Fe religiosa - Religión
Tu FE fue dañada porque en los que confiabas te enseñaron a creer en esto o en aquello cuando apenas eras solo un niño, te ultrajaron ingenuamente.
JEBUNA
ENSEÑANZAS MALSANAS
La fe religiosa es toda una distorsión de la realidad basada en fundamentos paganos que muy poco que ver con la verdad pregonada por el Nazareno. El convencimiento del crédulo es el producto de enseñanzas malsanas de sacerdotes y curas. Una persona con verdadera FE no va a templos, menos adorar a santos de piedra y mucho menos arriesga su espiritualidad con rezos y ceremonias idólatras.
La verdadera FE te impulsa a confiar en todo lo que tiene asiento real. El saber y sentir que el amor es la fuerza más poderosa té válida como un ser con verdadera FE, ídem para el perdón y la compasión. Además, tu FE fue dañada porque en los que confiabas te enseñaron a creer en esto o en aquello cuando apenas eras solo un niño, te ultrajaron ingenuamente. Si no te liberas seguirás con la cadena anómala que contagiara a tus descendientes.
Todo lo que tengan tus Padres bueno, malo, ignorancia, sabiduría y tantas otras pasaran a tu mente y tu mente lo recibirá ávida porque en ellos depositas toda tu confianza. Hoy día los Padres no te enseñan a buscar la verdad, solo te enseñan la verdad que ellos creen tener y creces con toda esa basura pasándote el resto de tu vida dormido e inconsciente.
Toda la FE iban perfectamente bien, de alguna manera, porque nadie hacía preguntas. Pero de repente, todas las fronteras se han roto. El mundo se ha convertido en uno. Cualquiera que tenga un poco de inteligencia sabe que todas las programaciones religiosas son ficticias. Ahora se necesita un enfoque totalmente diferente. Los enfoques anteriores se han revelado quedado al descubierto la falsedad, manipulación y la tergiversación.
El fanático no acepta la lumbre de la verdad. Al que ilumina lo puede tomar como su enemigo; porque la verdad indigesta a todo el que no es suficientemente sabio para recibirla. Una cosa es la misericordia al querer que todos participen y otra es la imposibilidad que existe en lo que no se puede enseñar, ni dar, ni escribir.
Esta sabiduría no se obtiene por la gracia divina, ni por revelación de un dios, ni por la fe ciega. Cada uno, por su propio esfuerzo, tendrá que ser el salvador de sí mismo; cada cual recoge lo que sembró, y yo no puedo hacer nada al respecto. Los hombres solamente están contentos con las cosas que hacen míseras sus almas y solo cosecharán su espiritualidad cuando hayan sufrido dolorosas separaciones y tremendos martirios que le abren los ojos al cambio eterno.