Reflexiones y extractos de Khalil Gibran

Puedes ver a Dios con el alma en estas reflexiones y extractos de Khalil Gibran. No te pierdas está selección de pequeños escritos de este gran poeta.

KHALIL GIBRAN

KHALIL GIBRAN Y EL AMOR

Extracto del libro Jesús el Hijo del Hombre de Khalil Gibran.

Nadie ama. A menos que te vuelvas un Jesús o un Buda no podrás amar, porque solo puede amar alguien cuya necesidad de ser necesitado haya desaparecido. Osho

En el bello libro de Khalil Gibran -Jesús el Hijo del Hombre-, él ha creado una historia ficticia, pero hermosa -y a veces las ficciones son más objetivas que los hechos- María Magdalena mira por la ventana y ve que Jesús está sentado en su jardín bajo un árbol. El hombre es hermoso.

María Magdalena ha conocido muchos hombres, era una prostituta famosa -aun los reyes solían tocarle la puerta- era una de las flores más amadas. Pero ella nunca había conocido un hombre igual -porque un hombre como Jesús lleva una aura invisible en torno a él que le da una belleza de algo del otro mundo, no pertenece a este mundo. Había una luz a su alrededor, una gracia, la manera en que caminaba, la manera en que se sentaba, como si fuera un emperador en la túnica de un mendigo.

Se le veía tan de otro mundo, que Magdalena le pidió a sus sirvientes que fueran y lo invitaran, pero Jesús rehusó. Dijo: Estoy bien aquí. El árbol es hermoso y da mucha sombra. Entonces Magdalena tuvo que ir ella misma y pedirle, requerirle a Jesús. Nunca pudo haber creído que alguien rechazara su pedido. Ella dijo: Entra a mi casa y sé mi huésped.

Jesús dijo: Ya he entrado en tu casa, ya soy un huésped, ahora no hay ninguna otra necesidad. Ella no lo podía entender. Dijo: No, entra y no me rechaces, nunca nadie me ha rechazado. ¿No puedes hacer tan pequeña cosa? Sé mi invitado. Come conmigo hoy día, quédate conmigo esta noche.

Jesús dijo: He aceptado. Y recuerda: aquellos que dicen que te han aceptado, ellos nunca te han aceptado; y aquellos que dicen que te aman, ninguno de ellos jamás te ha amado. Yo te digo, que yo te amo, y que solo yo te puedo amar. Pero él no entró en la casa, descansó, se fue.

¿Qué quiso decir Jesús? Solo yo puedo amarte. Aquellos otros que van diciendo que te aman, ellos no pueden amar, porque el amor no es algo que uno pueda hacer, es una cualidad de tu ser.

En el estado en que estás no puedes amar; en el estado en que estás tu amor es falso. Simplemente muestras que amas para que te amen. El amor ocurre cuando tú has logrado un alma cristalizada, un ser. Con el ego nunca ocurre; el ego quiere ser amado porque eso es una comida que necesita. Amas para que te vuelvas una persona necesaria. Tienes hijos, no porque amas a los niños, sino solo para que seas necesario, solo para que puedas ir y decir: ¡Mira cuántas responsabilidades estoy cumpliendo, qué obligaciones estoy realizando! Soy un padre, soy una madre.... Esto es solo para glorificar tu ego.

Si esta necesidad de ser glorificado desaparece, donde sea que estés viviendo, en la plaza pública o en el mismo centro de la ciudad, te aseguro que la cualidad del amor en tu ser florecerá.

Ahora trata de entender las palabras de Jesús: Bienaventurados son ustedes, solitarios y elegidos, porque encontrarán el reino; y porque vienen de ahí irán de nuevo ahí.

Conocí un segundo nacimiento, cuando mi alma y mi cuerpo se amaron y se casaron. Khalil Gibran

DIOS

Extracto del libro El Loco de Khalil Gibran.

