Criticar o no criticar - Reflexión
La crítica revoluciona. Quien dijo que no se puede criticar, quien dijo que criticar es malo, quien dijo que el anómalo no tiene derecho a criticar.
JEBUNA
EL VALOR DE LA CRITICA
Quien dijo que no se puede criticar, quien dijo que criticar es malo, quien dijo que el imperfecto no tiene derecho a criticar. La crítica es un tesoro invaluable en los humanos, quien desea evolucionar acogen la crítica con sabiduría porque ella ayuda a comprender, un juicio crítico y honesto evita que nuestro ser duerma estancado en el progreso, o de qué clase de crítica estamos hablando, si es la que fastidia e irritar, digamos adiós a nuestro crecimiento.
Una sociedad sabia y sería en ideales se forja gracias a críticas justas, quien está despierto, sabe que una crítica puede ayudar a prosperar, el estar atento en el entorno permite exponer un juicio, una percepción. ¿Tienes hijos? Obsérvalos, emite tu juicio y corrige, pero no seas intenso, la crítica es una carga densa que hay que saber digerir, si eres intenso, con la crítica nunca darás espacio al entendimiento, o acaso críticas para demostrar poder e imponer tus deseos, cuando esto sucede, la comprensión entre dos seres se pierde. La crítica es una forma de relación con los demás, es la sustancia para comprender a nuestros hermanos, la crítica no se debe tomar como una sátira o sarcasmo, la crítica constructiva hace que comprendamos este mundo mejor.
El sabio recurre a la autocrítica para lograr su perfección, para comprender mejor, no se limita al hacerlo, es una costumbre que sabe aprovechar a su favor. Ser constantemente analítico, temeroso, crítico, eso, ciertamente, no ayuda a poner nada en claro. Es la constante captación de la crítica constructiva sin condenación, sin identificación alguna. Si no eres consciente de esto puedes caer en depresión. Si lo único que hago es limitar, dominar, condenar, detengo el movimiento del pensar y del sentir, ¿no es así? Es en el movimiento del pensar y del sentir es donde descubro, no en el simple dominio o restricción. Y cuando uno descubre, resulta importante saber cómo actuar al respecto.
De modo que solo puede haber comprensión cuando la mente capta en silencio, cuando observa; y ello es arduo, porque nos complace el estar activos, inquietos, el criticar, condenar, justificar. Esa es toda la estructura de nuestro ser; y a través de la percepción de las ideas, prejuicios, puntos de vista, experiencias, recuerdos, tratamos de comprender. Si se escucha, y se trata de seguir sin gran esfuerzo lo que se desea transmitir, existe una posibilidad de que comprendamos. Pero si tratamos de descubrir las causas del problema, que se hallan en el problema mismo, si todos estamos ansiosos de ir hasta el fondo del problema, de saber la verdad, de descubrir lo que es, entonces hay aproximación entre nosotros.
Conclusión
La mente no debe estar anclada en ninguna idea ni ideal, en ningún criterio, en ninguna opinión de propias experiencias. La comprensión llega, sin duda, cuando existe la ágil ductilidad de una mente que está pasivamente alerta. Entonces es capaz de recibir, entonces es sensible. Una mente no es sensible cuando está atestada de ideas, prejuicios, opiniones, a favor o en contra de algo. Una mente pierde lucidez cuando piensa que la crítica es dañina, el comunista sin doctrina se molesta mucho cuando se critica al comunismo. Los religiosos sin doctrina también se molestan cuando se critica la religión. He ahí el dilema. ¿Cuál crítica, la constructiva o la destructiva? Señores, diferenciemos, si criticamos para comprender o para irritar.