Meditación a favor de la tierra
La meditación es está tierra, es aquí y ahora en el que puedes echar tus raíces; hazlo. La compasión es el firmamento, la meditación es la tierra.
OSHO
TÚ NECESITAS LA TIERRA
La tierra no te necesita, tú necesitas la tierra.
¡Esto es absolutamente cierto!
Es en este planeta abundantemente rico donde vivo…
Cada día las estrellas desaparecen en agujeros negros y cada día nuevas estrellas nacen de los agujeros blancos. Se tiene que recordar una cosa: Todo lo que nace va a morir. Este planeta ha estado aquí por algo así como cuatro mil millones de años. Posiblemente se ha vuelto viejo, tal vez no se pueda hacer nada para salvarlo.
Necesita un descanso, y la muerte es un descanso.
Posiblemente necesita un descanso, pero me siento mal por la manera en que están pasando las cosas.
La tierra es hermosa. Si empiezas a vivir su belleza, a disfrutar de sus gozos sin culpa en tu corazón, estás en un paraíso. Si lo condenas todo, cada pequeño gozo, si te conviertes en condenador, en un envenenador, entonces la tierra misma se convierte en un infierno; solo para ti.
Lo sé, pero si las grandes corporaciones no están haciendo lo suficiente, ¿qué puedo entonces hacer yo por mi cuenta para que sea diferente? Solo una cosa es posible: Haz este universo más y más hermoso, tan hermoso que la existencia se vuelva absolutamente incapaz de pensar en destruirlo. No es una carga, no es un compromiso. Y, mientras la existencia permita que este planeta continúe, disfrútalo, hazlo más sustancioso… con cada acto de tu vida.
A mi manera de ver, ésta es la única forma de evitar un suicidio global…
El silencio y el estar meditativo son suficientes, son fuerzas mucho más grandes que tu pequeña actividad. Y, a partir de tu silencio tal vez puede que surja una acción que contribuya a hacer el planeta más glorioso, más esplendoroso. Lo que estoy intentando decir es: Demuéstrale a la existencia que este planeta es tan precioso que permitir que sea destruido sería una gran tontería. La existencia tendrá que esperar por otros cincuenta millones de años para dar lugar a personas, a conciencias tales como las de un Buda, un Lao Tse…
¿Ves mi punto de vista? Haz esto tan valioso que incluso la existencia se retire y destruya todo lo que se está preparando para un suicidio global. ¡Tú no tienes que actuar! Simplemente tienes que meditar, que estar en silencio, que ser amoroso, que llenar el mundo por completo de risa.
Meditar es una cosa; no es tan fácil ser amoroso cuando la mayor parte de la gente parece no interesarse...
Enraizado en la meditación, tendrás las alas de la compasión. Por eso digo que me gustaría darte dos cosas: raíces en esta tierra y alas para el firmamento. La meditación es esta tierra, es aquí y ahora, el momento mismo en el que puedes echar tus raíces; hazlo. Y, una vez están allí las raíces, tus alas alcanzarán lo más alto posible del firmamento. La compasión es el firmamento, la meditación es la tierra, y cuando la meditación y la compasión se encuentran, nace un Buda.
De acuerdo. ¿Vale la pena probarlo, verdad?
Si alguien ama esta tierra, la belleza de los pájaros, de los animales y de los seres humanos, si alguien tiene aprecio por este tremendo fenómeno… Porque en todo este universo falta este verdor, estas flores, estos océanos, estos ríos. Este lugar, esta pequeña tierra – tan pequeña – tiene una posición especial en el mundo. En toda la existencia solo esta tierra ha producido budas, personas iluminadas. Esta tierra se ha vuelto sagrada, simplemente porque tantos budas han caminado sobre ella.
¿TENEMOS UN FUTURO?
Existen muchas posibilidades de que no haya un futuro en lo que respecta a la vida. Nos estamos acercando a un callejón sin salida. Es triste reconocer el hecho, pero es bueno reconocerlo, porque entonces existe la posibilidad de tomar un giro distinto. Tal como las cosas se mueven hoy, la conclusión lógica es un suicidio global.
Y el factor más alarmante es que la 'intelligentsia' del mundo, los científicos del mundo, los filósofos del mundo, todos están ignorando estos hechos.
Debería existir la determinación en cada ser inteligente de no permitir que los intereses creados destruyan al planeta. Salvar al hombre es salvar la creación más grande del universo. Le ha tomado cuatro millones de años a esta Tierra el crear al hombre. Es algo tan precioso. Y el futuro es mucho más valioso.
Si hay algo que hacer por el futuro, éste es el tiempo de hacerlo; si no, la más grande evolución de la conciencia en el universo desaparecerá. Esta será no solamente una pérdida para la Tierra, sino para todo el universo.
En estos millones de años hemos logrado crear alguna posibilidad de conciencia, pero no tenemos tiempo para esperar que la naturaleza siga desarrollándose tan lentamente. La naturaleza tiene la eternidad disponible; nosotros no la tenemos. Nosotros tenemos solo doce años a la mano, hasta el final del siglo veinte.
Por ejemplo, un reportaje reciente de las Naciones Unidas de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, Nuestro Futuro Común, ha hecho un llamado para un desarrollo sustentable para salvar al planeta, y ha definido esto como el logro de las necesidades básicas del presente sin consumir los recursos del futuro. El informe también reconoce que, si algo ha de hacerse, debe hacerse ya; si no, no habrá futuro.
La conclusión es verdadera, pero el informe está hecho con astucia. Es astuto en el sentido de que no habla de quien ha creado los problemas actuales.
Si vamos a resolver los problemas del futuro y a disolverlos, entonces debemos mirar sus raíces en el pasado. Es todo nuestro pasado, en todas sus dimensiones, lo que ha hecho surgir esta peligrosa situación. Pero nadie habla sobre esto, porque ninguna generación previa se ha preocupado jamás por el futuro. Durante miles de años el hombre ha estado viviendo de la manera que ha querido, y simplemente ha forzado a la próxima generación a vivir a su manera. Esto ya no es posible.
Debemos dar un salto cuántico y enseñar a la nueva generación a no vivir de la manera en que lo hemos hecho. Solamente así se puede cambiar el futuro.
FELIZ DÍA DE LA TIERRA