La iluminación espiritual

La potencia de Dios en los alimentos

POR: JEBUNA

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LA POTENCIA DEL SABER COMER

DOS ACCIONES GIGANTESCAS PARA CURAR
LAS ENFERMEDADES INCURABLES

¿Cuál es el mejor libro que existe para la salud?

R/. ¡Ninguno! porque no se pueden comer, inyectar ni untar. Cura más una aspirina que todos los libros de medicina juntos. Tampoco sirven las teorías si no se llevan a la práctica.

Existen miles de libros en los cuales se detecta un síntoma y se recomienda un remedio; todas las enfermedades se encuentran allí por orden alfabético y ya tienen sus medicamentos asignados.

Otros libros demuestran una terapia y relatan casos clínicos interesantes. Pero cuando el lector termina de leerlos, se queda ahí sentado y ¿qué ocurrió? Nada.

La Medicina fractárica enseña que las enfermedades incurables no se quitan con pañitos de agua tibia medicamentos y menos con simples teorías. Se requiere entrar en acción decidida aplicando todos los medios que estén al alcance para lograr dejar a la enfermedad sin asiento, sin en dónde asirse. Toda curación es una realidad siempre y cuando exista una acción decidida y contundente.

Existe una potencia reconocida desde la antigüedad y definida en un libro religioso:

DIOS AMA LO LIMPIO

—El Corán—

La enfermedad, así como todos los seres de este mundo, también muere cuando se queda sin alimento. ¿Sabes cuál es el alimento de la enfermedad? La suciedad. Todos bañamos nuestro cuerpo diariamente por fuera con buen jabón y agua suficientes; si no lo hiciéramos nos aparecerían hongos en la piel, caspa en la cabeza, picazón en los pies, granos, olores y mil bichos que nos enfermarían en pocos días.

Si no fuese por el baño diario estaríamos llenos de enfermedades terribles y, a lo mejor, muertos (digo a lo mejor porque sería terrible vivir sucios y llenos de enfermedades en la piel).

Ocurre que nuestro organismo interno también requiere bañarse diariamente porque trabaja mucho; las fábricas internas producen abundante basura, la combustión de sus hornos producen hollín (toxinas), el aire que penetra tiene suciedad y mucho más.

Lo grave es que hay personas que nunca realizan una limpieza interna; ni siquiera le proporcionan al organismo suficiente agua pura y jabón (depurativos) para que el cuerpo lo haga. Si una persona de 20 años en adelante pudiera ver su intestino, se horrorizaría del cúmulo de porquerías que tiene acumuladas allí, formando costras que distribuyen enfermedades y debilitan todo el cuerpo.

Cualquiera sabe cuándo cambiar filtro del carburador del auto para que el aire llegue puro al motor. También cambian el filtro de aceite para librar al auto de impurezas. En cambio ¿quién pone un filtro de aire en la nariz para que no entre la misma contaminación que daña al vehículo? ¿Quién coloca un filtro al intestino para evitar la basura orgánica que se acumula en él?

Cuento

Un borracho que fue a parar a un templo, casi sin darse cuenta se arrodilló frente al altar en el momento en que el sacerdote iniciaba el reparto de la sagrada comunión. Cuando el sacerdote llegó donde él y notó su lamentable estado de suciedad y abandono, le preguntó: —Hijo ¿ya te confesaste? El borracho dijo: —¡No! —Entonces, ve primero a limpiar el alma y cuerpo antes de recibir el sagrado sacramento.

Si el médico hiciese lo mismo cuando un paciente le llega con una enfermedad rebelde, no existirían enfermedades incurables y muchas personas no hubieran bajado al sepulcro antes de tiempo. Ningún tratamiento obra completamente si el cuerpo se encuentra en condiciones lamentables de suciedad interna.

¿Qué hace un médico primero, cuando va a tratar a un paciente herido? Lavarle la herida; de resto, no obrarían las medicinas y la herida se infectaría. El absurdo más grande que se puede cometer es tratar de curar sin limpiar; de ahí, dos fracasos tan tristes y numerosos, no obstante contar con fármacos poderosos.

Un mecánico, antes de hacer una reparación al carburador, lo lava por completo. Para reparar un motor, lo primero que se hace es una limpieza total de cada una de sus partes. No obstante en el cuerpo humano se inician tratamientos sin tener en cuenta la carga de contaminantes internos que son, sin lugar a dudas, los causantes escondidos de la enfermedad que se va a tratar.

Los siete errores más grandes en la aplicación de la medicina

Existen siete acciones en la práctica de la medicina alopática los cuales han llevado a la tumba a más pacientes que la cantidad de los que supuestamente las drogas han logrado aliviar.

El primero, como vimos, es decirles a sus ingenuos pacientes que pueden comer de todo.

El segundo, es iniciar cualquier tratamiento importante sin realizar antes una limpieza del intestino. Al comer de todo el intestino se recarga y deja pasar cantidades monstruosas de bacterias y venenos a la sangre.

De esta forma la persona experimenta síntomas de fatiga e insomnio.

El mal funcionamiento del tránsito intestinal desemboca en enfermedades cardiacas, cáncer, reumatismo grave, alteración degenerativa del sistema nervioso, etc. De ahí vienen problemas de estrés, dolores menstruales, artritis y una lista que tiene como título: enfermedades incurables.

