La paciencia es la llave del paraíso
Sé paciente como el que ara la tierra, siembra, riega, abona y espera. Dios es paciente contigo, no te juzga te acepta como eres y te perdona siempre.
GONZALO GALLO
PACIENCIA PARA SER FELIZ
Un proverbio turco afirma que la paciencia es la llave del paraíso
o sea de la felicidad y la paz interior.
Paciencia es la suma de aceptación y fortaleza que tienes para afrontar los obstáculos y saber esperar. Paciencia es entender con serenidad que el mundo y los demás tienen su propio ritmo. La verdad es que solo eres paciente con los demás cuando eres paciente contigo mismo.
La paciencia es una virtud dorada que crece en el contacto con Dios, la espiritualidad y un estado superior de conciencia. Cuando eres paciente te evitas muchos conflictos, no te alteras o te controlas antes de explotar. Sé paciente como el agricultor que ara la tierra, siembra, riega, abona, poda y sabe esperar. Dios es paciente contigo, no te juzga, te acepta como eres y te perdona siempre.
Ámalo y aprende
Busca una semilla y contémplala absorto cuando sientas que la paciencia se te fue del corazón. Obsérvala, cierra luego los ojos, y visualiza un frondoso árbol al que ella le dará vida. Visualiza el largo y lento proceso que va de esa diminuta semilla hasta un árbol lleno de frutos. Luego ora y pide a Dios esa paciencia que hace verdaderos sabios y te da fuerza para perseverar y estar sereno.
Haz de esta frase un mantra y repítela hasta que se convierta en una ley de vida: Cada día soy más paciente y calmado. Si te lo propones tendrás la paciencia del pescador que arroja la red sin fatigarse hasta que pesca algo. Si así lo quieres serás paciente con tus fallas y más paciente aún con las fallas de los demás.
La paciencia es tu mejor amiga para convivir sin pelear, sin alterarte, es tu aliada para ser feliz.
Siempre puedes superar el desánimo, salir de la impotencia y enfrentar lo que ves como desastroso. Ninguna derrota es duradera si vuelves a creer y afianzas tu esperanza cuando todo se conjura contra ti. La confianza y la paciencia despejan el horizonte; ellas te dan coraje para dominar las dudas y el desaliento. Piensa en los secuestrados o prisioneros que, en su infortunio, pensaron en suicidarse y hoy están al lado de los que aman.
Piensa en los enfermos que hoy caminan y disfrutan, aunque hace años les pronosticaron una muerte próxima. Si te abandonas en las manos del Padre y amas lo que haces, puedes vuelves a sonreír cuando lo positivo estaba en suspenso. Ten fortaleza y aguanta un poco más porque llegarán días de claridad y lo pesado se hará liviano. Confía porque la incertidumbre te aleja de tus sueños.
Recuerda que la confianza y el amor hacen milagros.