El sermón del retiro
Dios unifica y encaja mejor conmigo que yo con El. El lugar más natural y propio de Dios es la unidad y la pureza porque éstas estriban en el retiro.
MAESTRO ECKHART
ECKHART DE HOCHHEIM
Eckhart de Hochheim (Turingia, c. 1260 – c. 1328), más conocido como Maestro Eckhart (en alemán: Meister Eckhart) fue un dominico alemán, conocido por su obra como teólogo y filósofo y por sus escritos que dieron forma a una especie de misticismo especulativo, que más tarde sería conocido como mística renana. Es llamado Meister en reconocimiento a los títulos académicos obtenidos durante su estancia en la Universidad de París. Fue maestro de teología en París en diversos períodos y ocupó varios cargos de gobierno en su Orden, mostrándose especialmente eficiente en su asistencia espiritual a la rama femenina dominica.
Fue el primer teólogo de la Universidad de París en ser sometido a un proceso por sospecha de herejía.
Advertencia: Aunque este articulo sobre EL RETIRO tiene cierto sabor religioso no deja de ser muy instructivo.
EL RETIRO
El sermón del retiro.
Cuál es la virtud que hace al hombre más semejante a Dios e igual a su arquetipo, tal como era Dios, antes de que éste hiciera a las criaturas? Cuando ahondo en todo lo que se ha escrito acerca de la materia, no encuentro otra virtud que el retiro o desasimiento puro y simple de todo lo creado. Con esta intención dice nuestro Señor a Marta: Solo una cosa es necesaria.
Lo que significa: Quien quiera ser limpio y puro debe poseer una cosa: RETIRO.
RETIRO
Muchos maestro ensalzan el amor como alta virtud.
Pablo, dice: Por muchas obras que yo haga, si no tengo amor, nada soy. Pero yo coloco el retiro por encima, todavía, del amor. En primer lugar, lo mejor del amor es que me fuerza a amar a Dios. Pero es algo más importante que yo fuerce a Dios, consiste en que yo y Dios seamos uno. Porque Dios puede encajar y unificarse mejor conmigo que yo con El. Y que el retiro fuerza a Dios, lo demuestro así: todo se halla a gusto en su lugar natural y propio. El lugar más natural y propio de Dios es la unidad y la pureza, y éstas estriban en el retiro. Por eso Dios no puede dejar de entregarse a un corazón retirado.
La segunda razón por la cual prefiero el retiro al amor es: Que si el amor me lleva a soportarlo todo por Dios, el retiro a no poder recibir más que a Dios, Y esto es lo supremo. Porque en el dolor el hombre mira todavía a la criatura por la cual sufre, mientras que en el retiro se halla desligado de toda criatura. Que el retiro no es susceptible más que de Dios, lo demuestro así: Lo que tiene que serlo dentro de algo. Ahora bien, el retiro esta tan cerca de la pura nada, que nada hay lo bastante fino para encontrar sitio en él, como no sea Dios. El es tan simple y tan fino, que encuentra sitio bastante en el corazón retirado, desprendido. Lo acogible es acogido y abarcado, siempre, según la especie particular de quien lo acoge; así también todo lo cognoscible e aprendido y comprendido según la facultad de quien lo conoce, y no como es en sí...
...También coloco el retiro por encima de la misericordia. Tampoco ésta consiste en otra cosa sino en que el hombre sale de sí hacia los achaques de sus prójimos y su corazón queda conturbado. De esto se halla libre el retiro, que permanece en sí y no se deja conturbar nada. En una palabra, si examino cada una de las virtudes, ninguna encuentro tan perfecta ni me asemeja tanto a Dios como el retiro...
PODER
Ahora preguntarás: ¿Qué es, pues, el retiro, que esconde un poder tan fuerte?
El verdadero retiro significa que el espíritu permanece tan inconmovible ante todo lo que le pasa, agrado o pena, honra o vergüenza, como una ancha montaña permanece quieta dentro del viento.
Este inconmovible retiro es los que más asemeja los hombres a Dios. Porque el que Dios sea Dios estriba en su inconmovible retiro; de ahí fluye su pureza, su simplicidad, su inmutabilidad. Si, pues, el hombre tiene que ser igual a Dios (en la medida en que una criatura puede alcanzar esta igualdad), esto no puede ocurrir más que por retiro. Transporta a los hombres a la pureza, de aquí a la simplicidad y de aquí a la inmutabilidad; y estas propiedades producen una igualdad entre Dios y los hombres. Esta igualdad tiene que venir por la gracia. Es lo único que eleva al hombre sobre lo temporal y lo purifica de todo lo pasajero. Permíteme que te diga:
VACÍO
Estar vacío de todo lo creado es tanto como estar lleno de dios.
Ahora, otra cuestión: ¿Cuál es el objeto del puro retiro? Su objeto no es esto ni aquello; va a una pura nada, porque se abre al estado más excelso, en el cual Dios puede regirnos a su antojo.
Ahora bien: Dios no puede actuar en todos los corazones según quisiera. Porque, si bien es Todopoderoso, no puede actuar si no encuentra ya disposición o si no la provoca. O si no la provoca, añado, teniendo en cuenta a Pablo, porque en él no encontró disposición alguna, sino que le preparó antes, derramando sobre él su gracia. Por eso digo que Dios gobierna según seas la disposición que encuentre. Así, gobierna de manera distinta en el hombre que en la piedra. de esto tenemos un ejemplo en la naturaleza: Si encendemos un horno y colocamos en él una masa de avena, otra de cebada, otra de centeno y otra de trigo, aunque hay solo una clase de calor en el horno, no provoca en todas las masas el mismo efecto, sino que con una hace pan fino, con otra un pan más basto, y con la otra más basto todavía. No es culpa del calor, sin de la materia, que no era la misma.
LA PURA NADA
En un corazón donde hay sitio todavía para esto y aquello es facial que se halle algo que impida a Dios actuar por completo.
Si el corazón tiene que estar perfectamente dispuesto, deberá descansar en la pura nada, y ésta constituye, al mismo tiempo, la mayor fortuna que podemos tener. Toma un ejemplo de la vida: Si quiero escribir en una tabla y hay algo ya escrito en ella, me confundirá, por muy bello que sea lo escrito; si quiero escribir bien, tendré que borrar lo que hubiere, y lo mejor será que no haya nada escrito. Del mismo modo, si Dios tiene que escribir en mi corazón a la perfección, todo lo que sea esto o aquello tiene que desaparecer de él. Entonces podrá Dios realizar por completo su suprema Voluntad. Por tanto, ningún esto o aquello puede ser objeto del corazón retirado.