La iluminación espiritual

El Maestro Vashistha y el vivir desde la esencia

POR: VASHISTHA

Imagen; El Maestro Vashistha y el vivir desde la esencia; Vashistha

VIVIR DESDE LA ESENCIA

A Vashistha nada le interesa fuera de la esencia.

Al estudiar estas palabras es fácil caer en una especie de trance en el que el mundo visible sale volando como una pluma. El efecto no es alentador ni agradable; Vashistha no ofrece consuelo alguno. Nada le interesa fuera de vivir desde la esencia, por lo que es el maestro supremo en cómo ser reales. Llegar a ser reales es también el objetivo de mis enseñanzas, así que he tratado de destilar los consejos de Vashistha sobre cómo vivir si en verdad te interesa despertar de la irrealidad.

Él describe cuatro condiciones para encontrar la realidad:

  1. La Complacencia
  2. Voluntad de investigar
  3. Conciencia de uno mismo
  4. La Fortaleza

Cuatro palabras y frases comunes, un tanto inofensivas. ¿Qué quería decir con ellas este sabio que probablemente conoció la esencia mejor que ninguna otra persona que haya existido?

LA COMPLACENCIA

Logras complacencia si vences la duda y el temor.

La complacencia es la tranquilidad mental. Una persona que vive en la complacencia ese ajena a dudas y miedos. Las dudas nos recuerdan insistentemente que no hay respuesta para el misterio de la vida o que ninguna de ellas es fiable. El temor nos recuerda sin cesar que podemos sufrir algún daño.

Mientras alguna de estas creencias se albergue en tu mente, te resultará imposible encontrar paz en ti. La complacencia debe ganarse en el nivel donde la duda y el temor han sido vencidos.

VOLUNTAD DE INVESTIGAR

Ten la voluntad de investigar hasta revelar lo real.

Para ser real debes cuestionar lo irreal una y otra vez hasta que desaparezca. Este proceso es similar a pelar una fruta. Sí algo que te parecía confiable traiciona tu confianza, debes arrancarlo y decir: No, esto no es real. Si lo siguiente que reclama tu confianza tampoco resulta confiable, asimismo tendrás que arrancarlo. Capa por capa sigues indagando hasta que encuentres algo totalmente confiable, y eso será real.

CONCIENCIA DE UNO MISMO

Si vas a tu interior tendrás conciencia de ti mismo.

Esta cualidad nos indica dónde debemos realizar nuestras indagaciones: no fuera en el mundo material sino en ti mismo. Este vuelco no se completa en una sola acción. Para cada desafío hay siempre dos soluciones, una interna y otra externa. Solo al analizar todas las razones para volcarnos hacia fuera descubrimos porqué, debemos volcarnos hacia dentro.

LA FORTALEZA

La fortaleza interior es resultado de la experiencia.

Como estás vuelto hacia dentro, nadie del exterior puede ayudarte. Esto implica aislamiento y soledad que solo los fuertes pueden aceptar. La fortaleza no es innata; no nacemos fuertes o débiles. La fortaleza interior es resultado de la experiencia. En las primeras etapas en que mires hacia dentro obtendrás un indicio de que puedes llegar a ser real, y con esa fuerza agregada seguirás avanzando. Te volverás más resuelto y seguro. Pondrás a prueba todo lo que encuentres a tu paso hasta que lo sientas seguro. Paso a paso comprobarás que la fortaleza nace de la experiencia. El viaje mismo nos hace fuertes.

LA ESENCIA DE VASHISTHA

Vashistha quiere primordialmente es que vivamos desde la esencia.

Vashistha no menciona casi nada más sobre asuntos cotidianos. No es necesario empezar a vivir de cierto modo —o dejar de vivir de cierto modo— para ser real. La actitud de Vashistha es de aceptación total: le complace dejar que la vida se despliegue. Pues solo mientras invistamos a un objeto de realidad, afirma, durará ese confinamiento; una vez que esa noción se va, con ella se va el confinamiento. En otras palabras, la irrealidad debe desvanecerse por sí sola. Mientras tanto, podemos ser ricos o pobres, felices o infelices, indecisos o seguros, según lo dicte nuestro karma.

