La sabiduría de los ancianos esquimales
Entrevista a Angaangaq jefe espiritual de los esquimales. Practico la sanación tradicional de mi pueblo. Curo todo. Porque todo se origina en el alma.
JBN LIE

ESCUCHA LA VOZ DEL HIELO
Entrevista a Angaangaq, jefe espiritual de los esquimales.
Soy hombre medicina, practico la sanación tradicional de mi pueblo, aprendida de mi abuela, de mi madre, de muchos otros ancianos durante toda mi vida… Curo todo. Porque todo se origina en el alma, en el corazón, en que olvidamos nuestra belleza… La distancia más inmensa no está entre aquí y allí: está entre mente y corazón, y hemos de conquistar ese terreno
¡A nosotros los esquimales no nos repugna el contacto físico! Pero los blancos no os tocáis. Y la mayor necesidad del ser humano es la de ser tocado. Nosotros nos tocamos mucho. No tenemos tabúes sexuales ni celos. Somos personas civilizadas
Mi mensaje es que el mundo es bello. Que si deshielas tu corazón y aprecias tu propia belleza, disfrutarás de la belleza del mundo. ¡Dejemos ya de maltratarlo! No hay nada más difícil para una persona que cambiar, eso lo sé: pero si no cambias tú, tus hijos y nietos seguirán haciendo lo mismo
Desde el hielo nos llega la sabiduría ancestral de los inuit para tratar de ayudar a la sociedad occidental en sus carencias anímicas. Dice Angaangaq que el mundo no necesita nada, pero que los hombres están muy necesitados. Les faltan las cosas más sencillas, como las ceremonias, estar en contacto unos con otros, mirarse, percibirse y valorarse.
Angaangaq (1947) es esquimal, nació en el Norte de Groenlandia en una familia con curanderos desde hace generaciones, y es chamán, jefe espiritual de las tribus Inuit y representante de los aborígenes árticos en las Naciones Unidas desde que siendo joven, recibió el encargo de los Más Ancianos de su pueblo de llevar a todo el mundo el mensaje espiritual de los esquimales.
Lleva 30 años recorriendo el mundo y recientemente ha publicado el libro Escucha la voz del hielo en el que habla sobre la vida cotidiana de su pueblo, sus enseñanzas y costumbres, sus ceremonias y sus mitos; sobre el dar y el recibir, sobre el silencio, la oración, la curación, las plantas y los animales, el devenir y el perecer, la familia, la vida en pareja, la sexualidad, las estaciones, las ceremonias y todo aquello por lo que vale la pena vivir. Aquí se pueden leer las primeras páginas.
Escuchar la voz del hielo es abrir nuestra vida al amor para entrar en profunda armonía con nosotros mismos, la naturaleza y los demás, y una invitación para cambiar cada uno como paso previo al cambio en el mundo.
El 6-5-2011 Angaangaq fue entrevistado en La Contra de La Vanguardia y nos alerta contra las leyes del hombre blanco, nuestra carne de peor calidad que la de ellos y la frialdad de nuestros corazones.
¡Derretid el hielo en vuestros corazones, pues mientras no aprendáis a derretir el hielo en vuestros corazones, el mundo no cambiará!
Distintas culturas, mismos mensajes. Os invitamos a leer la entrevista de este esquimal y la de la abuela Margarita de la traición maya o la del hindu Sri Vast para comprobar que tenemos una única lección por delante…
Y este es el texto de La Contra:
PRESENTACIÓN
LA VOZ DEL HIELO
Le llaman anciano desde joven: recogió el legado familiar de la sabiduría de su clan. Su abuela fue su primera maestra, le enseñó a sonreír, caminar erguido y lleno de fuerza. Es un chamán inuit (esquimal), y su pueblo le envió a la ONU a contar algo hace ya 33 años: el mundo está calentándose, los hielos bajarán, los mares subirán y la sequía asolará países como España.
Los ancianos de su pueblo lo saben desde que en 1963 vieron deshacerse un glaciar. Lleva años explicándolo: Todos escuchan y dicen que harán algo…, ¡pero nadie hace nada!. Y sentencia que no habrá cambio mientras no seas tú quien cambies en tu corazón. Lo cuenta por el mundo y en Escucha la voz del hielo (Urano).
ENTREVISTA
¿A qué ha venido?
