás en camino hacia la libertad.
Las cosas son lo que son. No son mías, tuyas o de él. Esto es una mera convención entre nosotros. No has de apegarte a ninguna cosa, ni a ninguna persona, ni aún a tu madre, porque el apego es miedo, y el miedo es un impedimento para amar.
APEGO E INFELICIDAD
La felicidad es tu esencia, tu estado natural y, por ello, cuando algo se interpone, la oscurece, y sufres por miedo a perderla. Te sientes mal, porque ansías aquello que eres. Es el apego a las cosas que crees que te proporcionan felicidad lo que te hace sufrir.
DESEOS Y FELICIDAD
Si buscas ser feliz, procura no perseguir tus deseos, porque ellos no son respuesta para tu vida. Para ser feliz, abandona tus deseos o transfórmalos, entendiendo preferentemente su limitado valor. La realización de los deseos trae alivio y bienestar, no felicidad.
EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA
Para despertarse, el único camino es la observación. El irse observando uno a sí mismo, sus reacciones, sus hábitos y la razón de por qué responde así. Observarse sin críticas, sin justificaciones ni sentido de culpabilidad ni miedo a descubrir la verdad; es conocerse a fondo.
ESPIRITUALIDAD
La espiritualidad es, en verdad, una cuestión de ser quienes somos, de transformarnos en lo que somos, de ver quiénes somos. La espiritualidad es la que intenta solucionarte. Busca solucionar el problema del yo, que es el que está generando los problemas que te llevan al psicólogo y al psiquiatra. La espiritualidad va directamente a la raíz, a rescatar tu yo, el auténtico, que está ahogado por barreras que no lo dejan ser libremente.
LA VIDA ES VALIOSA
La vida es muy importante para ser desperdiciada en el ansia de ser rico, famoso o de buena presencia, popular, bello; o en el pavor de ser pobre, desconocido, ignorado o feo. Estas cosas pierden importancia como si fuesen guijarros alrededor de un diamante fulgurante. Tú, tu verdadero yo, siempre fue y será un diamante. El valor de tu vida es incalculable.
OBSERVACIÓN
Tú no necesitas un libro mágico, un gurú carismático, rituales primitivos. Solo necesitas tus cinco sentidos. Obsérvate a ti mismo, tu cuerpo y tu mente. En ellos encontrarás todo lo necesario, además de los recursos que Dios te dio.
CONCIENCIA Y LIBERTAD
Para liberarte de los prejuicios solo tienes la conciencia. Es la conciencia la que te puede liberar. Siempre serás esclavo de las cosas de las que no eres consciente.
VIVIR AQUÍ Y AHORA
El día en que ustedes paren de correr, llegarán. La idea que la gente tiene de la eternidad es estúpida. Piensa que dura para siempre porque está fuera del tiempo. La vida eterna es ahora, está aquí, y a ti te han confundido hablándote de un futuro que esperas mientras te pierdes la maravilla de la vida que es el ahora. Te pierdes la verdad.
El temor al futuro, o la esperanza en el futuro, es igual, son proyecciones del pasado. Sin proyección no hay futuro, pues no existe lo que no entra en la realidad. Las cosas solo serán cuando deban ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es algo que se pueda forzar ni comprar. Se trata de ver la realidad tal como es.
Lo que la sociedad te enseñó a atesorar no vale nada. Lo que la historia te legó como honor, patria, deber, etc., no vale nada, porque tienes que vivir libremente el ahora, separado de los recuerdos, que están muertos; solo está vivo el presente y lo que tú vas descubriendo en él como real.
SOLTAR EL PASADO
Un pájaro herido no puede volar, pero un pájaro que se apega a una rama de árbol, tampoco. ¡Deja de apegarte al pasado! Dice el proverbio hindú: El agua se purifica fluyendo; el hombre, avanzando. Lo peor y más peligroso del que duerme es creer que está despierto y confundir sus sueños con la realidad.
EL PROBLEMA NO ESTÁ FUERA
No existen dificultades ante las otras personas. La única dificultad está dentro de ti. El problema no son los otros, sino tu forma de reaccionar ante ellos. Descubre por qué reaccionas de determinada manera. Así te volverás capaz de romper con tus ilusiones.
EL FALSO AMOR Y EL EGOÍSMO
Amor es pura gratitud, y nosotros nos ponemos condiciones. Y si nos ponemos condiciones a nosotros mismos, ¿cómo no vamos a ponérselas a los demás? Convertimos eso que llamamos amor en un egoísmo refinado que utilizamos, o para darnos placer, o para evitar sensaciones desagradables, sensaciones de culpabilidad, o miedo al rechazo. Para evitar esto, comerciamos con lo que llamamos amor. Si somos capaces de ver esto y de llamar a las cosas por su propio nombre, ya vemos claro.
RELACIONES
Cámbiate a ti mismo. Cuando cambies, las personas cambiarán. El problema no está del todo en ellas, sino en la forma en que interaccionas con ellas. Sólo el día en que no nos importe lo que piensen de nosotros las personas, comenzaremos a saber amarlas como son y darles la respuesta adecuada.
DECIR NO
Si a veces dices sí por no desilusionar a la gente, eso no es amor, es cobardía. Un gran ejercicio para el amor es saber decir no.
APRENDER DEL DOLOR
Toda mínima partícula de sufrimiento, toda emoción negativa pueden llevarte al entendimiento, claridad, felicidad y libertad si sabes cómo usarlos, si te das tiempo para comprender, como si pudieras verlo.