La iluminación espiritual

El sufrimiento te hace despertar

APRENDER DEL DOLOR

El dolor existe porque rechazamos que lo único sustancial es el amor, la felicidad, el gozo.

A veces, hasta la misma religión, mal entendida, es fuente de trabas psicológicas para vivir la libertad interior que nos aleje de los intensos dolores y las extensas depresiones que caracterizan al mundo moderno.

Si estás doliéndote de tu pasado, es que estás dormido. Lo importante es levantarse para no volver a caer. La solución está en tu capacidad de comprensión y de ver otra cosa que lo que te permites ver. Ver lo que hay detrás de las cosas. Cuando se te abran los ojos, verás cómo todo cambia, que el pasado está muerto y el que se duerme en el pasado está muerto, porque solo el presente es vivo si tú estás despierto en él.

Metanoia quiere decir despertarse y no perderse la vida. Es vivir el presente. Para saber esto hay un criterio: ¿Tú sufres? Es que estás dormido. Es igual que sepas muchas cosas y te dediques a salvar a las personas. El ciego que guía a otro ciego quiere decir que los dos están dormidos. Si sufres es que estás dormido. Me dirás que el dolor existe. Sí, es verdad que el dolor existe, pero no el sufrimiento. El sufrimiento no es real, sino una obra de tu mente. Si sufres es que estás dormido porque, en sí, el sufrimiento no existe, es un producto de tu sueño; y si estás dormido, verás a un Jesús dormido, que tú te has imaginado, que nada tiene que ver con el Jesús real, y eso puede ser muy peligroso.

Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. Aceptarlo todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz. El dolor existe, y el sufrimiento solo surge cuando te resistes al dolor. Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y la mente en el pasado o en el futuro.

Buda dice: El mundo está lleno de dolor, que genera sufrimiento. La raíz del sufrimiento es el deseo. Si quieres arrancarte esa clase de dolor, tendrás que arrancarte el deseo.

¿Cuánto dura el placer de creer que has conseguido lo que deseabas?

El primer sorbo de placer es un encanto, pero va prendido irremediablemente al miedo a perderlo, y cuando se apoderan de ti las dudas, llega la tristeza. La misma alegría y exaltación de cuando llega el amigo, es proporcional al miedo y al dolor de cuando se marcha... o cuando lo esperas y no viene... ¿Vale la pena? Donde hay miedo no hay amor, y podéis estar bien seguros de ello.

Lo cierto es que el dolor existe porque rechazamos que lo único sustancial es el amor, la felicidad, el gozo.

Darte cuenta del dolor, de la aflicción o del desasosiego que sufres y cuál es el motivo; de dónde sale, en verdad,
ese sufrimiento. Si te sientes molesto, darte cuenta en seguida de ello, y de dónde nace este malestar. (Si dices que estás molesto porque alguien se ha portado mal contigo, no se puede entender que tú te castigues porque otro se comporta mal. Tiene que haber otro motivo más personal y escondido. Obsérvalo.)

Lo cierto es que el dolor existe porque rechazamos que lo único sustancial es el amor, la felicidad, el gozo. Cuando somos capaces de encontrar el camino despejado, para ese amor-felicidad que somos, nos topamos con el dolor, que no es nada concreto ni sustancial por sí mismo, sino la ausencia de la percepción del amor-felicidad. Como la oscuridad, que no existe, sino que es consecuencia de la menor percepción de la luz.

La vida es, en sí, un puro gozo y tú eres amor-felicidad como sustancia y potencial para desarrollar. Solo los obstáculos de la mente te impiden disfrutarla plenamente. Son las resistencias que pone tu programación lo que te impide ser feliz. De no tropezar con tu resistencia, ¿dónde estaría el dolor? Habría una armonía en ti, igual a la que existe en la naturaleza. Más aun, pues tú eres rey de esa naturaleza y dotado de una sensibilidad para captar la bondad, la felicidad y la belleza, que te hace creativo y capaz ya, no solo de ser feliz, sino de dar amor-felicidad a manos llenas.