Vashistha siente infinita tolerancia porque lo irreal no existe y lo real nunca dejará de existir. Siente infinita tranquilidad porque la conciencia es omnipresente, pura, serena, omnipotente. Sin embargo, no es por estos profundos pensamientos por lo que considero que Vashistha es extraordinario. Su talento está en aguijonearnos con verdades agudas como lanzas: El universo es un largo sueño. El sentido del yo, al igual que la fantasía de que existen más personas, es tan irreal como un sueño.

Cuando imagino a Vashistha, visualizo un día de campo en que todos se han dormido bajo la sombra de una vieja haya. Están agotados por comida, placer y juego. Sólo una persona está sentada, despierta y alerta, esperando a que los demás terminen su siesta. Todos los demás están dormidos.

No hay manera de negar esa verdad. Vashistha sabe que está solo, pero no es pesimista. Su solitaria vigilia no ha debilitado su amor por las demás personas. La esencia es amor. No el amor de la emoción pasajera ni el que liga a una persona, sino el amor por el simple hecho de estar aquí. En comparación, el amor emocional es limitado, incierto, temeroso y está motivado por sueños que nunca se realizan plenamente.

En esencia pura, Vashistha supo que había descubierto el secreto de la felicidad universal, el cual consta de tres partes: libertad de toda limitación, conocimiento completo de la creación e inmortalidad. Vashistha descubrió los tres. El hecho de que esta condición sea posible demuestra la existencia del amor, pues no hay otra cosa digna de desearse. Mientras no se alcancen estas tres cosas, cualquier otro despertar es falso; el universo entero existe en el estado del sueño, en el mantenimiento de una ilusión cósmica.

Ahora conoces esta ilusión en todos sus detalles. Consiste en separación, fragmentación, pérdida de la totalidad. Debe haber un ¡No! definitivo que se rehúse a participar en la ilusión, y Vashistha lo ha pronunciado, fuerte y claro. En lo personal, él es el maestro al que recurro cuando imagino que estoy en problemas. Al leer sus palabras siento que me elevo a su nivel, no completa ni permanentemente, pero con la suficiente validez como para regresar tranquilizado. A veces me gustaría que la CNN dejara de informar sobre crisis interminables por la banda de texto que está en la parte inferior de la pantalla de televisión y transmitiera en su lugar las siguientes palabras para que la gente recuerde qué es real:

Tal vez sea imposible trasladar estos nobles sentimientos a los vaivenes de la vida cotidiana, pero lo que Vashistha quiere primordialmente es que vivamos desde la esencia, y eso sí es factible. El maestro que mencioné antes, Nisargadatta Maharaj, vivió una vida así. Creció en una granja caminando tras un par de bueyes y un arado. Pero la espiritualidad lo intrigaba y se abrió paso hasta un gurú que le dio un consejo: Tú eres el YO SOY nonato e inmortal. Recuerda esto, y si tu mente se desvía de esta verdad, hazla volver. El joven Maharaj no necesitó visitar a más gurúes; encontró su esencia con esa sencilla enseñanza.

El estado de conciencia más exaltado se reduce a darse cuenta de cuan ordinario es en realidad vivir una vida cósmica. Lo hacemos en todo momento. Sólo hace falta ver cómo Vashistha mira alrededor con gran sentido práctico y descubre infinitud en todas partes. Tener sus enseñanzas cerca de la cama es lo más apropiado cuando quieras hacer algo más que dormir:

Para el que sufre, la noche es una eternidad; para el parrandero, un instante. En los sueños, un instante no difiere de una eternidad. Pero para el sabio, cuya conciencia ha superado todas las limitaciones, no existe el día ni la noche. Cuando nos alejamos de las nociones del YO y EL MUNDO encontramos la liberación. Vashistha


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