En los días de mi más remota antigüedad, cuando el temblor primero del habla llegó a mis labios, subí a la montaña santa y hablé a Dios, diciéndole:

Amo, soy tu esclavo. Tu oculta voluntades mi ley, y te obedeceré por siempre jamás.

Pero Dios no me contestó, y pasó de largo como una potente borrasca. Y mil años después volví a subir a la montaña santa, y volví a hablar a Dios, diciéndole:

Creador mío, soy tu criatura. Me hiciste de barro, y te debo todo cuanto soy.

Y Dios no contestó; pasó de largo como mil alas en presuroso vuelo. Y mil años después volví a escalar la montaña santa, y hablé a Dios nuevamente, diciéndole:

Padre, soy tu hijo. Tu piedad y tu amor me dieron vida, y mediante el amor y la adoración a ti heredaré tu Reino.

Pero Dios no me contestó; pasó de largo como la niebla que tiende un velo sobre las distantes montañas. Y mil años después volví a escalar la sagrada montaña, y volví a invocar a Dios, diciéndole:

¡Dios mío!, mi supremo anhelo y mi plenitud, soy tu ayer y eres mi mañana. Soy tu raíz en la tierra y tú eres mi flor en el cielo; junto creceremos ante la faz del sol.

Y Dios se inclinó hacia mí, y me susurró al oído dulces palabras. Y como el mar, que abraza al arroyo que corre hasta él, Dios me abrazó. Y cuando bajé a las planicies, y a los valles vi que Dios también estaba allí.

Si deseas conocer a Dios, no te conviertas en descifrador de enigmas. Khalil Gibran

AMIGO MÍO

Extracto del libro El Loco de Khalil Gibran.

Amigo mío... yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje hecho cuidadosamente, que me protege de tus preguntas , y a ti, de mi negligencia.

El yo que hay en mí, amigo mío, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido, inabordable.

No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas en acción.

Cuando dices: El viento sopla hacia el oriente, digo: Sí, siempre sopla hacia el oriente; pues no quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar.

No puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a solas en el mar.

Cuando es de día para ti, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa que oigas ni que veas lo que pasa en mí. Prefiero estar a solas con la noche.

Cuando tú subes a tu Cielo yo desciendo a mi infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo infranqueable que nos separa: ¡Compañero! ¡Camarada! Y te contesto: ¡Compañero! ¡Camarada!, porque no quiero que veas mi Infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te ahogaría. Y me gusta mi Infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi Infierno.

Tu amas la Verdad, la Belleza y lo Justo, y yo, por complacerte, digo que está bien, y simulo amar estas cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi risa. Prefiero estar solo y reír.

Amigo mío, eres bueno, discreto y sensato; es más: eres perfecto. Y yo, a mi vez, hablo contigo con sensatez y discreción, pero... estoy loco. Sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas.

Amigo mío, tú no eres mi amigo. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda no es tu senda y, sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano.

No busques al amigo para matar las horas, búscale con horas para vivir. Khalil Gibran

EL MUNDO PERFECTO

Extracto del libro El Loco de Khalil Gibran.

Dios de las almas perdidas, tú que estás perdido entre los dioses, escúchame: Vivo entre una raza de hombres perfecta, yo, el más imperfecto de los hombres.

Yo, un caos humano, nebulosa de confusos elementos, deambulo entre mundos perfectamente acabados; entre pueblos que se rigen por leyes bien elaboradas y que obedecen un orden puro, cuyos pensamientos están catalogados, cuyos sueños son ordenados, y cuyas visiones están inscritas y registradas.

Sus virtudes, ¡oh Dios!, están medidas, sus pecados están bien calculados por su peso, y aun los innumerables actos que suceden en el nebuloso crepúsculo de lo que no es pecado ni virtud están registrados y catalogados.

En este mundo, las noches y los días están convenientemente divididos en estaciones de conducta y están gobernados por normas de impecable exactitud.

