La iluminación espiritual

Parábola sobre el Creador del Cruce

POR: MAHAVIRA

Imagen; Parábola sobre el Creador del Cruce; Mahavira

RECORRE TU CAMINO

Tienes que encontrar el camino, recorrerlo.

Es un camino invisible, no está trazado, no está a la vista. Tendrás que recorrerlo por tus propios medios, puesto que no te servirán los medios de los demás. Buda recorrió el suyo, Lao Tsé recorrió el suyo, y Jesucristo recorrió el suyo.

Si conoces el camino, conoces la meta, ya que la meta no se encuentra precisamente al final del camino, sino que está a todo lo largo de él: en cada momento y en cada paso, ahí esta la meta, esta en la consciencia del ahora. No es que tú alcances la meta cuando llegas al final del camino, en todo instante, te encuentres donde te encuentres, si estás en el camino, estás en la meta.

Veamos esta milenaria parábola sobre el Creador del Cruce...

EL CREADOR DEL CRUCE

Un niño llamado Vir estaba sentado junto a su abuelo, escuchando sus historias sobre héroes antiguos. Más que todo lo demás, a Vir le encantaban esos ratos en que se quedaban solos y su abuelo le narraba antiguas leyendas y e historias.

—¡Cuéntame sobre el Creador del Cruce!— pidió Vir. Era su historia favorita. La había oído muchas veces, pero una y otra vez le pedía a su abuelo que se la relatara. A él le parecía que esta historia podría algún día convertirse en realidad. Y que ahí mismo, a ese cuarto de su casa, el Maestro Inmortal acudiría y diría: ¡Vir, ahora te toca a ti convertirte en un héroe!

El abuelo miró con cariño a su nieto:

—¡Te sabes de memoria esa leyenda! Bueno, no importa, escucha:

Mucho tiempo atrás, las personas y los Supremos Inmortales Divinos vivían juntos.

La gente a veces hacía solicitudes a los Inmortales sobre lo que era necesario para ellos y los Inmortales ayudaban, satisfaciendo sus peticiones. Esto sucedía así porque la gente Les dirigía súplicas acerca de lo que realmente necesitaban. No importunaban a los Inmortales con peticiones sobre fútiles deseos.

En aquel entonces los Divinos Maestros Inmortales enseñaron a las gentes a usar el fuego, a escribir palabras valiéndose de letras, a tratar enfermedades y así sucesivamente. Pero lo más importante de todo lo que enseñaron a la gente fue cómo llegar a ser como Ellos, es decir, Amorosos, Sabios, Omnipotentes… e Inmortales.

¡Y hubo entre las personas Quienes adquirieron maestría en esto! Entonces ¡se sumaron a los Inmortales y empezaron a vivir entre Ellos!

Pero hubo asimismo quienes solo querían obtener las Grandes súper habilidades Divinas. También aprendieron de los Maestros Inmortales. Pero esas personas querían tener el poder y la autoridad no para servir a la Gran Conciencia Primordial, Que lo ha creado todo, y no para ayudar a otros seres en su desarrollo, sino… para controlar los procesos en el mundo según sus deseos y su propio beneficio.

Esas personas no entendían aquello que es de la máxima importancia: el desarrollado Amor perfecto es lo que permite a los Maestros Inmortales vivir en Unidad con el Gran Océano de la Conciencia Primordial, infinito en el tiempo y en el espacio. Y exclusivamente esa Conciencia por Sí sola tiene la capacidad de crear y de controlar cada cosa material en el universo.

Los Supremos Inmortales veían la impureza de las intenciones de aquellas personas y se esforzaron para ayudarles a cambiar. Pero las pervertidas mentes de esas personas no querían deshacerse de sus egoístas deseos personales. Usando el poder de las conciencias, lo único que aquellas personas querían, para su propio beneficio, era controlar a los demás. Por añadidura, comenzaron a ensalzarse ante la población diciendo que solo ellos podían comunicarse con los Inmortales y transmitirles las peticiones de la gente. Y a sí mismos se llamaron sacerdotes.

