La existencia y su propósito
El propósito es elevarnos por encima de nuestro pequeño ser. Que nuestro amor se expanda hasta abarcar toda la existencia y finalmente llegar a Dios.
RAJINDER SINGH
EL PROPÓSITO DE LA EXISTENCIA
Estos dos poderosos satsangs en verdad resumen la misión de Darshan Singh Ji sobre la tierra. Aquí él nos dice que el propósito de esta vida humana es la unión del alma con su Creador. Kirpal Singh Ji Maharaj se refería a Kabir como un pionero de la espiritualidad y el padre de Mat. Fue con su llegada que el mensaje de Mat comenzó a trasmitirse al público en general. La bella composición que tenemos frente a nosotros hoy es arrobadora.
Despierta oh amado ¿por qué duermes aún?
¿Por qué quedarte atrás y después lamentarte de que otro día se ha ido?
¡De qué forma tan original y persuasiva se expresan los sabios como Kabir!
Aún si tratáramos de decirnos que el tiempo se nos está yendo y que debemos sentarnos en meditación con regularidad, nuestras palabras no nacen de lo más profundo de nuestro ser y tienen muy poco efecto. Aquí Kabir Sahib comienza diciéndonos que el día ha amanecido. Durante la época de este gran sabio la costumbre de los viajeros era la de comenzar su jornada en las tempranas horas de la mañana y continuar hasta el atardecer. Entonces ellos descansaban, recogían sus provisiones, su comida y bebida. Si nosotros insistiéramos en nuestro viaje interior con el mismo celo e igual sentido de propósito todo estaría bien. El problema es que nos sentamos a meditar un día y luego fallamos por dos días debido a una u otra cosa —una indisposición pasajera, la llegada de una visita o un problema que hay que atender. No hemos decidido cuáles son las prioridades de la vida ni establecido la meta que debe tener precedencia sobre todo lo demás.
En este himno Kabir Sahib nos recuerda de la meta distante que todos tenemos que alcanzar. Debemos acercarnos con constancia a ella. ¿Cómo puede haber tiempo para demoras? Como él mismo dice: ¿Despierta oh amado por qué duermes aún? ¿Por qué quedarte atrás y perder el día? Aquellos que han despertado logran el propósito mismo de la vida humana, pero, oh tonto mío, lo estás perdiendo todo en tu letargo.
EL TIEMPO EN VERDAD ES INVALUABLE
El alma tarde o temprano debe reunirse con Dios.
Si se valora la vida humana por encima de todas las demás formas y se considera como la única en la que podemos alcanzar a Dios es debido a que los seres humanos podemos tener conciencia. En nosotros hay más del elemento espiritual. Kabir Sahib nos alienta a aprovechar al máximo nuestra oportunidad de buscar la guía de un ser realizado para poder proceder lo más rápido posible a nuestro Hogar eterno. Tenemos que alcanzar la meta de la unión rebosante de dicha y éxtasis. En esta vida, muy rara vez tenemos un indicio de esa alegría. El poeta Bahadur Shah Zafar ha dicho: Orando por una larga vida, vine a este mundo solo por cuatro días. Dos de ellos los pasé orando al amado y los otros dos esperando. El amado Maestro Kirpal Singh solía decir: El tiempo y la marea no esperan por nadie también Robert Browning ha dicho: Quien sabe, si el mundo se puede acabar esta noche. Kabir nos pide que busquemos la salvación de manos de algún ser liberado, de un Maestro. Él nos exhorta a no demorarnos. Refiriéndose a la desafortunada condición del alma, el Gurbani dice en una parte que el alma y el amado están compartiendo la misma cama y aun así nunca se ven. El Maestro sí viene, pero a veces nos lo perdemos por qué hacemos demasiadas cosas y otras veces nos lo perdemos porque no hacemos lo suficiente. El gran Maestro Hazur Baba Sawan Singh solía decir que el salía a las tres de la mañana para bendecir a sus devotos alrededor del mundo con el prashad (regalos) interno pero que por desgracia todos estaban profundamente dormidos y él regresaba sin haber podido repartir sus tesoros... nuestra vida avanza, el tiempo pasa. Debemos tomar conciencia de nuestras vidas antes de que sea demasiado tarde. Si fallamos antes en dedicar tiempo a la meditación, no sería lo apropiado hacerlo ahora. Nada más nos ayudará.
El sendero espiritual está lleno de paradojas, lo que nos parece ahora incorrecto de hecho puede ser lo único correcto. Solo consideren, este sendero es al mismo tiempo de expansión y contracción. En una de las obras de Maulana Rumi, él dice: Dios no puede ser contenido ni en ambos mundos, sin embargo, Él reside en el corazón de un devoto. Cuando llegamos a los pies de un Maestro perfecto él nos libera del ego y nos enseña a amar a todos, de hecho, a toda la creación. Aprendemos a elevarnos por encima de nuestro pequeño ser. Nuestro amor se expande hasta abarcar a nuestra familia, a nuestros parientes, a nuestra comunidad, nuestra nación y finalmente el cosmos.
El ángulo de visión crece al infinito, hasta alcanzar un estado como el que he descrito en uno de mis versos: Que importa si me llaman hombre si en verdad soy el alma misma del amor. La tierra entera es mi hogar y el universo mi país.