Comer, beber, dormir, cubrir la propia desnudez, y luego cansarse, todo a su debido tiempo. Trabajar, jugar, cantar, bailar, y luego yacer tranquilo, cuando el reloj da la hora para ello.

Pensar esto, sentir aquello, y luego dejar de pensar y de sentir cuando cierta estrella se alza en el horizonte.

Robar al vecino con una sonrisa, dar regalos con un gracioso ademán, elogiar prudentemente, acusar con cautela, destruir un alma con una palabra, quemar un cuerpo con el aliento, y luego lavarse las manos, cuando se ha terminado el trabajo del día.

Amar según el orden establecido, entretenerse en lo mejor de uno mismo según cierta manera prefabricada, rendir culto a los dioses con el debido decoro, intrigar y engañar a los demonios diestramente, y luego olvidarlo todo, como si la memoria hubiese muerto.

Imaginar con un motivo determinado; proyectar con consideración; ser feliz dulcemente; sufrir con nobleza; y luego, vaciar la copa, de manera que mañana podamos llenarla otra vez.

Todas estas cosas, ¡oh Dios!, están concebidas con preclara visión, han nacido con un propósito firme, se mantienen con esmero y exactitud, se gobiernan según las normas y la razón, y luego se asesinan y se entierran según el método prescrito. Y aun sus silenciosas tumbas que yacen dentro del alma humana, cada una tiene su marca y su número.

Es un mundo perfecto; de maravillas; el más maduro fruto del jardín de Dios; el pensamiento rector del universo.

Pero dime, ¡oh Dios!, ¿Por qué tengo que estar allí, yo, semilla de pasión insatisfecha, loca tempestad que no va en pos del oriente ni del occidente, aturdido fragmento de un planeta que pereció en las llamas?

¿Por qué estoy aquí, ¡oh Dios!, de las almas perdidas? Dímelo tú, oh Dios, que te encuentras perdido entre los demás dioses...

Si de noche lloras por el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. Khalil Gibran

REFLEXIONES DE KHALIL GIBRAN

Extracto del libro El Profeta de Khalil Gibran.

Cuando el amor os llame, seguidlo por más abrupto y escarpado que sea su camino. Si os cubre con sus alas, obedecedle, aunque os hiera la espalda que oculta su plumaje. Cuando el amor os hable, tened fe en él, aunque su voz destruya vuestros sueños y los disipe cual viento del norte que asuela el jardín.

Bueno es que des a aquel que, al implorarte caridad, te haya demostrado su necesidad; pero más bello es que dieras a aquel que no te pide, sabiendo tú de su miseria y pobreza; porque quien abre sus manos y su corazón, tiene, en su acción, mayor satisfacción íntima, por haberse dado con el menesteroso.

Que tu acto sea una de las manifestaciones de la adoración, y que tu mesa sea un altar sobre el cual ofrendes presentes puros e inmaculados de los campos y de las huertas, en holocausto de ese yo que es más puro que ellos y que está radicado en la profundidad del ser mismo.

Calla corazón, porque el espacio no te escucha. Calla, pues el aire, cargado de lamentos y sollozos no retendrá tus himnos. Calla, porque los fantasmas de la noche no se ocupan del susurro de tus secretos y el cortejo de las sombras no va a detenerse ante tus sueños.

En ciertos países, la riqueza de los padres es una fuente de infelicidad para los hijos. La gran casa sólida que el padre y la madre han empleado juntos para poner a salvo sus riquezas, se convierte en una prisión estrecha y sombría para las almas de sus herederos.

Pobre hermano mío, la pobreza da valor a la nobleza de espíritu, mientras que la riqueza descubre su mal... Pobre amigo mío, si pudieras saber simplemente que la pobreza que te hace tan desgraciado es precisamente lo que revela el conocimiento de la justicia y la comprensión de la vida, estarías satisfecho de tu suerte.