Su influencia sobre la multitud se volvió grande. La gente empezó a buscar consejo y ayuda solo de ellos, y ya no de los Inmortales.

El poder de los sacerdotes gradualmente se fortaleció. Pero ellos no tenían la capacidad de percibir lo Divino, porque los Inmortales no cooperan con las personas que tienen egocentrismo.

Muchas cosas malas fueron hechas por los sacerdotes para fortalecer su propio poder y ganancias. Pero lo más triste de todo fue que reemplazaron la enseñanza real de los Maestros Divinos con los rituales…

Entonces los Inmortales decidieron que ya no ayudarían más a las personas tal como antes lo habían hecho. Dejemos que por sí mismas las personas sean convencidas de lo equivocado de sus propias decisiones mediante sus propios errores.

Y los Perfectos Inmortales se distanciaron del plano material y desgajaron el invisible mundo Divino del mundo material en el que vivían los mortales encarnados. Los Inmortales comenzaron a vivir donde las miradas del común de las personas no podían penetrar.

A partir de ese momento los Maestros Inmortales ayudaron tan solo a las personas encarnadas amables y amorosas. Las demás fueron confiadas a sus propios difíciles destinos, los cuales ellas mismas eligieron, dejando que los sacerdotes condujeran sus vidas…

Había mucha miseria y sufrimiento en el mundo material en que vivían las personas encarnadas… Y esto espoleó y propulsó a algunos de ellos para empezar a buscar la manera de salir de esa situación.

…Así, cierta vez un joven amable y fuerte ¡decidió ayudar a toda costa a quienes eran infelices! ¡Tenía el propósito de devolver a esas gentes la oportunidad de comunicarse con los Inmortales Maestros Divinos! ¡Quería encontrar el camino a la Morada de los Inmortales, en el mundo de la Conciencia Primordial, de modo que todas las personas pudiesen recorrer ese Camino tras él y obtener la felicidad suprema en la Morada de todos los Perfectos!

Sus aspiraciones eran tan puras y sinceras que los Divinos Inmortales enviaron al Guía Divino a su encuentro, pues quienes aún no han aprendido a ver y orientarse en los mundos sutiles no pueden hallar por su cuenta el Camino a esta Morada. Y quienes no han llegado a ser como los Divinos Inmortales no pueden entrar allí.

Este Divino Guía Inmortal era tan anciano como la Tierra misma. Pero Su cuerpo era joven y lleno de fuerza. Llevaba Consigo el Amor, la Alegría y la Paz; y eso es lo que irradiaba en todas direcciones. Desde su cuerpo brotaba la Luz Inefable del sol matinal.

El joven pidió al Guía Inmortal que le mostrara el Camino al Hogar de los Perfectos a fin de poder despejarlo para otras personas.

El inmortal le preguntó:

—¿Consientes en pasar el resto de tu vida recorriendo este Camino?

—¡Sí! —respondió el joven.

—¿No te asustarás cuando afrontes las dificultades que aguardan a toda persona que ose transformarse a sí misma desde el estado de un individuo normal hasta el de un Héroe, Quien poco a poco se vuelve Divino por sus cualidades del alma?

—¡No me asustaré! —dijo el joven—. Y aun si el miedo se hace demasiado fuerte para mí, recordaré a quienes son desdichados, por quienes me decidí a superar este Camino. ¡Hallaré la fuerza para vencer el miedo!

—¿No te volverás orgulloso al obtener poder y conocimiento? ¿No querrás controlar a las gentes en vez de ayudarlas?

—Si quisiera aprender a controlar a las gentes, ¡me habría hecho discípulo de los sacerdotes en lugar de buscar el Camino!

—¡Bien has respondido! ¡Voy a tratar de enseñarte!

Antes de nada, ¡necesitas aprender a ser el alma que consiste únicamente en amor cariñoso! Ello es así ¡porque la Divina sutilidad tan solo puede crecer a partir de este estado!

Para recorrer la totalidad del Camino hasta el logro de la Divinidad ¡debes crecer como alma y alcanzar un tamaño enorme, que te permita albergar en tu interior toda la Tierra y mucho más!

