La iluminación espiritual

Frases Sabiduria Inca

Citas Sabiduria Inca


La embriaguez, la ira y locura corren igualmente; sino que las dos primeras son voluntarias y mudables y la tercera es perpetua.

El que mata a otro sin autoridad o causa justa, a el propio se condena a muerte.

Quien tiene envidia de otro, a si propio se daña.

El que procura contar las estrellas, no sabiendo aun contar los tantos y nudos de las cuentas, digno es de risa.

El que mata a su semejante, necesario es que muera; por lo cual los Reyes antiguos, progenitores nuestros, instituyeron que cualquiera Domiciano fuese castigado con muerte violenta, y Nos los confirmamos de nuevo.

El varón noble y animoso es conocido por la paciencia que muestra en las adversidades.

En ninguna manera se deben permitir ladrones; los cuales, pudiendo ganar hacienda con honesto trabajo y poseerla con buen derecho, quieren mas haberla hurtando o robando; por lo cual es muy justo que sea ahorcado el que fuere ladrón.

Cuando los súbditos obedecen lo que pueden, sin contradicción alguna, deben los Reyes y gobernadores usar con ellos de liberalidad y demencia; mas, de otra manera, de rigor y justicia, pero siempre con prudencia.

Los jueces que reciben a escondidillas las dadivas de los negociantes y pleiteantes deben ser tenidos por ladrones y castigados con muerte, como tales.

Los adúlteros que afean la fama y la calidad ajena y quitan la paz y la quietud a otros deben ser declarados por ladrones, y por ende condenados a muerte, sin remisión alguna.

El que tiene envidia de los buenos saca de ellos mal para si, como hace la araña en sacar de las flores ponzoña.

El que tiene envidia y es envidiado, tiene doblado tormento.

La impaciencia es señal de animo vil y bajo, mal enseñado y peor acostumbrado.

La envidia es una carcoma que roe y consume las entrañas de los envidiosos.

Cuando los súbditos y sus capitanes y curacas obedecen de buen animo al Rey, entonces goza el reino de toda paz y quietud.

Mejor es que otros, por ser tu bueno, te hayan envidia, que no que la hayas tu a otros por ser tu malo.