Vivir en el Amor es estar aquí y ahora
Si alguien sabe enseñarnos porque vivir en el Amor es estar aquí y ahora es el psicoterapeuta Anthony de Mello, el tiene la autoridad plena para hacerlo.
ANTHONY DE MELLO
VIVIR ES AQUÍ Y AHORA
El Reino del Amor está aquí y es ahora.
Es posible que hayas ganado el mundo con el aplauso, pero perdiste la vida. La vida es algo que pasa mientras tú estás ocupado haciendo cosas. No te has dado nunca el placer de vivir y vas a llegar inconsciente hasta la muerte, sin ser nunca libre como el pájaro que planea majestuoso en el ahora viviendo y siendo.
Se dice que un gran sabio le dijo a un emperador romano: Cuando llegue el día de tu muerte, morirás sin haber vivido el ahora. Que despertemos para que este epitafio no sirva para nuestra tumba. ¡Qué bien se siente uno haciendo lo que quiere!. Deja, mientras, a los burros que se reúnan para criticarte. El ser libre y estar despierto a la realidad te permite vivir como un rey. Si tú eres el rey de la creación, ¿Qué te importa el ministro, el cardenal o el presidente?.
No hay más que distanciarse uno de sí mismo — como Santa Teresa — y darte cuenta cuando actúa la programación en ti y cuando eres tú mismo. Al darte cuenta de tu programación y de cómo actúa a través de ti, ya te has disociado de ella, y ya no tiene fuerza sobre ti, ya no te puede, porque tú eres algo muy distinto a tu programación; ella no es más que una forma de expresión que usas por hábito, pero nada tiene que ver contigo. Entonces, cuando observas esos hábitos, los tomas con humor: ¡Ya se me pasará!. Y entonces ya no estás molesto, porque a tu yo verdadero no le afecta.
La vida en el ahora se escapa y hay que aprovecharla hasta el fondo. Importa fijarse en la ofensa, para aprender, pero no en el ofensor, que actúa por su programación.
Se cuenta de un oso al que metieron en una jaula de seis metros de largo, y caminaba de un lado a otro, sin parar. Al cabo de un año le quitaron la jaula y el animal seguía paseando los mismos seis metros, ida y vuelta, incapaz de ir más allá. Se había acostumbrado. Así los hombres somos incapaces de salir del espacio de la programación.
LA MEMORIA Y EL AHORA
La memoria te aleja del ahora.
Nos aburrimos por la memoria, cuando ésta está contaminada por la emoción, pues si olvidásemos por completo lo anterior con sus emociones, todo nos parecería nuevo. Lo que ocurre es que solemos petrificar las emociones en la memoria. La realidad es que todo cambia continuamente, y si pudiéramos verlo así, todo nos sorprendería por su novedad.
Cuando hacemos favores, si los hiciéramos sin llevar cuenta, no esperaríamos luego agradecimiento, pero llevamos cuenta y luego nos hacemos la ilusión de que lo hemos hecho por altruismo. Si cuando haces algo por otro, lo haces a gusto y eres feliz haciéndolo, ¿Por qué esperas entonces correspondencia?.
El amor desinteresado, ¿Existe?
Sin embargo, el amor desinteresado es el único al que se puede dar el nombre de amor. ¿Quién quiere ser objeto de un amor sacrificado?. Te gusta que el otro disfrute amándote, y también que disfrute al hacerte un favor. ¿Entonces por qué cuando eres tú el que ama o hace el favor esperas una compensación?, ¿No es bastante la alegría de poder amar y de participar con el otro lo que tienes?.
La gratitud es un gancho.
Nuestra cultura lo convirtió en una obligación, y la sociedad de consumo ha montado un gran negocio con ello. Moyto obrigado, dicen los portugueses, en una definición exacta de lo que ha llegado a ser el agradecimiento. La cultura contamina lo que toca porque es un elemento manipulador.
El niño es otra víctima de la programación.
La cultura dice: Hay que reformar al niño, con lo que se da por supuesto que el niño es malo, y con la consigna de que hay que prepararlo para la vida ¿Qué vida? se le domestica metiéndole una programación de leyes y reglas de conducta. El niño, precisamente, nace con toda su capacidad despierta para agarrarse a la vida, pues la vida en el ahora es precisamente la única maestra que no se equivoca y lo educa en libertad.
En la India hay niños de seis años que se ganan el sustento para ellos y sus familiares, y es la vida y la necesidad las que lo han enseñado.
Al niño le hace falta la libertad.
Más vale un barrendero feliz que un juez o un gran político infeliz. Con toda la mejor voluntad del mundo, la gente religiosa es opresora. Lo que suele llamarse respeto es una forma respetable del miedo. Hay que darle al niño de 6 años el mismo respeto que al presidente de la nación. La función que haga cada uno no tiene ninguna importancia. Todos somos necesarios.
EL AHORA ES EL AHORA
Experimenta la realidad, ve hasta tus sentidos. Eso te traerá hacia el aquí y el ahora. Eso te traerá a la experiencia. Es en el ahora donde se encuentra el Reino del Amor. Si encuentras que la vida es encantadora y si ves que todo lo que te rodea esta como debiera, significa que justo ahora estas totalmente feliz, nada más.
El presente forma parte de la eternidad. Lo que es, no es tiempo, porque nunca pasa: siempre está aquí. El ahora siempre está aquí. Este ahora, es eterno.
Seguramente te ganaste el mundo con el aplauso, pero perdiste la vida. La vida es algo que pasa aquí y ahora mientras tú estás ocupado haciendo cosas. Si lo encuentras encantador, significa que justo ahora estas de buen humor, nada más.
El día en que cambies, cambiarán todas las personas para ti, y cambiará tu presente. Entonces vivirás en el ahora, vivirás en el mundo, vivirás en el reino del amor.
El valor a tener en cuenta es ser feliz y buscar tu sitio en la vida y ahora.
Anthony de Mello