Vivir en forma natural
Cuento zen con moraleja
Vive de modo natural, sin intentar mejorar, sin vivir a través de ideas, sin vivir a través de las disciplinas morales, viviendo feliz una vida natural.
Cuento zen para vivir en forma natural
Un chiquillo estaba jugando junto a su padre que estaba sentado en el jardín. El pequeño estaba tratando de levantar una gran piedra. Era demasiado grande y no podía con ella. Lo intentó en vano. Se puso a sudar:
El padre le dijo, No lo estás haciendo con todas tus fuerzas.
El niño le contesto, No es verdad. Estoy poniendo toda mi energía y no sé qué más puedo hacer.
El padre le dijo, No me has pedido que te ayude. Esa también es tu energía. Yo estoy aquí sentado y no me has pedido que te ayude. No estás empleando toda tu energía.
MORALEJA
Un hombre que vive de técnicas puede que piense que está empleando todas sus energías; pero no le ha pedido ayuda a Dios. Un hombre que simplemente medita con técnicas es un pobre hombre. Un hombre orientado hacia las técnicas es una mente cerrada. Lo ha de planear todo. Y aunque tus planes se vean realizados, no serás feliz, porque son tus planes. Son tan pequeños como eres tú y aunque tengas éxito, serás un fracasado; incluso en tu éxito tendrás el sabor de la frustración. Porque ¿qué es lo que obtendrás? O, si fracasas, ten por seguro que te sentirás frustrado. Cuando fracasas te sientes frustrado, pero cuando triunfas también te sientes frustrado.
Ábrete a lo divino. Vive de modo natural, sin intentar mejorar, sin vivir a través de las ideas, sin vivir a través de las disciplinas morales, viviendo sencillamente una vida natural. La naturaleza debería ser tu única disciplina y todo aquello que es natural es bueno porque así es como Dios quiere que sea, desea que sea. Si eres capaz de aceptar tu vida con una inmensa gratitud, esa es la forma en que Dios quiere que sea... Si él te ha dado el sexo, pues te ha dado el sexo. Él lo sabe mejor. No tienes que tratar de forzar un estado de celibato en ti. Un celibato forzado es repugnante, más repugnante que un sexo natural. Y si aceptas el sexo natural descubrirás que más allá de cierto punto, el sexo se convierte en celibato natural. Entonces, entonces empiezas a vivir de un modo absolutamente diferente.
Pero este, llega cuando fluyes con el río.
El río se mueve, confiando, sin saber hacia dónde va. Nunca antes ha ido por allí y no dispone de mapas ni de guías que lo guíen. Pero él confía; si así es como sucede, ha de ser bueno. Continúa bailando y cantando. Y luego, un día, todo río, - tanto si discurre hacia el Este como si discurre hacia el Oeste, o hacia el Sur, o hacia el Norte, no importa - todo río al final, por último, alcanza lo supremo: desaparece en el océano. En el océano ha alcanzado su máxima profundidad.
Ahora se ha completado el viaje. Ha conocido las cumbres de los montes y ha conocido las profundidades del océano. Ahora la experiencia es total, ahora el círculo se ha completado. Ahora el río puede desaparecer en el nirvana, ahora el río puede desaparecer en la liberación espiritual.
Esto es lo que es la Liberación. Vive como un río. Vive en forma natural.