¡Y luego habrás de aprender a disolverte completamente en la Unión con el Supremo Poder Divino!

... Muchos años tuvo que estar el joven adquiriendo maestría en las etapas del Camino bajo la guía del Maestro Inmortal. Pasó por muchas pruebas. Su práctica resultó en aquella transformación del alma que permite penetrar en los mundos más sutiles, hasta el Hogar de todo lo Perfecto. ¡Empezó a aprender a entrar en esa sagrada Morada donde las Conciencias Divinas viven en la Gran Unidad, formando el Gran Todo!

Y cuando su formación estaba cercana a su fin, pidió al Guía Inmortal:

—Ahora ¡deja que enseñe este Camino a todas las personas!

—¡Bien! Pero antes de ir a las gentes ¡construye el cruce sobre ese turbulento río! —dijo el Guía Inmortal—. Te esperaré en la otra orilla. ¡Ven a Mí! Y entonces ¡te diré cómo crear un Cruce Espiritual que puede ayudar a las personas a pasar de la orilla del samsara, donde se halla el sufrimiento, al Éxtasis Supremo del Nirvana, donde solo el Océano de Dios —la Conciencia Primordial del universo— está!

Llegaron al poderoso río de montaña que volcaba sus aguas bullendo sobre las piedras. Ancho era este río. E incluso allí donde el agua llegaba hasta las rodillas la fuerza de la corriente podía tumbarle a uno; además, había sitios mucho más profundos, con saltos de agua y remolinos.

—¡Aquí habrás de construir un cruce!

Con estas palabras el Guía Inmortal alzó en el aire un gran fragmento de roca. La piedra, habiéndose vuelto ingrávida por Su Voluntad, iba flotando obedientemente por el aire, mientras el Guía Inmortal corregía levemente con Sus manos su trayectoria. Luego determinó el lugar donde la piedra debía emplazarse y le devolvió su peso. Después de esto, hizo lo mismo con la siguiente piedra…

—Bueno, así, más o menos, tienes que actuar —dijo el Guía Inmortal observando Su propia obra—. Pero tendrás que hacer esto usando solo tu poder personal, y no el Divino. Te esperaré al otro lado del río, hasta que termines la construcción de la travesía. Y entonces te enseñaré las leyes según las cuales puedes ayudar a la gente.

Mientras estés ayudando a las personas, aprenderás a interactuar con el Gran Poder Unido, a través del Cual todo en el mundo material puede ser creado y transformado.

El Guía Inmortal hizo dos escalones sobre las piedras recién puestas y luego Su cuerpo se hizo ingrávido. Apenas rozando con Sus pies la espuma de los rápidos, cruzó el río fácilmente. En la otra orilla, desapareció con un destello de luz…

… El joven comenzó a trabajar.

Al principio fue fácil, porque cerca había muchas piedras planas, adecuadas para construir el paso. Y la corriente cercana a la orilla era débil también. Es por esto que hizo todo el trabajo en las aguas someras muy rápidamente.

¿Por qué me pide el Guía Inmortal que haga este trabajo en lugar de enseñarme a hacer ingrávidas las piedras y moverlas con la destreza que Él desplegó?, pensaba… En ese momento tropezó en una piedra resbaladiza bajo el agua, fue arrastrado por la rápida corriente y acabó río abajo bien lejos…

Parece que deberé tener más cuidado. —Sonrió el joven dándose cuenta de su error. Tras salir del agua regresó al lugar de la construcción.

Y empezó su trabajo de nuevo.

Una vez más tomó una gran roca plana, con la que él quería hacer el siguiente peldaño, y caminó.

Pasó fácilmente por el trayecto que antes había hecho ya, sintiendo con sus pies confiadamente cada punto de apoyo firme.

Así llegó hasta el lugar donde había resbalado y le arrastró la corriente. Sin embargo, esta vez no perdió el equilibrio y fue capaz de colocar la siguiente base sólida.

… El joven trabajó largamente y con diligencia. Más de una vez tropezó y fue llevado lejos, corriente abajo, por el torrente del río; más de una vez se golpeó contra las rocas o tragó agua. A pesar de todo esto, su determinación no le abandonó.