A deshelar corazones.
¿Lo tengo congelado?
Sí, mientras no veas tu belleza interior y la belleza del mundo.
¿Usted las ve?
He aprendido de mi madre, de mi abuela… Tiene 86 años y nunca fue a la escuela, pero comprende la vida mejor que nadie.
¿Qué hay que comprender?
El equilibrio del mundo. Os veo muy preocupados por el oso polar, por las focas, pero… ¿y por los seres humanos?
¿Qué nos pasa?
Por cada grado centígrado de incremento de la temperatura, los mares subirán cuatro metros… ¡Cuidemos el equilibrio natural!
¿Lo hacen los esquimales?
Lo habíamos hecho siempre. Ahora estoy preocupado…
¿Por qué?
Las leyes del hombre blanco prohíben cazar focas, pescar ballenas, delfines… ¿Qué comeremos? ¿Carne de vaca? ¡Es horrible!
Hombre…
La carne de foca es excelente, riquísima, la mejor y más sana del mundo. Pero la de vaca estabulada, la de cerdo criado sobre mierda…, ¡puaj!, eso no es sano para nosotros.
Pruébeme usted el jamón de bellota…
Antes todo estaba antes en equilibrio, y ahora… Ahora el hombre blanco quiere toda la pesca. Pero no hay pesca para tantas focas y hombres, y está terminándose.
Tenemos buena intención, queremos proteger focas, ballenas, osos…
Solo porque las focas tienen los ojos bonitos y a Brigitte Bardot le duele. Y sepa que el oso polar es capaz de sobrevivir desde -77ºC hasta +40ºC. ¡Mucho más que el hombre!
Ese hueso que lleva al cuello…
Es un hueso de la cola de una ballena azul que cazó mi bisabuelo hace 150 años, y que medía 45 metros. Pulido por un lado, rugoso por otro: lo heredé yo, y significa que soy tan fuerte como la cola de una ballena.
¿A qué se dedica usted?
Soy hombre medicina, practico la sanación tradicional de mi pueblo, aprendida de mi abuela, de mi madre, de muchos otros ancianos durante toda mi vida…
¿Qué cura?
Todo. Porque todo se origina en el alma, en el corazón, en que olvidamos nuestra belleza… La distancia más inmensa no está entre aquí y allí: está entre mente y corazón, y hemos de conquistar ese terreno.
¿Cómo?
Nos ayuda mucho la cabaña de sudación.
¿Qué es eso?
Tradicionalmente, entramos allí a sudar: eso nos limpia por dentro y por fuera. Las hacíamos con costillas de ballena, ramas, piel de foca… Dentro, fuego, agua, vapor…
¿Y qué pasa ahí?
El alma se eleva y se depura. Es una ceremonia muy bonita. Como la vida. ¡La vida entera es en sí misma una bella ceremonia que merece ser celebrada!
¿Ese tambor ayuda?
Póngase delante de mí.
¿Así?
Ouuuuuuu…
Qué vibración…
Esto es orar. Es una oración. El tambor está hecho con piel de blanco…
¿Perdón?
¡Es broma! Es tela sintética. Antiguamente, los hacíamos con piel de foca, pero, como ahora el hombre blanco nos lo ha prohibido, tenemos que hacerlos con sus tejidos…
¿Es verdad que los esquimales tienen decenas de palabras para decir nieve?
Y solo una para decir árbol, porque allí no hay especies diversas de árboles. Pero, en cambio, hay tantos tipos de nieve…, que cada uno tiene su palabra.
Por ejemplo.
Masannartop es un tipo de nieve húmeda. Isugutasoq es una nieve como la que tenéis aquí. Nittaalaq es un tipo de nieve que te mata si la comes. Queisoq es la nieve idónea para construir iglús…
¿Pasan ustedes mucho frío?
El mundo es una nevera, ja, ja… Pero en invierno, se siente más frío en el Pirineo que en Groenlandia, a causa de la menor humedad que hay allí.
¿Dónde viven hoy esquimales?
En Groenlandia, Canadá, Alaska, la península Chukotka de Siberia: ¡nuestro pueblo ha llegado a ocupar 16 millones de kilómetros! Hoy somos solo un millón de personas. El contacto con el hombre blanco nos diezmó, por las epidemias… ¡Nunca hubo guerras entre nosotros, los esquimales! Somos el pueblo más pacífico de la humanidad.
