La iluminación espiritual

Frases Envidia

Citas Envidia


La persona de éxito sabe que en cada ser humano, sin importar su edad, raza o religión, hay algo digno de admiración. No conoce la envidia, pues cree que Dios regala paquetes y no cosas individuales.

Un día, organizaron una batalla de ingenio donde Zhou Yu terminó vencido con una gran humillación, en ese momento expresó una rabia tan grande y dio tantos gritos de desesperación que vomitó sangre y murió debido a su frustración, por esto la ira de mucha gente viene de la avaricia, de la envidia y del egoísmo, hay peleas entre vecinos, colegas, familiares e incluso entre extraños en la calle, pugnando por una diminuta pérdida o ganancia.

La envidia es la raíz de los grandes males de la sociedad.

Gana en el silencio y ayuda en el anonimato. El silencio, aleja la envidia; el anonimato, llena el corazón.

La envidia, principio detonante de la Caída, sigue imperando en esta Tierra , y desterrarla de nuestras vidas es una de las más duras batallas.

La envidia es el mas sociable de los vicios. Proviene de nuestro carácter de animales gregarios.

Y cuando venzo a la envidia todavía persisten mi vanidad y mi orgullo.

La envidia es una actitud tonta, pues cada persona es única e incomparable.

No menosprecies a tu prójimo. Alienta los indicios de inteligencia superior y creatividad de los otros. La envidia es la causa de la ruina.

Mejor es que otros, por ser tu bueno, te hayan envidia, que no que la hayas tu a otros por ser tu malo.

Sigo cayendo en las rutinas de la vida y a veces me dejo dominar por el orgullo, la envidia o la inseguridad. Todos somos humanos y la vida es dura. La frustración es una reacción normal y corriente.

Nuestra sociedad no nos ha educado según la ley del crecimiento. Somos ese mundo obsesionado en mirar al exterior, en ansiar lo que no tenemos, en envidiar lo que tiene el otro.

Aquel cuyas palabras son puras y que no tiene orgullo ni envidia, conoce Su verdadero Nombre.

La envidia y el recelo son piedras de tropiezo, obstaculizan el fluir de la riqueza. Alégrese de la prosperidad de los demás.

Sabía usted que los gritos son señal de debilidad, la humillación es señal de pobreza interior, la calumnia es señal de envidia y la agresividad es señal de inseguridad.

La envidia es una carcoma que roe y consume las entrañas de los envidiosos.

El egoísmo, el orgullo, la vanidad, la ambición, la codicia, el odio, la envidia, los celos, la maledicencia, son para el alma hierbas venenosas de las cuales es necesario arrancar cada día algún pie y tienen como antídoto: la caridad y la humildad.

Apláudeme, insúltame, búrlate, envídiame. Te estas descubriendo a ti mismo.

A través de las experiencias positivas de amor, compasión y perdón, y de las emociones negativas del odio, el juicio y la envidia, cada uno de nosotros posee el poder de afirmar o negar nuestra existencia a cada momento del día.

Se que en todo momento todas las cosas no son mas que la conciencia cósmica no dual. Ese es el secreto de mi estado envidiable y feliz.

Para no envidiar debes hacer crecer tus bellos tesoros internos.

Conozco a los hombres de 55 a 60 años, nada envidiables: Barriga naciente y a menudo más que naciente, calvicie aparente, gorditos en la cintura, potencia sexual bastante afectada, andropausia y compañía.

Quizás no haya ningún fenómeno que contenga un sentimiento destructivo mas grande que la indignación moral, lo cual lleva a que la envidia o el odio actúen disfrazadas de virtud.

Deja atrás el equipaje del miedo, la envidia, y el resentimiento. Vuela con las alas de la comprensión.

¿Por que contaminas con envidia tu corazón, que es el asiento apropiado y santo para el Señor?

Lo cual es malo al menos por las siguientes razones de consecuencia: primero, porque hace vulnerables, y en grado diverso, a amplísimas capas subalternas de la sociedad. Y con la vulnerabilidad viene la dependencia; con la dependencia, la falta de libertad, y con la falta de libertad, en grado diverso, la condición servil y la pérdida del autorrespeto. Segundo, porque pone en manos de unos pocos poderes y recursos desmedidos que pueden condicionar y sesgar el proceso político del lado de sus intereses privilegiados, socavando así toda esperanza de democracia real y quebrando la igualdad política que subyace al ideal de ciudadanía. Finalmente, la desigualdad extrema entre ricos y pobres (entendidos éstos en sentido amplio) quiebra la comunidad, rompe los lazos de fraternidad y desata, de un lado, la codicia de los pocos y, del otro, cuando no la envidia y el resentimiento, siempre al menos la frustración, y muchas, muchas veces, la desesperación de los muchos.

Sabía usted que el envidiar el éxito y alegrarse del fracaso de otros, pueden ser acciones inconscientes, puesto que el éxito y fracaso son diferentes en los cálculos de cada alma.

No sobreestimes lo que has recibido, ni envidies a otros, el que envidia no tiene paz. La muerte no se teme, si se ha vivido sabiamente.

El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia, y la cúspide de la envidia, su virtud inherente es compartir con igualdad la miseria.

La envidia es la ulcera del alma.

De lo que llaman los hombres virtud, justicia y bondad, una mitad es envidia, y la otra no es caridad.

Casi siempre los celos se relacionan con la envidia. Pero la diferencia básica es que se siente envidia de lo que uno no tiene y celos de lo que uno tiene.

Envidiar es comparar. Si dejas de comparar, la envidia desaparece, entonces tu simplemente, sabes que tu eres tu y nadie mas y no existe la necesidad.

Donde reina la envidia no puede vivir la virtud ni donde hay escasez de liberalidad.

Realizar tapas —oriyas— sin swadhyaya, sin mirar nuestros propios motivos, imágenes, creencias, condicionamientos, confusión, antojos, orgullo, envidia, explotación, miedo, dolor, no tiene ningún sentido en absoluto.

La envidia es causada por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisiéramos poseer nosotros.

La envidia es muy difícil de contener, se logra cuando se sabe ser un señor y solo los bien nacidos lo suelen ser, los otros tienen bastante con lo que son.

En el coto cerrado de nuestro cuerpo se libra una gran guerra contra las pasiones, la cólera, el orgullo y la envidia.

Dado que lo que predomina en el mundo -aunque sus días están contados- son los valores del ego: codicia, envidia, orgullo, indiferencia y la mentira.

Conoceremos el estado del amor solo cuando los celos, la envidia, la posesión y el dominio terminen. Mientras haya posesividad, no hay amor.

El que tiene envidia de los buenos saca de ellos mal para si, como hace la araña en sacar de las flores ponzoña.

Y cuando renuncio a la cólera aun queda la envidia.

Eliminare el odio, la envidia, los celos, el egoísmo y el cinismo a través del desarrollo del amor por toda la humanidad, porque se que una actitud negativa hacia los otros nunca me traerá éxito.

Siempre envidiamos a quien tiene lo que nosotros deseamos, la envidia no solucionara nuestros problemas, el crecimiento personal si.

El que tiene envidia y es envidiado, tiene doblado tormento.

Las personas valiosas y envidiadas son las que reciben mas golpes por la sociedad.

Quien tiene envidia de otro, a si propio se daña.

Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.

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