Hay dos tareas frente a nosotros. Tenemos que volver limpia y virtuosas nuestras vidas. También tenemos que sentarnos a meditar cada día según las instrucciones del Maestro. Concentrarnos en el tercer ojo u ojo único ubicado entre y detrás de las dos cejas y repetir las sagradas palabras con las cuales el Maestro nos ha bendecido. Cuando practicamos el Simran no debemos hacerlo con la lengua física. Podemos recitar las palabras sagradas, las escrituras o algún verso con la lengua, pero al mismo tiempo nuestra mente corre alocada. Cuando hacemos esto, nuestra atención a veces se dirige a un problema doméstico o a un problema en la oficina. Se dirige a los castillos en el aire que construimos y reconstruimos. Nuestra mente no deja de moverse y no logramos la aguda concentración necesaria para tener éxito en la meditación. Este no es el verdadero Simran o recuerdo. Los Maestros nos dicen que enfoquemos la atención en el tercer ojo u ojo único mientras repetimos lo nombres cargados mentalmente, con la lengua del pensamiento. En esos momentos debemos estar en total recuerdo de Dios olvidándonos de nosotros mismos y del mundo. Si practicamos esto a diario, poco a poco aprenderemos a elevarnos por encima del cuerpo físico y a penetrar los reinos internos. Trascenderemos el cuerpo astral y el causal y estaremos listos para fundirnos en el Maestro. De ahí en adelante llegaremos a nuestro verdadero Hogar. Para lograr esta meta es esencial que nuestras vidas sean puras y rectas. De hecho, tenemos que reemplazar los cinco enemigos de la lujuria, ira, codicia, apego y ego con virtudes divinas.
LOS DORMIDOS
En el Gurbani se dice que todo el mundo está dormido.
Nuestros padres están dormidos nuestros profesores están dormidos y nuestros amigos también. Si hay alguien que en verdad está despierto es el Maestro viviente de la época. ¿Por qué no venir y acogernos a la protección de alguien así? Él está despierto y puede despertarnos también. Él nos ayudará a inculcar los valores más altos de la vida y nos bendecirá con el agua de vida que fluye en nuestro interior.
Muchas personas me han preguntado sobre el propósito de este Ashram y esta misión. Nosotros creemos en dos principios básicos. Primero, debemos volver pura, amorosa y justa nuestra vida. Segundo, debemos practicar la meditación cada día. Por medio del diario de introspección podemos aprender a ser conscientes de nuestros defectos y eliminarlos sistemáticamente. Nuestro amado divino nos espera dentro. Cuando vamos a encontrarnos con un amado del mundo, con cuanto cuidado nos preparamos nos limpiamos y tratamos de remover todas las manchas de nuestro rostro. Puesto que en el sendero espiritual buscamos al amado divino tenemos que desarrollar un nivel de pureza, amor y limpieza interna completamente nueva y superior. Puesto que el amado solo se puede encontrar internamente, debemos levantarnos preferiblemente en las horas tempranas de la mañana y dedicarnos a nuestras prácticas de meditación. Las horas tempranas son un tiempo bendito y sagrado. Todo el mundo a esa hora descansa. Hay silencio, no suenan los teléfonos y no golpean la puerta. Si nos sentamos a meditar con plena concentración contemplaremos en nuestro interior la expresión interna de la presencia divina: las estrellas, la luna, el sol y después la forma radiante de nuestro propio Maestro. Una vez que lleguemos internamente donde él, será nuestro compañero constante que nos llevará a los mundos superiores.
Es así, por la gracia del Maestro que nuestra vida se purifica y nuestra alma regresa al Hogar eterno. Allí alcanza la meta anhelada que ha estado buscando desde el comienzo de los tiempos: la unión con su Creador. Kabir nos exhorta que no nos demoremos. Debemos desarrollar una forma de vida recta y meditar todos los días. Esta es la única forma en que podemos cumplir el propósito de nuestra vida.
MEDITACIÓN
La meditación es un proceso por el cual retiramos nuestra atención del mundo externo y la enfocamos en el asiento del alma. A través de este método de concentración, podemos cruzar la conciencia física, comprobar que somos almas y explorar las regiones espirituales superiores.
Para practicar la meditación, nos sentamos en cualquier pose, la que sea más conveniente y en la cual podamos permanecer por largo tiempo sin movernos. Debemos sentarnos con suficiente distancia entre nosotros para que ninguna parte del cuerpo toque a alguien más ya que esto perturbaría nuestra concentración.
Hay que cerrar los ojos suavemente y mirar en línea recta, enfocando la atención en medio de la oscuridad que yace al frente. No son los ojos físicos los que ven la oscuridad, sino el tercer ojo u ojo único ubicado entre y detrás de las dos cejas.
Continúen mirando fijamente en medio de lo que yace al frente de ustedes. Quienes son iniciados deben repetir mentalmente los cinco Nombres Cargados dados en el momento de la iniciación. Repitan esos nombres muy despacio, con la lengua del pensamiento. Quienes son nuevos aquí, por favor repitan cualquier nombre de Dios con el que se sientan a gusto. Repitan mentalmente los nombres muy despacio, mientras fijan la mirada al frente. Esta repetición mantendrá a la mente ocupada y evitará que divague.
Cuando la luz o las visiones internas aparezcan, sigan enfocando su atención en medio de lo que vean y prosigan repitiendo los Nombres de Dios.
Esperamos que disfruten de esta sesión de meditación por diez minutos.