El umbral del ateísmo

Gracias a Dios el ateo no lee mis artículos, el olor a sabiduría lo espanta. Y no es para menos, su pensamiento relativo es explícitamente sometido.

JEBUNA

LA BARRERA ENTRE DIOS Y EL ATEO

La barrera cuántica separa perfectamente el universo espiritual del relativo.

Gracias a Dios el ateo no lee mis artículos, el olor a sabiduría lo espanta. Y no es para menos, su pensamiento relativo es sometido explícitamente a las leyes de la física y a un intelecto rellenado por la información de pensadores que creen que resolvieron el misterio de la espiritualidad con sofisticados planteamientos lógicos.

Pero ojo, la cuántica que es el umbral que separa la relatividad de la espiritualidad solo puede ser superado por seres que han desarrollado todo aquello que al ateo se le trunca por obedecer las leyes físicas y mundanas. A los seres de luz se les da vía libre al mundo espiritual, a ellos se les abren las puertas a medida que su crecimiento va evolucionando bajo las leyes del amor y la espiritualidad. Leyes que nunca serán reconocidas por los impíos.

Al mirar desde lo relativo se ve materia en cambio si se mira desde la espiritualidad se ve energía y todo esto es posible gracias a la cuántica porque lo cuántico polariza, filtra y manifiesta. Quienes deseen penetrar en la espiritualidad deben entender este principio.

Quedando claro que la barrera cuántica separa perfectamente el universo espiritual del relativo y que solo puede ser cruzada con información sagrada que nutre el amor y la verdad, a lo que nosotros simplemente llamamos Dios, a lo que el ateo insiste en no aceptar.

Un ejemplo práctico para hacerme entender mejor. Un televisor: La imagen representa lo relativo, sus componentes representan lo cuántico, la espiritualidad es la voluntad de quien lo maneja. Aplicado al artículo se darán cuenta que el ateo pertenece a lo relativo y bajo esas condiciones nunca podrán explicar el porqué de su existencia. Y así podemos concluir lamentablemente que hay un gran abismo entre el ateo y Dios. Aclarando que solo pregono a Dios Todo y Eterno en el aquí y el ahora de un presente absoluto.