La carne, al carecer de fibras de celulosa, es responsable de la putrefacción intestinal y el cáncer de colon, para empezar la lista de enfermedades antes citadas. Los productos cárnicos desarrollan una flora microbiana altamente agresiva.

Los aminoácidos de las proteínas cárnicas, al ser mal digeridos, sufren una decarboxilación la cual produce los aminos tóxicos y, al final, aparecen nada menos que la PUTRESCINA y la cadaverina.

El tercer error que se comete e la medicina tradicional, es meter drogas caras que no conocen, en un organismo que desconocen.

La Medicina fractárica asegura que ninguna afección crónica puede desaparecer en tanto el colon no quede totalmente limpio, se logra limpiar ingiriendo abundantes frutas sin mezclarlas con nada. El vegetarianismo es la mejor manera de permanecer con el organismo internamente limpio.

El cuarto error es decirle al paciente que tiene que aprender a vivir con la enfermedad. Decirle a un paciente que se resigne sugiere dos cosas: primero, que la medicina es inefectiva y nada puede hacer por él; y la segunda y más grave aún es decapitarle al paciente la fe, el deseo de luchar, el optimismo por la vida.

Esto es negar que el paciente también posee poderes para sanarse, en razón de que dentro de su cuerpo existe un médico un millón de veces más poderoso que el mejor doctor salido de universidad alguna.

Lo que puede hacer un médico cuando se sienta impotente ante una enfermedad, es acudir a la Medicina Fractárica que cuenta con medicinas extraordinarias, y sostener una relación cordial y amorosa con el paciente e infundirle la confianza en las Leyes Naturales las cuales son las que sitúan al enfermo en el camino de la curación.

El quinto error es tratar de curar recetando medicamentos y no cortando con la causa que origina la enfermedad, dejar que siga ahí carcomiendo al paciente mientras se vuelve crónica debido a la toxicidad de los mismos.

El sexto error es recetar reconstituyentes artificiales recargados de elementos en forma desproporcionada, a sabiendas que:

  1. El cuerpo no los va a asimilar dado el mal funcionamiento del intestino, agravado por las combinaciones erróneas que se hacen al comer.
  2. Existen verdaderos y perfectos reconstituyentes en las ensaladas y las frutas, que son de fácil asimilación.

El séptimo error, es decirle que tiene una enfermedad de la vejez. La medicina Fractárica demuestra científicamente que no existen enfermedades de la vejes sino enfermedades causadas por muchos años de haber abusado del organismo. Si no se hubiese abusado, la persona hubiese llegado a una edad avanzada sin ninguna enfermedad… una cosa es tener años y otra el estar enfermos.

Por otra parte, explicable al paciente que su enfermedad tiene origen genético es una disculpa para decirle que no lo puede curar ya que no puede cambiarle los genes; y tampoco tiene sentido tocar el tema porque el paciente no puede cambiar de padres.

Si las enfermedades fueran de origen genético, entonces ¿para qué acudir a la medicina? La medicina Fractárica demuestra que en la mayoría de las enfermedades no son los genes los que se heredan sino las costumbres de la alimentación errónea y el no saber vivir, y son las mismas causas las que produjeron las mismas enfermedades que tuvieron sus padres.

Tantos años después de conocido el primer borrador del genoma humano, los expertos consideran que los aportes a la medicina son insignificantes… realmente nulos en cuanto servir a un paciente que sufre.

Acción decidida y efectiva

Sería ideal contar con el médico para que asesorara al paciente sobre la limpieza efectiva de su tracto intestinal y de su matriz extracelular. No obstante, en las universidades no los prepararon para prevenir enfermedades sino para acallar los síntomas con pastillas y operaciones.

Recordemos que no es rentable la prevención: se quedarían sin pacientes. Ellos estudiaron para quitar síntomas y no para quitar causas. La Medicina Fractárica se orienta a suprimir la causa para que la enfermedad se quede sin sustento, sin dónde asirse, sin campo dónde operar.

En el caso de nuestra limpieza interna, si no se cuenta con el apoyo sincero del médico tradicional, es bueno acudir a un centro naturista o tienda vegetariana, que allí se encuentra gente pacífica y amable que le puede recomendar varias formas de limpiar el organismo utilizando plantas medicinales.

En estas tiendas también se encuentran médicos ilustres que se han dado cuenta que en lo natural está el secreto de la salud. Limpia tu tracto intestinal y volverás a tener la salud de un niño sano.

Cuando la sangre se purifica, la enfermedad desaparece.

Clases de limpieza

Todos los cinco factores de limpieza son indispensables antes, durante y después de cualquier tratamiento. Sin estas cinco limpiezas, cualquier tratamiento que se realice es como pescar en un río de solo barro.

De ahí la imposibilidad de curarse millones de personas y por ende que los esfuerzos médicos no den resultados. De ahí las enfermedades incurables. La persona que posea las cinco limpiezas reacciona positivamente y de inmediato al toque de cualquier tratamiento.

Ninguna enfermedad puede resistir la acción de las cinco limpiezas.

Cada esfuerzo que se haga es un número ganador en la gran lotería de la vida, que entrega sus premios solo a quienes se apuntan.


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