La iluminación espiritual

La codicia

POR: OSHO

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La codicia

¿De dónde surge la codicia?
¿Me podrías dar algunas herramientas que me ayuden a abordarla?

El entender simplemente la naturaleza de la codicia ya es suficiente. Tú no necesitas hacer nada más para librarte de ella; la sola comprensión pondrá en claro toda la confusión.

El hombre está pleno si se encuentra sintonizado con el universo; si no está en sintonía con el universo entonces está vacío, completamente vacío. Y de ese vacío surge la codicia. La codicia está para llenarse: con dinero, con casas, con muebles, con amigos, con amantes... con cualquier cosa, porque uno no puede vivir estando vacío. Es horroroso, es una vida fantasma. Si estás vacío y no hay nada dentro de ti, es imposible vivir.

Para tener la sensación de que hay mucho dentro de ti, solamente hay dos maneras: O estando sintonizado con el universo y entonces te llenas con el todo, con todas las flores y con todas las estrellas... Están dentro de ti al igual que están fuera de ti. Ésa es la verdadera realización. Pero si no lo haces, y millones de personas no lo están haciendo, entonces lo más fácil es llenarse con cualquier basura.

Yo solía vivir con un hombre. Era un hombre rico y tenía una casa hermosa. Y de alguna manera llegó a interesarse en mis ideas; él escuchó algunas de mis conferencias, y me invitó, diciendo: ¿Por qué vivir lejos, fuera de la ciudad? Tengo una casa hermosa en la ciudad y es tan grande; tú puedes tener la mitad de la casa. Y no te voy a cobrar, yo simplemente deseo que tu presencia esté allí en mi casa.

Yo estaba viviendo fuera, en las montañas, pero era difícil venir de allí a la universidad. Desde su casa la universidad quedaba muy cerca. Su casa tenía un jardín hermoso y estaba en el mejor lugar de la ciudad, así que acepté su invitación.

Pero cuando entré a su casa no podía creerlo; tenía tanta basura coleccionada que no había lugar para vivir. La casa era grande, pero su colección era mayor…, una colección que era absolutamente estúpida. Él compraba cualquier cosa que podía encontrar en el mercado. Le pregunté: ¿Qué vas a hacer con todas estas cosas?.

Él dijo: Uno nunca sabe, algún día podría necesitarlas.

Pero, le dije, ¿Dónde va a vivir uno en esta casa?. Tantos muebles de todas las épocas porque los europeos habían salido del país así que tuvieron que vender todas sus cosas. Él no podía tener suficiente; se las arregló para comprar lo que fuera, cosas que no necesitaba. Un coche estaba parado en el pórtico, siempre permanecía parado porque estaba demasiado viejo, descompuesto. Y le pregunté: ¿Por qué no lo tiras? Al menos para limpiar el lugar….

Él dijo: Se ve bien en el pórtico.

Todos los neumáticos estaban pinchados; no servía para nada. Siempre que había que moverlo de un lugar a otro, tenías que empujarlo, tirar de él. Y estaba allí, pudriéndose. Él dijo: Lo conseguí a un precio muy razonable. Pertenecía a una anciana que fue enfermera aquí y regresó a Inglaterra. Entonces le dije: Si estabas interesado en comprar un coche entonces por lo menos deberías haber comprado un coche que se moviera.

Él contestó: No estoy interesado en que se mueva. Mi bicicleta está perfectamente bien. Y su bicicleta era también una maravilla. Podías saber que se acercaba a una milla de distancia... la bicicleta hacía mucho ruido; no tenía guardafangos, ni la cubierta de la cadena; debe haber sido la bicicleta más vieja que se había fabricado. No tenía timbre. Él dijo: No hay necesidad de un timbre. Hace tanto ruido que por lo menos a una milla la gente ya está abriendo paso. Y es algo bueno, porque no se la pueden robar.

Yo dije: Eso es extraño. ¿Por qué no se la pueden robar?.