DOLOR Y SUFRIMIENTO

Reflexiones de Anthony de Mello sobre el sufrimiento y el dolor

  • Las experiencias dolorosas tocan a todos los seres humanos, nadie puede sustraerse de ellas. Lo que cambia es cómo nos enfrentamos a ellas.
  • Hay quienes convierten el dolor en sufrimiento, en cambio hay quienes lo convierten en una experiencia de aprendizaje que les servirá para vivir mejor.
  • La infelicidad es producida porque a un suceso doloroso le agregas pensamientos equivocados; si pudieras desprenderte de esos pensamientos, el sufrimiento desaparecería.
  • El dolor existe, es real. El sufrimiento, en cambio, es obra de tus pensamientos. Si sufres es que estas dormido, porque el sufrimiento es producto de tu sueño.
  • No es la vida lo difícil, eres tú quien la vuelve difícil.
  • El sufrimiento es un deseo no cumplido, es un desear que las cosas ocurran como tú quieres que ocurran, o que las personas se comporten como tú quisieras, y al no ser así, el deseo choca con la realidad y de esta fricción surge el sufrimiento.
  • La paz se alcanza cuando abandonamos esa actitud de apego por las cosas, por las personas. En esa actitud se tiene que ser constante y se tiene que tener paciencia. No hay formula instantánea para la paz. Es necesario buscarlo con tranquilidad.
  • La mayoría de nosotros vivimos con tensiones y molestias; si esto te sucede, cierra los ojos y recorre lentamente tu cuerpo sintiendo cada una de sus partes, respira suavemente. Esto te relajará.
  • En ocasiones no perseguimos cosas materiales, pero estamos preocupados por nuestra salud. Si vivimos apegados a nuestra salud, también esta puede ser causa de sufrimiento.
  • Cada persona enfrenta de manera diferente un problema de salud. Hay quienes se aferran a la vida y sufren; hay quienes ven el proceso de enfermar como una experiencia de aprendizaje y no sufren.
  • Cuando alguien no cumple lo que prometió, cuando alguien te rechaza, cuando alguien te abandona, esa persona no te está lastimando, no te está hiriendo. Son tus pensamientos los que te lastiman. La única razón de tu sufrimiento son tus ideas acerca de cómo deberían comportarse las personas en relación a ti.
  • No sufres por lo que otros hacen, sino por la expectativa de que ellos se comporten según tus deseos, creyendo que tus ideas son las más correctas. Si ellos violan tus expectativas, son tus expectativas las que te hieren.
  • Disminuye tus expectativas sobre las personas y tendrás tres resultados:
    · Quedarás en paz.
    · Las personas seguirán comportándose como son y esto no te acarreará el más mínimo sufrimiento.
    · Tendrás más energía para hacer lo que quieras pues no estarás gastando tu tiempo esperando que los otros vivan de acuerdo a los planes que tú trazaste.
  • Solemos reaccionar ante las imágenes que reflejan los otros de nosotros mismos. Vemos en el otro lo que deseamos (lo idealizamos) o ponemos en él nuestro miedo (lo rechazamos) y así nos impedimos conocer al otro en su realidad.
  • Las ofensas y los juicios de los demás sobre ti hablan más de la forma de pensar de ellos que de ti. No le des a otra persona el poder de perturbarte, el poder de decidir si vas a estar triste o alegre.
  • Para vencer esto, es necesario desintoxicarte: llama a las cosas por su nombre, piensa de quién necesitas aprobación, observa cómo frente a esa persona pierdes la libertad, piensa en quién necesitas para atenuar el dolor de tu soledad, observa cómo frente a ella no puedes decidir, pierdes la libertad. Ahora busca la soledad, mantente lejos de las multitudes; al principio será doloroso, pero después el amor renacerá.
  • Tú mantienes muchas cosas para sentirte seguro, buscas prestigio, reconocimiento o aceptación porque te sientes inseguro, pero cuando lo dejas, descansas y paradójicamente entonces sí sientes seguridad.
  • El dolor y la felicidad son como la oscuridad y la luz. La oscuridad no existe; es solo un periodo en el que se percibe menos la luz. Libérate de rótulos, deseos, ideas y podrás percibir la felicidad.
  • Entiende el origen de tu sufrimiento y tendrás la cura; si no lo entiendes, no dejarás el sufrimiento.
  • No sientas vergüenza por nada que hayas hecho en el pasado.
  • Piensa en todo esto, piensa en lo que tienes y lo que no tienes; de ahí vendrán las fuerzas para enfrentar los conflictos.
  • No es todo lo que tenemos, sino lo que disfrutamos lo que nos hace felices. Solo podemos disfrutar cuando no tenemos miedo a las pérdidas. Y nos volvemos libres cuando tomamos conciencia de todo aquello que no nos puede ser quitado o robado ni por los otros, ni por nosotros mismos.
  • Si deseamos ser felices lo podemos lograr ahora, pero si deseamos ser más felices que antes, o que otros, eso no lo podemos lograr porque eso es un apego, porque las felicidades no se pueden comparar.
  • El sufrimiento que padeces es el equivalente a tu resistencia a la realidad. El resistirte hace que choques con la realidad; revisa tus planteamientos para que se ajusten a la realidad. Si lo comprendes, crecerás: en caso contrario sufrirás sin remedio.
  • No te apegues a la liberación, porque esta no se puede aprender. Solo tienes que ver las cosas como son. Las cosas serán cuando deban ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es algo que se pueda forzar ni comprar. Se trata de ver la realidad tal como es. Lo cierto es que ya estás en ella, siempre has estado, pera la buscas como el pez que iba como loco buscando el océano.
  • La felicidad siempre está ahí pero a veces no somos capaces de observar el tesoro en el que estamos parados.