Como reencarna tu alma
El alma superior necesita la unión de una pareja con un nivel excepcional elevado de conciencia, para unas mejores posibilidades para el nacimiento.
PARADIGMA
LOS PADRES PARA TU ALMA
Así es cómo el Alma elige a sus futuros padres para reencarnar.
Uno de los misterios que más ha intrigado a la humanidad es lo que sucede en el momento posterior de la muerte. Diferentes culturas han tenido una interpretación diferente de lo que nos sucede una vez terminamos nuestra existencia terrenal. Las religiones, tratando de dar una explicación, han elaborado complejas teorías que van desde la transmigración hasta la reencarnación en un intento de convencer a la humanidad de que esta existencia es meramente una pequeña parte de nuestra existencia. Pero lo que más nos intriga hoy es qué sucede ANTES de entrar en un cuerpo.
El alma
En diferentes experimentos científicos se ha tratado de medir, cuantificar y hasta localizar el lugar en el que descansa el alma, sin llegar a obtener datos irrefutables que avalen los resultados. A pesar de ello sí que se han postulado ideas del camino que siguen estas manifestaciones de la psique humana antes de llegar a habitar cualquiera de nuestros cuerpos. Gracias a esto podremos comprender cómo llegan a elegir a los padres y, por lo tanto, cómo nos terminamos por unir y en qué momento al que será nuestro cuerpo durante toda nuestra existencia. El alma humana está interpretada de manera diferente en cada religión.
Religión cristiana y alma
En la religión cristiana, el alma está creada e infundida por Dios, no siendo esta parte de su propia substancia divina. Por ello se podría considerar que los recuerdos y las vidas pasadas dentro de la religión no tendrían sentido alguno para sus devotos. Simplemente nacemos con un alma inmortal y no la cambiamos jamás, pudiendo contemplar a Dios una vez morimos. En este aspecto de la cultura, simplemente no existe ni vida anterior ni posibilidad de reencarnarnos. Otras religiones, no obstante, tienen una visión muy distinta.
Otras religiones
Según el budismo y otras religiones similares, el alma es individual e independiente del cuerpo, por lo que una vez este muere vuelve a morar en un mundo diferente hasta que vuelve a encontrar otro cuerpo que habitar. En este caso, en función de nuestras acciones pasadas podemos volver a la vida convertidos en criaturas de mayor o menor valor en la rueda de las edades. Esto significa que, por ejemplo, si nos hemos dedicado toda nuestra existencia a matar animales, posiblemente acabemos reencarnados en una criatura inferior. ¿En qué momento entonces se logra la encarnación del alma?
Unión de cuerpo y alma
Justo en el momento de la concepción, siempre según la religión cristiana, Dios mismo es el encargado de unir el alma al cuerpo del recién nacido, dando por lo tanto un grado de ser vivo a una criatura en perfecto funcionamiento. Al no tener existencia previa, no hay que pensar en una idea de que las almas existen en ningún lugar previo al estilo de sala de espera para poder nacer. Es por ello tan importante no interrumpir un embarazo para los cristianos, ya que se estaría destruyendo a una criatura que ha sido influida por el propio creador.
Teorías alternativas
Existe otra teoría que defiende que el alma es en realidad una entidad que habita en un lugar llamado esfera. También comparten que en el momento de la concepción el alma comienza un viaje hacia el cuerpo, solo que en este caso se negaría la intervención divina. Según esta teoría, no se guarda relación alguna con el alma de las personas elegidas como padres, entendiéndose que no tienen por qué haber coincidido anteriormente en otra vida pasada. Esta creencia se basa en las explicaciones dadas por una persona llamada Pastor. No obstante la ciencia tiene una visión muy diferente del alma.
El punto de vista científico-materialista
Desde un punto de vista estrictamente materialista, el alma sería una configuración eléctrica determinada, como una serie de instrucciones básicas que conformarían la esencia de cada individuo. Estas estarían limitadas, aunque en un número increíblemente alto. Por otro lado, esta alma se complementaría con las experiencias vividas, dando como resultado a cada uno de los seres. En el momento de la muerte, la configuración eléctrica no viajaría a otro cuerpo, sino que simplemente se repetiría. Esto respondería a una cuestión del azar, siendo el final del camino cuando morimos.
