La esencia creadora en la dimensión de la luz
Nuestra esencia más pura es Luz, es la esencia creadora en la dimensión de la luz. Esa partícula divina que nos da la existencia, es la Luz del Creador.
ELIZABETH GILCHRIST B
HÁGASE LA LUZ
La luz está compuesta por de ondas que vibran a frecuencias específicas.
Del latín lux, la luz es el agente físico que permite que los objetos sean visibles a nuestros ojos. El término también se utiliza para hacer mención a la claridad que irradian los cuerpos y a la corriente eléctrica.
La luz es una forma de energía que ilumina las cosas, las hace visibles y se propaga mediante partículas llamadas fotones, es un campo magnético que vibra y viaja a través del espacio en forma de ondas y se comporta como onda y como partícula (fotón), es una claridad que ilumina la oscuridad, transformándola a su vez en luz.
La luz blanca contiene en sí misma todos los colores, lo que hace que se vea blanca, es su acción vibratoria. Su energía influye en toda la creación y se expresa en todas sus formas. Los colores nacen de la diferenciación de ese gran haz de Luz Cósmica, la Luz de nuestro Creador.
Nuestra conciencia es de la misma naturaleza que la Luz, pulsa enviando señales lumínicas al Universo. Nuestra esencia más pura es Luz, creámoslo o no. Esa partícula divina que nos habita y que nos dio la existencia, es en sí misma Luz del Creador. Guardadas las proporciones, somos co-creadores con Él.
¿Qué creamos?
Cada pensamiento, cada sentimiento, cada acción es un acto creador que genera Luz si vivimos desde el Amor o genera oscuridad si vivimos desde el Temor.
Se dice que Dios crea todo cuanto existe a partir de su Mente. Nosotros, creados a Su Imagen y Semejanza, creamos cuanto nos acontece pues aquello que llegamos a creer es lo que se manifiesta en nuestra vida.
Hemos aprendido que existe una correspondencia entre lo que vivimos y lo que llevamos adentro; que la realidad no es más que un espejo de nuestro interior. Esto significa que si vivimos un caos, sin amor, con problemas económicos, o enfermos, es porque existe una idea o programación que nos lleva a elegir eso, muy probablemente desde la inconsciencia. A veces creemos más en lo que nos dicen los demás que lo que intuimos.
Por estos tiempos la Luz está en constante y verdadero crecimiento en nuestro hermoso planeta azul, permitiéndonos despertar hacia nuevas realidades y reconocer nuestra verdadera identidad Divina.
LA DIMENSIÓN DE LA LUZ
Durante muchos años creí que La Vida es la experiencia de vida que estamos viviendo en esta dimensión dual: sufrimiento, dolor, caos, engaños, crímenes, robos, atracos, mentiras, etc.
Debo admitir que me sentía desilusionada y defraudada: no me gusta lo que estoy viviendo, no puedo creer que esto es la vida, me decía a mí misma en innumerables ocasiones. Y repetía en mi interior: ¡Dios es Amor!, ¡Él no nos creó para esto!
Buscando formas de cambiar el mundo, al menos mi mundo interior y mi entorno, he vivido en una constante búsqueda de nuevas maneras de vivir y convivir para lograr una Paz verdadera y duradera.
Encontré que existen muchas profecías que describen que por estos tiempos que estamos viviendo se dará un gran cambio del caos hacia el orden. Explican que en estos tiempos estamos caminando hacia una extraordinaria experiencia: el cambio de dimensión de nuestro sistema planetario y de nuestra galaxia. Es un cambio hacia la Luz. Esto implica que las bajas frecuencias del temor en las que vivimos se derrumbarán y en su lugar aparecerá resplandeciente la Luz del Amor.
Algunas corrientes filosóficas o religiosas le han dado el nombre de Ascensión o Iluminación a este proceso evolutivo. Yo lo veo clarísimo en la promesa de un nuevo cielo y una nueva tierra, donde El niño pacerá con el León...
En la Dimensión de La Luz podremos comunicarnos con los animales y plantas, con todo ser que tenga vida. En la Dimensión de la Luz reinará La Paz y la Armonía, pues allí solo entrará el Amor. Nuestra alimentación será únicamente de vida, es decir frutas, verduras, nueces y semillas. Aprenderemos cosas que antes no nos era posible comprender.
En la Dimensión de la Luz no habrán fronteras ni divisiones religiosas. Un solo Padre y un único templo: la bóveda celeste. Podremos comunicarnos más fácilmente con el Maestro de Maestros, Jesús, y con la Gran Madre, Madre Universal, María. Tendremos un contacto más directo con los seres que siempre nos han acompañado, los ángeles de la guarda y nos reencontraremos con nuestros seres queridos que han partido.
Recordaremos que somos hermosos seres de Luz, hijos de nuestro Padre, el Creador del Universo y comenzaremos a vivir y a disfrutar la verdadera razón por la cual nos creó: para amar y ser felices, pues todos somos hijos de El Amor!
El cuerpo es el vehículo o traje de un hermoso ser de Luz que lo habita.
Elizabeth Gilchrist B