¿Es cierta su fama de hospitalarios?
Sí.
¿Llegan las mujeres esquimales a ofrecerse sexualmente al huésped?
¡A nosotros no nos repugna el contacto físico! Pero los blancos no os tocáis. Y la mayor necesidad del ser humano es la de ser tocado. Nosotros nos tocamos mucho. No tenemos tabúes sexuales ni celos. Somos personas civilizadas.
¿Y qué mensaje nos trae desde el hielo?
Que el mundo es bello. Que si deshielas tu corazón y aprecias tu propia belleza, disfrutarás de la belleza del mundo. ¡Dejemos ya de maltratarlo! No hay nada más difícil para una persona que cambiar, eso lo sé: pero si no cambias tú, tus hijos y nietos seguirán haciendo lo mismo…
DICEN LOS ANCIANOS ESQUIMALES...
¡Despierta tu corazón!
La tierra ha desplazado sus polos y el clima es impredecible.
Advierten los Inuit, ancianos esquimales sabios.
Una nueva advertencia ha llegado a la NASA de parte de los Inuits, la tribu originaria a la que los occidentales conocíamos como los esquimales. Ellos advierten que el cambio de clima no es debido al calentamiento global, sino más bien, a causa de que el eje de la Tierra se ha desplazado y todo está cambiando a partir de ello.
Los inuit viven en las regiones árticas de Canadá, Estados Unidos y Groenlandia. Son excelentes meteorólogos, pues también lo fueron sus antepasados, ya que de ello depende su supervivencia. A mediados de 2014 advirtieron a la NASA que la causa del cambio en el clima, terremotos, etc., no son debidos al calentamiento global como el mundo piensa, sino a que la tierra se ha desplazado, pues se tambaleó su eje.
¡El cielo ha cambiado!
Los ancianos aclaran que el sol se levanta en una posición diferente ahora, no donde lo hacía anteriormente. También sostienen que con los cambios en la atmósfera hay mayor luz del día para cazar ahora, ya que el sol está mucho más alto que antes y se vuelve más cálido con mucha mayor rapidez.
En un vídeo difundido por Internet los ancianos inuit detallan el cambio climático en la fusión de los glaciares, en el deterioro de la piel de las focas, en las quemaduras del sol en los animales marinos y en la velocidad con la que desaparece el hielo marino, debido a que los días se calientan más rápido y duran más.
Todos los ancianos entrevistados confirman que la Tierra se ha desplazado, que se tambaleó y se ha inclinado hacia el Norte. Esta información proporcionada por los ancianos de la tribu originaria Inuit ha causado una gran preocupación en los científicos de la NASA y ha sido compartida por ancianos de otras tribu nativas del hemisferio norte también, que confirmaron lo mismo sobre el cielo cambiante.
Según ellos, las estrellas y la luna también se encuentran en diferentes lugares en el cielo y esto afecta las temperaturas. Recordemos que se trata de una población que se basa en la ubicación de la luna y las estrellas para su supervivencia, ya que viven en la oscuridad total durante parte del año.
Los ancianos dicen que ya no pueden predecir el clima, cosa que han sido capaces de hacer en el pasado transmitiendo ese conocimiento ancestral de generación en generación. Observan que los vientos más cálidos están cambiando los bancos de nieve, por lo que su capacidad para navegar por tierra también se hace más difícil que antes. También explican que las poblaciones de osos polares están aumentando sus contactos con las poblaciones humanas y buscan comida en las construcciones más cercanas.
El pueblo inuit habita en los confines septentrionales del Ártico canadiense, cosa que han hecho durante siglos. La zona en la que habitan se congela casi continuamente bajo una capa de permanente de nieve. Por varios meses seguidos, sus días comienzan y terminan en la oscuridad. Son un pueblo nómada que construyen tiendas de campaña o tipis (carpas triangulates) de piel de caribú en los meses más cálidos y viven en iglúes en el invierno.
Previamente, eran conocidos como esquimales. La palabra esquimal es de una palabra en su lengua que significacomedor de carne cruda. Este grupo de habitantes del Ártico ha cambiado de nombre a Inuit, una palabra que significa el pueblo. Inuk es la palabra para describir a un miembro o a una persona de la tribu.
