La iluminación espiritual

Practicas actuales de los chinos en el Budismo

LA SABIDURÍA DEL BUDISMO

La sabiduría de Buda que nos dan una solución viva a los problemas

El Budismo es una religión que se basa en las Enseñanzas predicadas por Buda durante su vida. Las palabras pronunciadas por Él en sus sermones tienen absoluta autoridad en esta religión. A pesar de que existen 84,000 entradas al Dharma y un gran número de sectas, ninguna de ellas se aleja de las Enseñanzas de Buda.

La Sabiduría de Buda es tan extensa como el océano, y su alma está llena de gran Compasión. Buda no tiene forma, pero se manifiesta de muchas formas, y nos predica por medio de sus propias apariciones.

Su escritos es la esencia de las Enseñanzas recopiladas en más de cinco mil Sutras que se han conservado durante más de dos mil quinientos años, más allá de las fronteras y las barreras de la raza. En los cinco preceptos del Budismo se concentran las palabras de Buda que nos dan una solución viva a los problemas de la vida y del alma de los hombres.

Los cinco preceptos es un de las practicas en el Budismo...

CINCO PRECEPTOS DEL BUDISMO

Conquista al enojado no enojándote; conquista a los malos con la bondad; conquista al tacaño con la generosidad, y al mentiroso al decir la verdad.

-Buda-

A diferencia de otras filosofías y creencias, en el budismo no hay mandatos absolutos ni reglas infranqueables. Las pautas de vida simplemente están sintetizadas en los cinco preceptos de la ética budista. Como el nombre lo señala, no son normas, sino preceptos: la diferencia es importante.

La diferencia entre un mandamiento y un precepto es que el primero es de obligatorio cumplimiento, mientras que el segundo no (recomendado). Lo preceptuado constituye más bien una guía, una sugerencia o una pauta. Los cinco preceptos de la ética budista no buscan imponer una conducta, sino trazar unas líneas sobre lo que consideran que es mejor para el individuo y la sociedad.

Es importante anotar que los cinco preceptos de la ética budista están sujetos a un criterio que constituye el eje de esa filosofía: la compasión. Eso quiere decir que ante cualquier duda o contradicción, siempre se recomienda elegir el comportamiento que sea más compasivo. En otras palabras, hay cierta flexibilidad en la interpretación de estos preceptos, que son los siguientes.

NO MATARAS

No quitarás ninguna vida

Cada precepto es selectivo. La persona lo acepta voluntariamente si concuerda con él. El primero, que es abstenerse de tomar la vida de un ser que siente (personas y animales), tiene un equivalente que le da razón de ser: Con acciones de amor y bondad purifico mi cuerpo.

Para aceptar este precepto, que es el más importante, antes es necesario comprender que a todo ser vivo le aterroriza el castigo, que para toda la vida es un bien preciado y que todos los seres sintientes somos iguales. Solo es aceptable tomar una vida para defender la propia.

NO ROBARAS

No tomarás lo que no te ha sido dado

Este es otro de los cinco preceptos de la ética budista que coincide con mandamientos o normas que hay en otras creencias y religiones. Significa básicamente no robar y se inspira en la convicción de que la generosidad purifica, mientras que la codicia corrompe.

Para el budismo, lo que enriquece es el dar, no el tomar. Privar a otros de sus propiedades es una forma de violencia, porque tales propiedades también forman parte de su identidad. Al cultivar la generosidad, la codicia se diluye.

CONTROLA TUS DESEOS

No tendrás una mala conducta sexual

En el budismo no hay ninguna afirmación que provea o tiña de sentimientos de culpa a la sexualidad. Tampoco observa ningún tipo de discriminación por las orientaciones sexuales de las personas. Acepta la heterosexualidad, homosexualidad, onanismo, travestismo y celibato. También acepta la monogamia, la poligamia y la poliandria.

