Osho y la Vipassana
Creía que la meditación era algo sencillo, pero al ver a la gente haciendo Vipassana he perdido toda esperanza de llegar a tener éxito meditando.
OSHO
EL VIPASSANA
¿Recomienda Osho las meditaciones de sentado como el Vipassana?
Pregunta: Creía que la meditación era algo sencillo, pero al ver a la gente haciendo Vipassana he perdido toda esperanza de llegar a tener éxito como meditador. Dame por favor un poco de ánimos.
Osho: La meditación es algo simple. Precisamente debido a su sencillez, parece difícil. Tu mente está acostumbrada a tratar con problemas difíciles y ha olvidado por completo cómo responder a las cosas simples de la vida. Cuanto más sencilla es una cosa, más difícil le parece a la mente, porque la mente es muy eficiente resolviendo cosas complicadas. Ha sido entrenada para resolver temas complicados; no parece saber como tratar con lo sencillo. La meditación es algo sencillo, tú mente es lo complejo. No es un problema que esté creando la meditación. El problema proviene de tu mente, no de la meditación.
El Vipassana es la meditación más simple del mundo. Fue con el vipassana que Buda se Iluminó, y ha sido mediante el Vipassana, más que ningún otro método, que mucha más gente se ha Iluminado. Vipassana es el método. Sí, existen otros, pero han ayudado a pocos. Vipassana ha ayudado a miles, y realmente es muy simple, no es como el Yoga.
El Yoga es difícil, arduo, complejo. Te has de tortura de múltiples maneras : contorsionar tu cuerpo, distorsionarlo, sentarte de esta y de esta otra manera, torturarte, sentarte cabeza abajo, ejercicios y más ejercicios... pero el yoga parece atraer mucho a la gente.
El Vipassana es tan simple que ni te das cuenta de él.
De hecho, al encontrarse con el Vipassana por primera vez, uno duda sobre si puede ser denominado o no meditación. ¿Qué es lo que es? Sin ejercicios físicos, sin ejercicios de respiración, algo muy sencillo : simplemente observar tu aliento como entra y como sale.... se acabó. Este es el método. Sentado en silencio, observando tu aliento entrar y salir, sin perder su pista. Eso es todo. No has de cambiar tu respiración, no es pranayama, no es un ejercicio de respiración en el que has de inhalar profundamente, exhalar, inhalar. No. Sencillamente respira, tal y como lo haces. Solamente introduce una nueva cualidad: la atención.
Exhalas; observa. Inhalas; observa. te fijarás: el aliento tocando tus fosas nasales un instante; te darás cuenta. Puedes concentrarte ahí : inhalas, sientes el aliento en tus fosas nasales; luego exhalas, lo sientes de nuevo.. Fija tu atención en la punta de la nariz. No es que tengas que concentrarte en la punta de la nariz; solamente has de permanecer alerta, consciente, observando. No es concentración, no te equivoques. Simplemente sigue recordando. Al principio te perderás una y otra vez, después regresarás. Es difícil para ti, para algunos es difícil observarlo. Entonces puedes observar la respiración en el vientre. Cuando inhalas, el vientre se dilata. Cuando exhalas, el vientre baja. Sigue observando tu vientre. Si tienes un vientre prominente, te ayudará.
¿Te has dado cuenta? Si observas las estatuas indias de Buda, esas estatuas no tienen auténticos vientres, de hecho no tienen vientre. Buda parece un perfecto atleta: el pecho salido, el vientre hacia adentro. Pero si ves una estatua japonesa de Buda te sorprenderá; no parece para nada un Buda: un vientre prominente, tan grande que no aciertas a distinguir el pecho, casi como si Buda estuviera embarazado. Todo vientre. La razón de este cambio es que, en la India mientras Buda estaba vivo, él observaba el aliento en la nariz, por eso el vientre carecía de importancia. Pero el Vipassana se trasladó a China, a Corea, a Borneo, a Japón; lentamente la gente empezó a darse cuenta de que es más fácil contemplar el vientre que la nariz. Entonces las estatuas de Buda cambiaron; fueron con vientres prominentes.
Puedes observar o el vientre o la nariz, lo que te parezca o sea más fácil para ti. Lo que sea más fácil es lo que importa. Y simplemente observando el aliento, los milagros suceden.
La meditación no es algo difícil. Es simple. Precisamente debido a su simpleza es por lo que a la vez es difícil. Te gustaría hacer muchas cosas y no hay nada que hacer; ése es el problema. Es un gran problema porque se nos ha enseñado ha hacer cosas. Preguntamos qué deberíamos hacer y la meditación supone un estado de no hacer, no has de hacer nada, has de dejar de hacer. Has de estar en un estado de total inactividad. Incluso el pensar es hacer; abandónalo también. El hacer, el sentir, el pensar, todo desaparece; simplemente eres. Esto es ser. Y ser es meditación. Es muy simple.