Los inuit hablan muchos dialectos diferentes pero todos provienen de la lengua Eskimaleut o inuit-Aleut. Son principalmente cazadores que confían en la vida silvestre del Ártico para su supervivencia. Ellos comen peces, cazan mamíferos marinos, como las focas y morsas, o mamíferos terrestres del Ártico, como la liebre y el caribú; usan la piel y la grasa de las focas para confeccionar su ropa, hacer sus tiendas de campaña o preparar combustible. La mayor parte de su dieta se compone de carne cruda, ya que hay muy pocas plantas con vida en su entorno.
Lo que los científicos informan:
El 20 de abril de 2011, luego del tsumani de Japón, la cadena CNN informó de que el terremoto movió a la isla principal de Japón en dos metros y medio (8 pies) y cambió el eje de la Tierra. Citaron a Kenneth Hudnut, geofísico del Servicio Geológico de Estados Unidos, diciendo: En este momento, sabemos que una estación de GPS se movió (8 pies), y hemos visto un mapa de la GSI (Autoridad de Información Geoespacial) de Japón que muestra el patrón de cambio en una gran superficie, lo que es consistente con el desplazamiento de la masa de la tierra .
Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, se estima que el terremoto de 8,9 grados de magnitud movió al planeta sobre su eje por cerca de cuatro pulgadas (10 centímetros). Los astrónomos coinciden en que no ha habido un cambio en el eje de rotación de la Tierra, pero que ha habido cambios polares sutiles en los últimos diez años.
Cambios en el campo magnético de la Tierra
Por su parte, en junio 2014 la Agencia Espacial Europea (ESA) reveló el primer conjunto de resultados de alta resolución a partir de tres satélites Swarm con los cambios más recientes en el campo magnético que protege a nuestro planeta.
Lanzado en noviembre de 2013, estos satélites están proporcionando conocimientos sin precedentes sobre el complejo funcionamiento del campo magnético de la Tierra, que nos protege de la radiación cósmica.
Las mediciones realizadas en los últimos seis meses del 2014 confirman la tendencia general de debilitamiento del campo, con los descensos más dramáticos en el Hemisferio Occidental. Pero en otras áreas, tales como el Océano Índico meridional, el campo magnético se ha fortalecido desde enero.
Las últimas mediciones del Instituto Nacional Espacial de Dinamarca, confirman también el movimiento del Norte magnético del planeta hacia Siberia.
Todos estos cambios se basan en las señales magnéticas del núcleo de la Tierra provocados por la actividad solar, lo que revalida la advertencia de los ancianos inuits.
Sabiduría esquimal
El valor de las pequeñas cosas se ve reflejado en una trenza de juncos que le sirve al esquimal para explicar la relación cuerpo, mente y espíritu. Flexible y ágil hasta el punto en que se puede enrollar sobre sí misma pero tan fuerte que aunque se tire de ella con todas sus fuerzas, nunca la podrá romper. Si unes cuerpo, mente y espíritu nadie podrá quebrarte… Y mira: solo es hierba, afirma Angaangaq (el que se parece a su tío en lengua inuit), protagonista de este relato.
Inuit es la denominación común para los 100 mil pobladores esquimales que habitan las regiones árticas de América y Groenlandia. A través del diálogo generacional, reciben el gran legado filosófico de los Inuit que se resume en una sola palabra: compasión (compartir la pasión). Su abuela sostiene que la vida es una ceremonia en sí misma que debe ser digna de ser celebrada. La tarea que debe ocuparnos, según ella, consiste en ayudar a los demás a descubrir y celebrar la belleza de todo lo que acontece, recuperar y reavivar la relación con el mundo que nos rodea. Su nieto recuerda sus palabras: escucha, escucha, escucha, hasta que la historia viva en ti. Solo entonces podrás contar la historia: una historia viviente.
La montaña
Para completar su formación como chamán subió a la montaña sagrada donde no había nadie y reinaba la oscuridad. Pensó que hacer un círculo de piedras y hablarle de él a Kaila, su creador, era muy fácil. 2 horas transcurrieron y ya no tenía nada más que decir. Fue entonces cuando a través de una espontánea meditación se dio cuenta de que había vivido de forma muy estrecha y poco profunda. De pronto comprendió que tenía muchos secretos y que había llegado la hora de revelarlos. Comenzó a caminar en círculos bajo la lluvia e inició su confesión en voz alta y su ayuno los cuales duraron 25 horas.