Lo que se considera una mala conducta sexual en el budismo es cualquier práctica que lastime a otro o que le conceda una importancia desproporcionada al sexo. Para esta corriente de pensamiento, el buen vivir no depende de la satisfacción de los deseos, sino de la eliminación voluntaria de los mismos.

NO MENTIR

No mentirás, uno de los cinco preceptos de la ética budista

Más que el no mentir como tal, a lo que llaman los cinco preceptos de la ética budista es a darle un valor sagrado a la palabra. Piensan que la veracidad es fuente de confianza y que esta última es absolutamente necesaria para la cohesión social. Por eso rechazan la mentira.

Señalan que la mentira es un acto de violencia contra los demás, pues los condena a la fantasía y la irrealidad. Esto les impide dirigir sus actos de manera consciente. De igual manera, quien miente se hace daño a sí mismo, pues termina esclavizado de su propia falsedad. Para sostener una mentira debe decir muchas más.

NO TE DAÑES

No ingerirás sustancias tóxicas que puedan nublar tu mente

Los budistas abogan por una conciencia clara y tranquila. Piensan que la ingestión de sustancias tóxicas conduce a la niebla del engaño. Por eso abogan por la práctica de la meditación como medio esencial para alcanzar la alegría que emana de la liberación.

Rechazan no solamente el uso del alcohol y las drogas, sino también el entrar en contacto con situaciones que puedan perturbar la mente o confundir la razón. Esto incluye los eventos masivos y desenfrenados, la televisión, las compras compulsivas, etc.

CONCLUSIÓN

Los cinco preceptos de la ética budista no están dictados para reprimir

Los cinco preceptos están dictados para todo lo contrario: para liberar. En el budismo es muy importante romper las ataduras y permitir que la conciencia se expanda al máximo. Por eso, en esencia todas estas pautas buscan promover el bienestar individual y no el sometimiento a autoridades morales.

Si desea conocer plenamente a los Budas de los tres períodos de tiempo, solo tiene que observar la naturaleza de este mundo del dharma (de los fenómenos): todo es creación de la mente.

Todo tiene su origen en la mente y por lo tanto depende de ella. El mundo en el que vivimos está creado por la mente; ésta da forma a nuestra realidad.

Con una actitud tranquila y equilibrada, en cualquier situación estaremos contentos y haremos de éste un hermoso mundo. En cambio, con una actitud contraria a ésta, podemos hacer que este mundo parezca un infierno. Para lograr una actitud tranquila y equilibrada debemos cultivar una conducta moral adecuada, practicar meditación, concentración, y desarrollar la sabiduría.

Al cambiar la forma en que vemos el mundo, éste se muestra de una manera diferente. Normalmente, la gente busca la felicidad en los estímulos externos: las fiestas, el dinero, el sexo, la ropa, las comidas, etc. Esto hace que la mente esté en un estado eufórico que no es realmente la felicidad verdadera. Así dependemos directamente de lo externo.

Estamos llenos de deseos, los cuales, una vez satisfechos, siguen generando nuevos deseos, y permanecemos así en un estado constante de insatisfacción. No sabemos distinguir lo que necesitamos de lo que queremos. Para lograrlo debemos controlar nuestros deseos y transmutar nuestra ignorancia con los conocimientos verdaderos.

El Budismo nos enseña a ver las cosas tal como son y a través de la puesta en práctica de una enseñanza correcta, por medio del esfuerzo personal, nos permite acceder a la posibilidad de corregir nuestros malos hábitos y ampliar nuestro conocimiento, desarrollando la sabiduría trascendente. Ésta a su vez nos permitirá cruzar el océano de la existencia hasta la otra orilla, la de la Iluminación, de la Liberación, logrando así el Nirvana, la extinción de todo sufrimiento.

Con la puesta en práctica de esta forma de vida, se logra la armonía en la familia; con la armonía en la familia, se logra la armonía en la sociedad; luego se puede lograr que el país sea próspero y armonioso, y así, la esperanza de la tan ansiada paz mundial, podrá estar más cerca de su logro de lo que imaginamos.


Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora.

Buda