En el útero de tu madre estabas en el mismo espacio. En vipassana estarás entrando de nuevo en el mismo espacio. Y recordarás, tendrás un deja-vu. Cuando entras en el vipassana profundo, te sorprenderás porque lo conoces, tú lo has conocido antes. Lo reconocerás inmediatamente porque nueve meses en el útero de tu madre estabas en el mismo espacio, y no hacías nada, simplemente eras.
Tú me preguntas, yo pensé que la meditación era cosa simple, pero viendo a las personas que hacen vipasssana yo estoy perdiendo toda la esperanza de volverme un meditador con éxito.
Nunca pienses sobre la meditación en términos de éxito
Porque eso está trayendo tu mente ambiciosa hacia ella, la mente egoísta hacia ella. Entonces la meditación se convierte en una meta del ego. No pienses en términos de éxito o fracaso. Esos términos no son aplicables en el mundo de la meditación. Olvídate de todo eso. Ésos son términos de la mente; son comparativos. Y ése es el problema: tú debes estar viendo a los otros tener éxito, alcanzarlo, extáticos, y entonces tu autoestima cae. Te estarás sintiendo como un tonto estando sentado y observando tu respiración, mirando tu respiración. Debes sentirte muy tonto y que nada está pasando. Nada está pasando porque estás esperando que pase demasiado.
Y al principio, cada nuevo proceso parece difícil. Uno tiene que aprender a saborearlo.
El marido de una señora era un borracho, sin embargo ella en su vida había probado el alcohol.
Ven aquí tú, borracho, dame esa botella. Quiero probar esa cosa que ha hecho de tí el vago que eres.
Tomando la botella de whisky barato, tomó un buen trago. Aargh... glompf... breecch... fuy... brrrit... ¡ptui! Abrió la boca. Éste es el líquido de sabor más repugnante que he tenido la desgracia de permitir que pase por mis labios. ¡Sabe terrible!
¿Ves? dijo el anciano. Todos estos años pensaste que lo estaba pasando bien.
Solo espera un poco, Paul. Simplemente ten un poco de paciencia. Al principio todo parece difícil, incluso la cosa más simple. Y no tengas prisa.
Ése es uno de los problemas con la mente Occidental -la prisa. Las personas quieren todo inmediatamente. Piensan en los términos de café instantáneo, meditación instantánea, esclarecimiento instantánea.
Un hombre de la ciudad había heredado una granja de vacas y, siendo un hábil negociante, decidido aumentar su manada en seguida. De acuerdo con eso, importó tres de los toros más finos de toda región y los encerró bajo llave en el granero toda la noche con las vacas. La mañana siguiente llamó al dueño de los toros para quejarse.
El criador se rió. ¿Qué esperabas? le preguntó. ¿Pensaste que encontrarías terneros el próximo día?
Quizá no, replicó astutamente. ¡Aunque sea esperaba ver a unas vacas con las caras sonrientes !
No, ni eso te va a pasar rápidamente. Simplemente sentándote durante un día en vipassana, tú no saldrás sonriendo. Saldrás absolutamente cansado -cansado porque te dijeron que no hicieras nada, cansado porque nunca habías estado antes en la vida haciendo semejante tontería . ¿No haciendo nada? ¡Eres un hacedor! Si hubieras cortado madera el día entero no quedarías tan cansado. Pero sentado silenciosamente, no haciendo nada, simplemente vigilando tu respiración tonta que entra, que sale... muchas veces surge la idea , ¿Qué estoy haciendo yo aquí? Y el tiempo parecerá muy, muy largo, porque el tiempo es relativo. El tiempo se alargará. La meditación de un día parecerá como si años y años hubieran pasado--¿Y que ha pasado? ¿No va el sol a ponerse hoy? ¿Cuándo va a terminar?
Si tienes prisa, si estás apurado, nunca conocerás el sabor de meditación
Para saborear la meditación necesitas una gran paciencia, paciencia infinita.
La meditación es simple, pero te has vuelto tan complejo que relajarte tomará su tiempo. No es la meditación la que toma tiempo -permíteme recordártelo de nuevo- es tu mente compleja. Tiene que ser llevada a un descanso, a un estado relajado. Eso toma tiempo.
Y no pienses en términos de éxito y fracaso. ¡Disfruta! Tampoco te orientes a una meta. Disfruta el puro silencio vigilando tu respiración que entra y sale, y pronto tendrás una belleza, una nueva experiencia de belleza y beatitud. Pronto verás que uno no necesita ir a algún lado para ser dichoso . Uno puede sentarse silenciosamente, puede estar solo, y puede ser dichoso. No se necesita nada más, solo el latir de la vida es bastante. Si tú puedes latir con ella, se vuelve un profundo baile interno .
La meditación es una danza de tú energía, y la respiración es la llave.