El saludo esquimal es bien particular: huele a las personas, las besa entre frotando su nariz y las toca. Les huele su emocionalidad porque los olores cambian con las emociones. El esquimal cierra sus ojos y se adentra en su propio mundo. Luego comenta a manera de reclamo: todos los animales se huelen, pero lo hombres ya no. Ustedes se han alejado demasiado del mundo animal (…). Ustedes ya no reconocen su belleza y su fuerza. Ya no se respetan. Cuando alguien sale a la calle se convierte en uno más, nadie lo ve: han perdido el sentido de celebración de la vida.
Las noches
Sus noches no son tan oscuras como parecen. Hay estrellas colgadas como lámparas en el universo iluminando los níveos caminos por donde transita el esquimal. Tienen además el bello fulgor cromático de sus auroras boreales y la propia luz de la luna cuyo brillo intenso y resplandeciente se refleja en la nieve. La aurora boreal representa para el esquimal el alma de las personas amadas que se han ido al otro mundo. Cuando se recuerda a un ser amado, esa alma se pone tan contenta que llama a toda su familia, amigos y conocidos y bailan su danza cósmica solo para esa persona en el infinito cielo. Hasta se pueden oír porque las luces polares producen sonidos.
Sin fronteras
Para el esquimal no existen las fronteras. Los animales y las plantas no las conocen; las nubes, los ríos y el viento tampoco. Sólo el hombre occidental las tiene y con tono arrogante les dice a sus semejantes: ¡no te está permitido entrar aquí!. El viento quizás se lleve a miles de kilómetros la hoja otoñal que arrancó alguna vez del árbol de un lejano jardín. Tal vez la lleve hacia el norte donde en algún momento se congelará y caerá sobre un lago groenlandés donde desplegará toda su energía. Todo está unido y conectado con todo. Sólo existe un mundo, una sola conciencia, un solo organismo, una gran familia. Sois vosotros los que habéis inventado la ilusión de las fronteras.
Cuando nació Angaangaq, el gran hielo tenía más de 5 kilómetros de espesor. Era puro y más duro que una roca, se podía ver a través de él, no tenía burbujas. A los niños les hacían poner la mano sobre el gran hielo para que vieran la huella que dejaban en él aunque estuviera a 40 grados bajo cero. Hay más de 20 palabras esquimales para describir el blanco de la nieve, muy pocas para explicar la forma como Groenlandia se está deshelando. Cuantos más árboles se corten en el planeta, menos esquimales podrán construir sus iglúes.
Vinculados
No nos damos cuenta de lo estrechamente vinculados que estamos todos en la tierra y con ella (…). La tierra ha cambiado. Nunca hemos llegado tan lejos como hasta ahora y nosotros no hemos cambiado, no queremos cambiar, afirma dejando entrever en sus palabras un poco de tristeza.
En esta temporada no ha habido nieve en el invierno ártico, el cielo ha estado muy oscuro en el invierno, el sol ha llegado 4 días antes, el nivel del mar sigue subiendo y es demasiado tarde para detener el deshielo. Al esquimal le preocupa que la banquisa empieza a derretirse más temprano y que el oso no pueda sobrevivir con el deshielo y busque refugio en los coloridos campos de adelfilla muy cerca de los seres humanos. Las palabras del esquimal se llenan de vehemencia: El mundo es bello. Si deshielas tu corazón y aprecias tu propia belleza, disfrutarás de la belleza del mundo.
¡Dejemos ya de maltratarlo! No hay nada más difícil para una persona que cambiar. Pero si no cambias tú, tus hijos y nietos seguirán haciendo lo mismo (…). Somos demasiado cerebrales. La mayor distancia en los hombres es la que va de su mente a su corazón. Es mucho mayor que la que hay entre nuestro planeta y las estrellas, Crees que las cosas más grandes están fuera de ti, pero cuando cierras los ojos, descubres cuán inconmensurable eres en tu interior, tanto que nunca podrás llegar a conocerte completamente. Somos más grandes que el firmamento. Somos muy complejos y es allí donde reside nuestra belleza.
La madre naturaleza es mi casa, mi centro espiritual…
Tengo así, la mayor iglesia del mundo