Él dijo: Nadie más puede conducirla. La han robado dos veces, y el ladrón fue atrapado inmediatamente porque hace mucho ruido, y todos saben que es mi bicicleta, así que la gente atrapó al ladrón y le preguntaron: ¿A dónde vas con la bicicleta?.

Puedo dejarla dondequiera. Voy a ver una película... no la pongo en un soporte de bicicleta, porque entonces tienes que pagar dinero. La pongo en cualquier lugar, y está siempre allí; cuando vuelvo está siempre allí. Todos saben que es un problema. E incluso si puedes llevarla a tu casa no puedes conducirla en la ciudad... te atraparán. Así que es mejor no preocuparse por ella.

Él dijo: Es un espécimen raro.

Yo dije: Por la forma en que lo describes, así parece.

Y tenía toda clase de cosas en su casa... radios descompuestos, porque podía conseguirlos baratos. Era un jaina y tenía una estatua quebrada de Jesucristo en la cruz.

Yo dije: ¿Para qué la has comprado?.

Él dijo: La mujer me la dio gratis cuando compré el coche; me la ofreció como regalo. Yo no creo en Jesucristo ni en nada, pero no podía rechazar una pieza de arte.

Le dije: A partir de hoy lleva la mitad de la casa a la otra mitad; mi parte tiene que estar vacía.

Él estaba feliz de tomar todo. Su casa ya estaba tan llena que no podías caminar; no podías encontrar tu camino. Tomó todo. Tenía tantas clases de muebles que los había apilado en el sofá; éste no era utilizado, porque no puedes sentarte en un sofá que está tocando el techo. Y pregunté: ¿Por qué?.

Él dijo: No entiendes... ¡por el precio! Y puede que algún día me case... él no era casado... y puede que tenga hijos y ellos podrían necesitar todas estas cosas. Tú no te preocupes, todo será de alguna utilidad en algún momento.

Incluso en el camino, si podía encontrar algo por allí que alguien hubiera tirado, él lo tomaba. Un día iba caminando conmigo del jardín a la casa y encontró un manubrio de bicicleta, y lo recogió. Entonces le dije: ¿Qué harás con un manubrio de bicicleta?.

Él dijo: No entiendes. Te mostraré. Fui con él. En su cuarto de baño tenía casi una bicicleta, solo faltaban algunas cosas. Y dijo: Todas estas cosas las he recogido en el camino y sigo ensamblándolas y juntándolas. Ahora solo faltan algunas cosas. La cadena falta, el asiento falta, pero los conseguiré. Alguien los va a tirar algún día. La vida es larga, y ¿cuál es el daño? Se ve perfectamente bien en el cuarto de baño.

La codicia significa simplemente que estás sintiendo un profundo vacío y deseas llenarlo con cualquier cosa posible; no importa lo que sea. Y una vez que lo entiendes, entonces ya no tienes nada que ver con la codicia. Tú tienes algo que ver con tu entrar en comunión con el todo, para que el vacío interior desaparezca. Y con él, toda la codicia desaparece. Eso no quiere decir que empiezas a vivir desnudo; eso significa simplemente que no vives solamente para coleccionar cosas. Siempre que necesites algo puedes tenerlo.

Pero hay gente loca por todo el mundo, y está coleccionando. Alguien está coleccionando dinero aunque nunca lo utiliza. Eso es extraño. En la comuna hicimos una pegatina para los coches: 'Moisés gana, Jesús ahorra, Osho gasta'.

Una cosa tiene que ser utilitaria; si no es utilitaria entonces no hay necesidad de ella.

Y esto puede tomar cualquier dirección: la gente come; no sienten hambre y aún así siguen tragando. Saben que esto va a crear sufrimiento, que se enfermarán, pero no pueden evitarlo. Este comer es también un proceso para llenarse.

Así que pueden surgir muchas direcciones y muchas maneras de llenar el vacío, aunque nunca se llena; sigue estando vacío, y tú sigues siendo desdichado porque nunca hay lo suficiente. Se necesita más, y el más y la demanda por más es interminable.