Creencias personales
No obstante, la demostración real de lo que sucede en nuestro cuerpo, tanto la existencia del alma como el destino o el origen de esta, es algo que no puede ser corroborado a ciencia cierta. Es por ello importante recalcar que cada persona es libre de tener sus propias ideas sobre este aspecto, siendo todas igualmente válidas. ¿Cuál es la tuya? ¿Crees que somos eternos o que, por el contrario, tenemos fecha de caducidad?
LA REENCARNACIÓN DEL ALMA
Que piensa Osho sobre este tema.
Algunas almas, a algunos seres, les resulta difícil, en efecto, tomar un cuerpo nuevo inmediatamente después de la muerte. Esto tiene una causa, y quizás no se os haya ocurrido cuál es esta causa. Podemos dividir a todas las almas en tres categorías. Una es la inferior: la de las personas con la conciencia del tipo más bajo; otra es el tipo más alto de todos, la conciencia muy superior y más pura; y la tercera es la de la gente intermedia, que tienen algo de cada una de las dos primeras.
A los seres más bajos les resulta difícil tomar un cuerpo nuevo, tanto como a los seres superiores. Los intermedios no se retrasan en absoluto: alcanzan un cuerpo nuevo en cuanto dejan el anterior. El motivo es que siempre hay un vientre disponible para las almas medianas.
Muchas almas superiores no pueden entrar en vientres corrientes: necesitan vientres extraordinarios. El alma superior necesita la unión de una pareja con un nivel excepcional elevado de conciencia, para que esté disponible el nivel más elevado de posibilidades para el nacimiento. Así pues, un alma elevada tiene que esperar el vientre adecuado. Del mismo modo, los seres inferiores también tienen que esperar, porque tampoco pueden encontrar fácilmente a una pareja: no les resulta fácil encontrar un vientre de tipo inferior. De esta forma, los tipos más elevados y los inferiores no nacen con facilidad.
Las almas inferiores, las que no han encontrado todavía un cuerpo, están muy atormentadas, mientras que las almas superiores son felices sin cuerpos. Debéis tener presente esta diferencia. Las almas superiores siempre consideran el cuerpo como una especie de atadura de un tipo u otro: quieren mantenerse tan ligeros que prefieren, incluso, no cargar con el peso de un cuerpo. Y, en último extremo, quieren librarse del cuerpo, pues les parece que el cuerpo no es más que una prisión. Llegan a sentir que el cuerpo les obliga a hacer ciertas cosas que no merecen la pena; por eso, sus almas no están muy apegadas al cuerpo. Las almas inferiores no son capaces de vivir ni un momento sin el cuerpo: sus intereses y su felicidad están atados al cuerpo.
Suele suceder (y también sucede con las almas malvadas) que se produce una cadena de nacimientos de almas buenas. Al mismo tiempo que el Buda y Mahavira nació Sócrates en Grecia, seguido al poco tiempo por Platón y Aristóteles. Hacia la misma época nacieron en China Confucio, Lao Tse, Chuang Tse y Mencio (Meng Tse). Aproximadamente en la misma época nacieron en partes diferentes del mundo unas personas increíbles. Todo el mundo estaba lleno de personas fascinantes. Parece que las almas de esas personas llevaban algún tiempo esperando, y que les surgió por entonces una oportunidad; aparecieron vientres disponibles para ellas.
A las almas medianas, no les resulta difícil nacer: en todas partes hay vientres dispuestos a recibir a tales almas. Por otra parte, sus exigencias son muy corrientes. Tienen los mismos anhelos: comer, beber, ganar dinero, disfrutar del sexo, aspirar a la honra y a la posición social: anhelos corrientes. Todo el mundo ansía estas cosas; por eso, el alma no tiene problemas para encontrar un vientre. Todos los futuros padres pueden brindar a cualquier alma la oportunidad de conseguir todas estas cosas corrientes.