Esto pasara - Reflexión
El conocido guía espiritual Anthony de Mello se consolaba en sus días inciertos con una frase de una mística alemana. Era Juliana de Norwich.
GONZALO GALLO
Anthony de Mello
El conocido guía espiritual Anthony de Mello se consolaba en sus días inciertos con una frase de una mística alemana. Era Juliana de Norwich quien, en una honda crisis, oyó a Dios que le decía: ¡Todo acabará bien! ¡Todo, sea como sea, acabará bien! Anthony se apropió de esa afirmación confiada y tú también lo puedes hacer para mantener viva la llama de la esperanza. En los tiempos aciagos, en especial en el túnel oscuro del duelo, la fe se debilita, las dudas nos cercan y hasta el mismo Dios parece esconderse.
Por eso, hay que esperar días mejores y creer que Dios está allí y que al final todo estará bien. El problema es que la mente nos hace jugarretas y acorrala el alma con las pesadillas del ayer y los fantasmas del futuro. De hecho, casi siempre sufrimos más por lo que no ha llegado que por lo que vivimos en el presente.
Por tanto, avanza paso a paso, focalízate en el ahora y cree que, sea como sea, si estás con Dios, todo acabará bien.
Toda existencia es una suma de gozos y desdichas, aciertos y errores, conquistas y fracasos. Poco a poco entendemos que 'el lado negativo' es necesario para acrisolarse, crecer y madurar. La tierra es una escuela y acá vino el espíritu en un cuerpo a aprender las exigentes lecciones del amor.
Todo sucede para algo, y tú solo puedes practicar perdón si te ofenden o desapego si sufres pérdidas. Únicamente creces en aceptación cuando algo te cuesta mucho, o avanzas en fortaleza ante crisis agudas. Dios no envía pruebas y, antes de tomar un cuerpo, el espíritu ya programó con Dios lo esencial de la vida. Así lo hizo Jesús y no fue casual que naciera en un pesebre o muriera en una cruz. Era parte de su plan. Tu reto es descubrir tu misión y vivirla con amor. Eres libre para hacerlo y ser fiel a lo que elegiste con Dios.
Antes de venir a la tierra ya estabas con Dios en el plano espiritual del amor y la luz. En esa dimensión también se evoluciona paso a paso, y un día decides venir al planeta. Con la guía de un ángel trazas un programa de vida y eliges los hechos fundamentales, las pruebas y los obstáculos para poder avanzar en lo que te hace falta. Hay penas para crecer en confianza, crisis para tener coraje y humildad para asumir las críticas o los fracasos. Por lo mismo, lo que ves como un mal, en realidad es un bien, pero no es fácil superarlo.
Nada es casual y todo llega para el bien, para aprender y enseñar amor que es lo esencial. Con esta visión explicas mejor la vida y no culpas a Dios por los 'males'. Él solo respeta el Plan que elegiste y te da su amor y su fortaleza. Por eso, la pregunta ante eso que llamas 'malo' no es por qué, sino para qué te llega. Deja de culpar a Dios, ve todo con nuevos ojos y recuerda que vives lo que tú mismo elegiste.