¿Crees que puedes cambiar el nivel de tu manifestación? ¡Hazlo ahora!
¿Te sientes inepto y sin poder, atrapado en el ciclo de pobreza y carencia? Reclama tu poder y crea abundancia.
Acepta cada regalo, por grande o pequeño que sea, con una gran sonrisa y un «gracias» sincero.
Deja de ser un obstáculo en tu propio camino. Haz el proceso de manifestación y después suelta; confía en el proceso.
Recuérdate que el crecimiento espiritual puede ser alegre, fácil y divertido.
Construye tus intenciones de manifestación en positivo y en tiempo presente.
¿Te encuentras a menudo pensando: «No me merezco esto» ¡Cambia de programa! Merezco todas las cosas buenas, la felicidad, el bienestar, la riqueza y la realización.
Has dicho alguna vez: «No puedo evitarlo; es mi karma». Renegocia los contratos con tu alma y libérate.
Crezco mediante la alegría y la conciencia expandida.
Divide tu manifestación en pequeñas porciones, pero permite también que se den las sincronicidades.
Soy el autor de mi propio destino; yo creo mi mundo.
Recibe grácilmente y con gratitud cualquier regalo que te llegue, de la fuente que sea.
Permítete sentirte sorprendido por lo inesperado y por las coincidencias favorables.
Date las gracias y da gracias al universo por lo que se ha manifestado.
Divide lo que quieres conseguir en pasos alcanzables y espera que el proceso tenga un buen resultado.
Armoniza con el flujo de manifestar quién eres en esencia.
No-juicio: evita juzgar si las cosas son «buenas» o «malas».
Sal de los sentimientos negativos y auto limitantes hacia un radiante sentido de bienestar, alegría y enriquecimiento interno.
Armoniza con tu yo esencial, con creencias congruentes.
Atrapa esos pensamientos y sentimientos que, de otro modo, te harían tropezar.
Mantente plenamente en el momento presente y no vuelvas al pasado ni te proyectes en el futuro.
Mantén tu mente y sentimientos enfocados en conseguir un resultado positivo ahora.
Una turquesa dada por una mano amorosa lleva consigo felicidad y buena fortuna.
Cuanto más claro y feliz te sientas por dentro, más alegre y amoroso se vuelve tu mundo exterior porque el amor atrae el amor.