El juicio con una simple moraleja - Frases
Tras el juicio final el cuerpo resucitado participará de la retribución que recibirá de Dios a cada alma inmortal ha recibido en el juicio particular.
DESPERTAR CONSCIENCIA
AUTORREALIZACIÓN ESPIRITUAL
- Nuestra vida terrenal empieza desde que somos concebidos en el vientre de nuestra madre y termina cuando nosotros morimos en el plano físico.
- Todos algún día moriremos, ninguno de nosotros se liberara de la muerte, es algo incuestionable, somos mortales, la muerte es el fin de nuestra vida terrenal.
- La muerte pone fin a la vida de las personas, en ese momento finaliza el tiempo que tenía cada persona para aceptar o rechazar con acciones su verdadero propósito.
- Es decir, solamente en la vida terrenal es cuando tenemos la opción de elegir hacer la voluntad de Dios en la vida realizando nuestro verdadera misión, antes de expirar.
- Dios quiere que todos lleguemos a la autorrealización espiritual, pero habiéndonos creado con libre albedrio, él respeta la decisión individual de cada ser humano.
- Por tanto, es el hombre mismo quien, con plena autonomía, decide con acciones estar en sintonía con Dios o excluirse voluntariamente de una comunión con Dios.
- Dios sabe todas las intenciones, pensamientos, palabras y acciones en el transcurso de la vida de cada persona y en el juicio no hay nada oculto que no haya de revelarse.
- En su juicio, Dios con su sabiduría infinita medirá nuestras acciones según se adaptaron a su voluntad divina, teniendo en cuenta los dones que cada uno ha recibido.
- En el juicio final saldrán a la luz pública las obras buenas y malas de cada persona con sus consecuencias, incluidas las omisiones u obras que se dejaron de hacer.
- El juicio final consistirá en la sentencia de vida bienaventurada o de condena eterna que Dios realizará como juez de cada alma en particular.
- Dios cara a cara emitirá juicio respecto de los justos y de los pecadores, este juicio de retribución es inmediato en el momento de la muerte.
- Las personas que hicieron la voluntad de Dios recibirán el honor público por sus acciones y sus pecados confesados con anterioridad ya no tendrán importancia.
- Los condenados que eligieron el camino contrario de sabiduría y compasión de Dios, sufrirán la confusión y deshonra pública que merece su obstinación.
- Tras del juicio final, el cuerpo resucitado participará de la retribución que recibirá de Dios a cada alma inmortal ha recibido en el juicio particular.