La iluminación espiritual

Como entablar un dialogo de filosofía

COMO ENTABLAR UN DIÁLOGO FILOSÓFICO

Dado que existen 20.000 religiones o sectas en el mundo, y cada una pretende tener la verdad, y, como no puede haber dos verdades distintas, entonces…

¿DÓNDE ENCONTRAR LA VERDAD?

Dios ha dotado a los hombres de la razón y la inteligencia al concederles parte de su sabiduría y parte de su Divino Espíritu, para que así, iluminándolos, puedan leer el libro abierto de la Naturaleza, conocer sus leyes y acatarlas.

De allí que los hombres deben esforzarse en emplear ésta su inteligencia y en escudriñar la Naturaleza, porque de esta forma, únicamente, podrán descubrir sus sabias leyes, escritas en cada detalle en su obra... Buscad la Verdad en la letra viva, que papita en la Naturaleza viviente, donde ella se manifiesta en infinitas formas, hablándonos por miles de bocas. Jesucristo

  1. Prepárate. Puede que no sea posible hacer preparaciones con anticipación cuando entras en un diálogo filosófico inesperado, pero, en general, las discusiones filosóficas que ocurran durante tus estudios serán planeadas con anticipación.
    • Revisa los materiales asignados para la discusión y saca tus propias conclusiones en base a un razonamiento sólido.
    • Para los diálogos que no sean planeados, repasa brevemente tu conocimiento sobre los conceptos relacionados antes de entrar activamente en una discusión.
  2. Sé respetuoso pero prepárate para el conflicto. Un diálogo filosófico no será muy interesante si todos tienen exactamente las mismas ideas. Habrá desacuerdos, pero siempre debes ser respetuoso de los demás y sus ideas, incluso cuando estés intentando refutarlas.
    • Muestra respeto escuchando plenamente e intentando ver los puntos opuestos como ideas que valen la pena.
    • Cuando una conversación traiga a colación un problema significativo, el diálogo probablemente se volverá más apasionado y pueden ocurrir conflictos. De todas formas, debes tratar de terminar la conversación en una nota positiva y respetuosa.
  3. Proporciona percepciones de calidad. Si las ideas en discusión son unas sobre las que no tienes una opinión sólida o un conocimiento firme, pasa más tiempo como oyente activo que como hablante. Únicamente hablar no es suficiente. Si los puntos con los que contribuyes no son sólidos, tu contribución no promoverá mucho el diálogo.
    • A la inversa, si tienes argumentos sólidos que hacer, hazlos. No debes tratar de anteponerte a los otros, pero definitivamente debes hacer saber tus ideas y el sustento para ellas.
  4. Haz muchas preguntas. Las preguntas perspicaces pueden ser tan importantes en una discusión como los argumentos sólidos.
    • Pide aclaraciones en cualquier punto que otra persona haga cuando a ti te parezca confuso.
    • Si tienes un punto que nadie haya abordado aún pero no tienes una postura firme sobre él, tráelo a colación como una pregunta.