La paz y el amor
La perfección es intrínseca al amor y su armoniosa paz. No puedes amar menos, y tampoco puedes amar más. No se trata de cantidad, se trata de calidad.
JEBUNA

EL AMOR Y LA PAZ
Dios amor todo y eterno es vida, es la existencia, es la paz, es el aquí y el ahora.
Al amor y a la paz no hace falta mejorarlos. Son perfectos tal como son. No pueden ser más perfectos. El simple deseo de que esto ocurra muestra una incomprensión del amor y su naturaleza pacifica. ¿Cómo vas a perfeccionar un círculo? Todos los círculos son perfectos; si no son perfectos, no son círculos.
La perfección es intrínseca al círculo, y la misma ley rige el amor y su armoniosa paz. Tú no puedes amar menos, y tampoco puedes amar más, porque no se trata de cantidad. Se trata de calidad; esto es algo que no se puede medir. No hay que comprender el amor como un apasionamiento biológico; eso es deseo. Eso existe también entre los animales, no tiene nada de especial; existe incluso entre los árboles. Es la forma de reproducción de la naturaleza. No hay nada espiritual en ello ni nada especialmente humano.
Así que lo primero que hay que hacer es delimitar qué es deseo y qué es amor. El deseo es una pasión ciega; el amor es la fragancia de un corazón callado, meditativo, en paz. El amor no tiene nada que ver con la biología o la química hormonal. El amor es el vuelo de nuestra conciencia hacia niveles superiores, por encima de la materia y por encima del cuerpo. En el momento en que entiendes el amor como algo trascendental deja de ser una cuestión fundamental. La cuestión fundamental es cómo trascender el cuerpo, cómo conocer algo dentro de ti que está más allá; más allá de todo lo conmensurable.