Paraíso e infierno
Esos curas envenenadores, siempre te ayudan a que desees. Primero crean el deseo; entonces el infierno viene detrás; luego ellos vienen para salvarte.
OSHO
CREACIÓN DE LA MENTE
¡No existe el paraíso!
El paraíso es una creación de la mente.
¡Y no existe el infierno! También eso es una creación de la mente.
El infierno no es más que la pérdida del paraíso; eso es todo. Primero lo creas, y luego lo echas en falta porque no lo tienes. Y esa gente, esos curas, los envenenadores, siempre te ayudan a que desees. Primero crean el deseo; entonces el infierno viene detrás; luego ellos vienen para salvarte.
Una vez estaba conduciendo por una carretera muy rudimentaria. Era verano y de repente llegué a un tramo de carretera tan enlodado que no podía entender cómo había llegado a estar así. No había llovido. El tramo tenía casi medio kilómetro de largo, pero pensé que no podía ser muy profundo de modo que seguí conduciendo el coche. Me metí en él y entonces me quedé atascado. No solamente había fango; tenía muchos baches. Entonces a que alguien llegara para ayudarme, algún camión.
Un granjero llegó con un camión. Cuando le pedí que me ayudara, quiso cobrarme veinte rupias. De modo que le dije, ¡De acuerdo! Toma tus veinte rupias, pero sácame de aquí. Cuando salí, le dije al granjero, con este precio debes estar trabajando en esto día y noche. El dijo, No, por la noche no, porque entonces he de transportar el agua desde el río hasta esta carretera. ¿Quién te crees que ha puesto ahí todo este lodo? Y luego he de dormir un poquito porque al amanecer empieza el negocio.
Así son los sacerdotes. Primero crean el fango acarreando el agua desde el lejano río. Y luego tú te enfangas y entonces ellos te ayudan. No hay un paraíso y no hay un infierno; ni cielo, ni infierno. Estás siendo explotado y serás explotado a menos que dejes de desear.
La Alegría es luz
Estoy completamente lleno de alegría y aún así, lleno de miedo.
Entrégate con toda tu energía a la alegría, y el miedo desaparecerá. No hagas caso del miedo, no prestes ninguna atención al miedo, porque cuanta más atención le prestes, más perdurará. Viértete totalmente en la dirección de donde está surgiendo la alegría, y el miedo desaparecerá así como desaparece la oscuridad cuando traes luz.
La alegría es luz. Y la alegría es el principio de un gran peregrinaje que termina en el encuentro con la Divinidad. Así que continúa, sin ningún miedo, porque la existencia protege siempre a los que confían en ella. Relájate, entrégate a la existencia y permite que la alegría te abrume. Deja que se convierta en tus alas, de modo que puedas alcanzar las estrellas.
Un corazón alegre está muy cerca de las estrellas.
Solamente el triste y el afligido y el desgraciado van al infierno. Están creando su infierno. El alegre, el cantante, el danzante y el que celebra está creando su paraíso con cada una de sus canciones, con cada una de su danzas.
Está en tus manos crear el paraíso o caer en la oscuridad, en el fuego del infierno. Estos no están fuera de ti; ambos están en tu interior. Todo depende de lo que elijas ser.
Elige ser divino, elige ser cada vez más alguien que celebra, elige ser festivo, para que más y más flores puedan transformarse en tu ser, y más y más fragancia esté a tu alcance.
Y esto no solo te ayudará a ti, ayudará a todos los que entren en contacto contigo. La alegría es tan infecciosa como cualquier enfermedad. Cuando ves algunas personas bailando, de pronto sientes que tus pies están listos. Puedes intentar controlarlos, porque el control te ha sido enseñado, pero tu cuerpo desea unirse a la danza. Siempre que tengas una oportunidad de reír, únete; siempre que tengas una oportunidad de bailar, únete; siempre que tengas una oportunidad de cantar, canta, y un día te darás cuenta de que has creado tu paraíso.
No es que uno vaya al paraíso; el paraíso no está en alguna parte en el cielo; es algo que uno crea a su alrededor.
Es un buen principio. Con todas mis bendiciones, ve más profundo, a pesar de cualquier clase de miedo. Nunca escuches las cosas negativas, porque si las escuchas pueden envenenarte, pueden destruir tu alegría; mantenla pura, impoluta. Y aquí hay gente que bailará contigo, que celebrará, porque has dado el primer paso hacia la existencia.
Y deseo recordarte que el primer paso es casi la mitad del viaje