Los calcetines perdidos - Reflexión
Los calcetines fueron mi Maestro al darme cuenta de que uno de ellos estaba perdido, la opción era calzar otro par que no eran pareja y nada de nervios.
JEBUNA
LA IDIOTEZ DE LAS APARIENCIAS
Los que tienen el poder pueden moldear al niño.
Los calcetines fueron mi Maestro al darme cuenta de que uno de ellos estaba perdido, la opción era calzar otro par que no eran pareja con la tranquilidad del que dirán haciendo caso omiso y nada de nervios. Señores, seguramente una sociedad forjada de apariencias se fije en la minucia del calcetín trocado, pero el iniciado, se puede dar el lujo de ambular con hilachas irradiando su propia luz.
Es increíble que un simple par de calcetines te haga entrar en conflicto con la espiritualidad por la idiotez de las apariencias, así de sencillo, esta simpleza te puede hacer descender. Mucha atención porque en cuestiones de espiritualidad la apariencia es lo de menos, en el universo de la luz la cosa es seria, solo el religioso y mundano aparenta devoción en templos suntuosos de la alta alcurnia. La sencillez del iluminado no aparenta al sol su frío para que este haga su aparición, ni lo perturba un calcetín perdido.
Ahora, los niños están indefensos. El niño humano es la cría más indefensa en todo el reino animal... Naturalmente, los que tienen el poder pueden moldear al niño como ellos quieran. Todo el mundo se ha convertido en lo que es en contra de sí mismos. Esa es la psicología que hay tras el hecho de que todo el mundo quiera aparentar ser lo que no es. Es evidente que los hipócritas concurren a sus ritos para que se diga de ellos que son buenas personas, para aparentar ante los demás, más nunca trabajan sobre sí mismos.
CONCLUSIÓN
Si se te pierde un calcetín o falla algo en tu entorno descomponiendo tu cordura e impulsándote a las apariencias es porque hay algo anómalo en tu caminar. Corrige y sigue tu marcha. Recuerda, los pequeños detalles te hablan a diario, cuando usted se despierta, cuando comprende, cuando ve, el mundo se arregla.