La iluminación espiritual

El planeta agoniza

PREGUNTAS A UN CHEF VEGANO

La alimentación es una de las actividades humanas que tiene más impacto en el planeta. Desde reducir el consumo de carne hasta apoyar a los productores locales, cada bocado que damos puede hacer la diferencia. En esta nota te dejamos una entrevista a Daniel Bravo, chef vegano de Greenpeace, en la que le hicimos las preguntas que tú querrías hacerle. Sigue leyendo.

Daniel Bravo integra nuestro equipo desde hace 13 años. Además de ser el responsable de la cocina a bordo de nuestros barcos, se suma a movimientos locales de soberanía alimentaria y apoya el cultivo sustentable.

Su misión es mostrarle al mundo que, si cambiamos nuestros hábitos alimentarios, podemos apoyar a los productores locales y ayudar a construir una sociedad más saludable y equitativa para todos.

1- ¿Cuáles eran tus comidas preferidas?

Cuando era niño recuerdo el aroma de la nuez moscada y las sopas con frijoles negros que comía en la cocina de mi abuela después de la escuela. También me acuerdo de los chilaquiles -comida típica mexicana- que hacía mi mamá con salsa de tomate picante. Mi papá tenía un pequeño jardín en el que plantaba vegetales y ese era uno de mis lugares favoritos de la casa. Cuando los tomates cherry estaban maduros y dulces los arrancaba y los comía con mi hermana. Amaba todo en ese jardín: el aroma, el gusto y toda la naturaleza que rodeaba el lugar.

2- La gente elige ser vegana por múltiples razones, ¿cuál fue la tuya?

Vegano, vegetariano, omnívoro...solo se trata de etiquetas para separarnos en la sociedad. Lo que es importante es entender cómo la producción industrial de alimentos está destruyendo a nuestro planeta y a todos los que habitamos en él. Los cultivos destinados a alimentar el ganado están generando deforestación y desplazando a los pueblos indígenas. Los agroquímicos envenenan el suelo, el agua y afectan a la vida que depende de estos recursos para sobrevivir. Los animales se transforman en productos en vez de en seres vivientes. Sé cómo la agricultura industrial empeora los efectos del cambio climático. Vi los glaciares en la Antártida y se que mis nietos nunca los verán. Sé que las sequías y las inundaciones están afectando a las zonas más vulnerables del planeta. Por eso es que es tan importante elegir lo que comemos.

3- ¿Cuándo decidiste ser chef y, en particular, chef vegano? ¿Qué te inspiró?

Me siento muy afortunado de haber vivido en un ambiente en el que la comida fue considerada una fuente de amor. Mi papá me llevaba a lugares en los que comía con su padre. Mi abuela preparaba comidas increíbles para celebrar los cumpleaños de los nietos. Empecé a trabajar para un pequeño negocio familiar y decidí hacer carrera como chef. Después de varios años en la industria y con mayor conocimiento de la naturaleza y los procesos alimentarios fue clara la necesidad de encontrar un camino para ayudar al planeta de manera más profunda. Por eso me uní a Greenpeace como voluntario y activista y después terminé en el Arctic Sunrise como asistente de cocina.

4- Estuviste trabajando a bordo del Rainbow Warrior por un tiempo. ¿Cómo haces para asegurarte de que los platos sean variados, aún cuando pasas mucho tiempo en mar abierto? ¿Cuál es la comida favorita de la tripulación?

Viajar alrededor del mundo con Greenpeace me ha dado una oportunidad única de ampliar mi conocimiento. Probé la cocina de diferentes partes del mundo y distintos ingredientes y aprendí mucho de las distintas culturas. Los mercados locales ofrecen mucha variedad: la riqueza y la frescura hacen que cocinar sea una bendición. Cada vez que zarpamos comienza el desafío. Ese es el momento en el que la creatividad y el conocimiento tienen que aparecer. Mi abuela solía decir que un buen cocinero no es aquel que hace una comida fantástica con ingredientes increíbles sino quien hace una gran comida con lo que tiene disponible.

La tripulación ama el ceviche de lentejas: es nutritivo, sabroso y saludable. Hacer un plato de este estilo, con comida sustentable, es mi mantra.

5- ¿Qué es lo más difícil de cocinar en un barco?

Cocinar mientras el barco está en movimiento y es golpeado por olas grandes con la comida cayéndose por todos lados es un gran desafío. Pero también puede ser muy divertido limpiar el piso mientras rebotas de un lado a otro. Sin embargo, lo más difícil sin dudas es dejar a tus seres queridos en tierra.Saber que hay muy poco que puedes hacer durante una emergencia o las cosas más simples como abrazar a mi hija cuando está triste o asustada. Me rompe el corazón. Después de tantos años de estar lejos de casa aprendí a apreciar los momentos con mi familia y convertirlos en únicos.

6- En los viajes te encontraste con mucha gente inspiradora. ¿Quién fue la persona que más te inspiró?

En cada viaje encuentro gente increíble: activistas y voluntarios que me inspiran con su compromiso y pasión por el medio ambiente; asistentes de cocina que están comprometidos a trabajar en las tareas más duras a bordo porque quieren hacer un cambio; agricultores que viven sus vidas bien cerca de la naturaleza. En cada país visito a los pequeños productores y me dan un gran ejemplo de cómo podemos cambiar el mundo. No puedo nombrar a una sola persona, todas ellas son la prueba de cómo podemos plantar una semilla que cambie el mundo.

7- Eres un apasionado de la comida sustentable. ¿Qué significa y por qué es tan importante para ti?

Durante décadas la agricultura industrial se ha presentado como la solución para el hambre en el mundo pero esto obviamente no es cierto. El sistema alimentario actual produce deforestación, erosiona los suelos, provoca pérdida de biodiversidad, contaminación del agua y empeora los efectos del cambio climático. Los pequeños productores se ven tremendamente afectados por la agricultura industrial. Por eso creo que la agricultura ecológica es la llave para lograr el cambio. Los cultivos locales crean un sistema integrado en donde se establece un balance que protege la biodiversidad.

8- ¿Cuáles son los impactos de la agricultura industrial que viste durante tus viajes?

Visité pequeñas ciudades con niños sufriendo de enfermedades relacionadas con el uso de agroquímicos o pequeños productores que deben abandonar sus campos porque no puede competir con los precios de la agricultura industrial. Vi la tristeza en los ojos de Don Simon, líder de la comunidad Wichi en Salta, Argentina. Recuerdo cuando me dijo: Se llevaron el bosque, la tierra y difícilmente podemos sobrevivir.

9- ¿Cuál es el mayor mito sobre cocinar alimentos basados en la vegetación autóctona de cada ciudad?

Que la comida no tiene sabor, que te hace sentir débil, que no tiene la cantidad suficiente de proteínas y nutrientes o que no va a hacer la diferencia para el planeta y las personas. Puedo decir que la comida a base de vegetales tiene mucho sabor. Todo depende de cómo la prepares. Y, en vez de debilitarte, te sentirás más liviano y saludable porque incorporas más variedad de alimentos y más nutrientes. Lo más importante es saber que todo lo que hacemos impacta en nuestra vida y en el planeta, incluyendo cada bocado que damos.

10- ¿Puedes compartirnos tu receta favorita?

Las croquetas de quinoa y algas marinas es una de mis favoritas por la historia que hay detrás de ella. La importancia de las algas para las comunidades costeras y el entorno, la riqueza de los nutrientes y la disponibilidad además de los nutrientes que tienen para las personas que no pueden obtenerlos por otros medios.