Cada vez que se cayó, se levantó y prosiguió su trabajo. Finalmente, ¡construyó el cruce seguro!

Y cuando hubo terminado se llenó de una gran alegría: ¡el camino sobre el río turbulento en el mundo de la materia había sido construido! Ahora el Guía Inmortal me dirá cómo explicarle a la gente el Camino hacia la Gran Felicidad Definitiva, es decir, ¡cómo cruzar el ‘turbulento río’ y pasar desde el samsara al logro del Éxtasis del Nirvana!

… Justo al lado de él, el Maestro Inmortal apareció.

—Has trabajado bien: has cruzado el río por ti mismo. Pero tu travesía resultó ser… demasiado fácil…

El Camino espiritual es el Cruce desde el mundo material hasta el mundo de la Conciencia Primordial. Este Camino no debe dar opciones a quienes no quieren recorrer demasiado trecho de Él, sino que solo están llenos de curiosidad y desean andarlo sin esfuerzo…

Aquella persona que no haya trabajado por sí misma, sino que lo recibió todo dispuesto, que no haya tropezado ni haya caído, ¡no va a encontrar la sabiduría y la fuerza!

Quien pasó el Cruce Espiritual solo debe dejar marcas, hitos en este Gran Camino, con el fin de ayudar a los demás.

¡Mira cuántas diferentes anclas y ataduras hay que no permiten a las personas encarnadas romper con el mundo del samsara! Alguien tiene un ser querido que no quiere o no puede recorrer este Camino, pero aquella persona no puede abandonar a esta otra. Otro tiene asuntos mundanos sin terminar. Alguno tiene el deseo de recorrer este Camino, pero está demasiado asustado. También están aquellas personas que realmente quieren esto, pero son demasiado débiles; no van a llegar a la otra orilla, a causa de la falta de fuerza…

Con todo, ¡Nadie debe quedarse en medio del Cruce Espiritual! ¡Es como estar parado durante mucho tiempo en mitad de la corriente turbulenta de ese río! ¡Es preciso avanzar o, si no, al menos, retroceder!

Toda persona que empezó a hacer la Gran Travesía, pero que luego se dio cuenta de que ahora sería imposible, volverá a la orilla del samsara, siendo enriquecida con buena experiencia, es decir, con el conocimiento sobre la parte del Camino ya recorrida.

Preparar a las personas para que puedan, al menos, dominar una parte de la Travesía es también algo significativo. Esto, a su vez, será una de las tareas de tu Servicio.

¡Es muy importante que, por lo menos, la gente sepa que el Cruce existe y que es posible superar todo el Camino! ¡Entonces sus esfuerzos, aun los más pequeños, tendrán sentido para su auto transformación!

Pero ¡solo aquel que no teme a las dificultades y que acomete una y otra vez la superación del Camino será capaz de utilizar el Cruce que tú has creado!

¿Qué significa superar la Travesía? Significa conocer todas las etapas del Camino.

En este caso, si uno tropieza, puede repetir una y otra vez lo que ya fue comprendido, fortaleciendo sus propios logros anteriores hasta que el alma por fin se transforma en el Gran Amor, y el Fuego del Nirvana se convierte en el Fuego del propio nuevo Corazón Espiritual Divino. Después de esto, ¡un Corazón semejante servirá a otros buscadores como Portal hacia la Primordial Morada de todos los Perfectos!

Ahora me iré. He acabado Mi trabajo: te he explicado el Eterno Camino que hace posible el perfeccionamiento de las almas. Pero tú te quedarás aquí, en el mundo material, y aprenderás a ayudar a la gente.

Además te estás convirtiendo en el Creador del Cruce. ¡Y has de encontrar y preparar a aquellas personas que puedan superar todo el Camino! ¡Tú les habrás de guiar tal como Yo te guié!

Tras decir estas palabras, el Guía Inmortal desapareció. Fue como si las diminutas partículas de Su cuerpo se desvanecieran en el aire…

Y el nuevo Creador del Cruce marchó hacia las gentes para enseñarles cuanto había conocido.


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