No tomo la codicia como un deseo; es una cierta enfermedad existencial. No estás sintonizado con el todo, y solo esa sintonía con el todo te puede volver saludable. Ese sintonizarse con el todo te puede volver santo.

Es extraño que tanto la palabra salud como la palabra santo provienen de totalidad*. Cuando te estás sintiendo uno con la totalidad, toda la codicia desaparece. De otra manera ¿qué han estado haciendo las religiones? Han malinterpretado la codicia como un deseo, así que intentan reprimirlo: 'No seas codicioso'. Así que uno se va al otro extremo, a la renuncia. Uno colecciona: la persona codiciosa... y la persona que desea librarse de la codicia comienza a renunciar. Eso tampoco tiene fin.

Mahavira nunca pudo reconocer a Gautama el Buda como iluminado por la sencilla razón de que éste todavía llevaba tres juegos de ropa; solo tres juegos de ropa que eran absolutamente necesarios. Uno, el que estás usando, uno el que tiene que ser lavado, y uno para casos de emergencia; algún día puede que la ropa no regrese de ser lavada o no esté seca, o que esté lloviendo todo el día. Así que tres parece ser muy esencial, una emergencia.

Mahavira está absolutamente contra la codicia. Ahora bien, eso lo ha llevado a un caso extremo; está desnudo. Buda lleva un tazón de mendicante. Mahavira no puede aceptarlo porque incluso un tazón de mendicante es una posesión, y un hombre iluminado, según él, no debería poseer nada. Un tazón de mendicante está hecho de coco. Tú cortas el coco a la mitad y hay cocos especiales que son muy grandes. Cortas a la mitad, sacas toda la fruta, y entonces quedan dos tazones, cáscaras duras. Ésa es la cosa más barata, porque se tiran; no puedes comerlas. Por tener un tazón de mendicante llamarlo posesivo no es correcto.

Pero cuando tú ves la codicia como deseo y te vuelves obstinado, yendo en su contra, entonces todo es una posesión. Mahavira vivió desnudo, y en vez de un tazón de mendicante acostumbraba hacer un tazón con sus dos manos. Ahora bien, esto era muy difícil: sus dos manos están llenas del alimento y él tiene que comer tal como los animales, porque no puede usar su manos, así que tiene que usar su boca directamente para tomar el alimento de sus manos.

Todos en el mundo comen sentados. Pero la idea de Mahavira es que cuando comes sentado, comes más. Ahora bien, esto es irse al extremo opuesto. Así que él enseñaba a comer de pie... parado, con el alimento en tus manos; es una cosa muy agotadora. Puedes tomar alimento una sola vez, así que lo que pueda caber en tus dos manos de una sola vez es una comida. Tienes que comerla de pie, y todo tiene que ser tomado junto: dulce, salado, y todo se mezcla. Ésa es la idea de Mahavira para hacerla insípida, porque gozar del sabor es gozar del cuerpo, es gozar la materia.

Para mí, la codicia no es un deseo en absoluto. Así que no necesitas hacer nada con la codicia. Tienes que entender el vacío que estás intentando llenar, y hacer la pregunta: ¿Por qué estoy vacío? Toda la existencia está tan llena; ¿por qué estoy yo vacío? Quizás he perdido el camino; ya no me estoy desplazando en la misma dirección, ya no soy existencial. Ésa es la causa de mi vacío.

Así que sé existencial.

Suéltate, y acércate a la existencia en silencio y en paz, en meditación.

Y un día verás que estás muy lleno, completamente lleno, desbordante de alegría, de dicha, de bendición. Tienes tanto de esto que puedes darlo al mundo entero y aún así no se agotará.

Ese día, por primera vez no sentirás ninguna codicia: por dinero, por alimento, por cosas, por nada. Vivirás naturalmente, y cualquier cosa que necesites la encontrarás. Y vivirás, no con una codicia constante que no pueda ser satisfecha, con una herida que no pueda ser sanada.

*En inglés, las palabras salud, santo y totalidad (health, holy y wholeness respectivamente) provienen de la misma raiz.


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