Las dudas del Maestro Jesús
Pero nadie es el dueño de la verdad absoluta ni siquiera yo. Os digo, humildemente, que no está mal a veces dudar de uno mismo, tampoco cuestionarnos.
CRISTIANOS ORIGINARIOS
EL MAESTRO JESÚS
Pero nadie es el dueño de la verdad absoluta ni siquiera yo. Os digo, humildemente, que no está mal a veces dudar de uno mismo, tampoco cuestionarnos.
Maestro Jesús: Queridos hermanos, queridos hermanos de cierto os digo que todo lo que se conceptúa en el plano espiritual también se puede pensar en el plano físico. De cierto os digo, queridos hermanos, que lo que nosotros aquí en el plano espiritual conceptuamos nos causa mucho dolor cuando vemos que muchos seres en el plano físico se sumergen en dudas y en cuestionamientos hasta para con ellos mismos. De verdad os digo queridos hermanos que ni si quiera yo soy perfecto porque mi Padre me hizo con roles del ego al igual que a todos vosotros.
Y de verdad os digo -como dije hace 2.000 años- no miréis la paja en el ojo ajeno mirad la viga en el ojo propio; porque todos de alguna manera en alguna de nuestras encarnaciones hemos cometido errores y yo no reniego de ello porque también fui poseído por el ego en más de una oportunidad y fui presa de pánico y tuve dolor, y tuve incertidumbre… ¡Y tuve dudas!
Hasta que la parte fuerte de mi espíritu se repuso y comencé a ver el dolor del otro, y deje de pensar en mi dolor. Pero queridos hermanos, si yo que muchos de vosotros decís –vuestro Señor- tuve dudas, ¿por qué tú no habrías de tenerlas? Si tuve incertidumbres, ¿por qué tú no habrías de tenerlas? Si luche con mi propio ego, llorando por las noches pensando si ese mensaje que di era válido, ¿por qué tú tendrías que tener vergüenza de llorar? ¿Sabéis las veces que me sentí marginado, solo, incomprendido, como fuera de lugar? ¿Sabéis, queridos hermanos, las veces que estando en compañía, dialogando, comiendo cordero y tomando vino por dentro tenía un nudo en la garganta y no podía tragar de la angustia que sentía por no sentirme comprendido del todo? Ver a los seres que me rodeaban riéndose, en jolgorio, y yo riéndome con ellos pero en el fondo pensando: ¿Entenderán lo que quiero decir? ¿Entenderán mi verdadero mensaje? Si yo no me sentí entendido, no te avergüences si tú no te sientes entendido. Si yo muchas veces estuve en soledad, no tengas reparo en sentirte en soledad. Te podrá comprender uno de cada cien. No sé si a mi me comprende uno de cada cien. Mi propio querido Juan que tanto me alababa, se recostaba sobre mi hombro, hablaba palabras grandilocuentes y me miraba con amor, pero de repente yo dejaba de hablar y le miraba a sus ojos y le decía:
- ¿Has entendido muchacho lo que te dije?
- Maestro, lo que tú digas está bien.
- ¡No! ¡No! Tienes que comprender, porque cuando yo no esté estarás tú.
- ¡Cuándo yo no esté seguirás tú!
Porque Simón me dijo más de una vez: ¿Qué hay de ese? Y yo le dije a Simón más de una vez: A ese déjalo, que ese seguirá cuando yo no esté. Pero tienes apenas 16 años y sé que muchas cosas no comprendes, pero me queda poco tiempo en este plano. ¡Dentro de menos de dos años no estaré más aquí! ¡Entonces no quiero solamente que me mires con devoción, quiero que me prestes atención; porque si no me siento más solo! Y a veces ni hasta el que más me amaba me comprendía en esa vida. Lo peor que podemos tener es lástima por nosotros mismos o pesar por nosotros mismos, porque todos somos importantes. A mi me decís vuestro Señor. ¡Yo no soy más importante que vosotros! Puedo ser importante en el hecho de que trascendí y para muchos por haber trascendido como se dejan llevar por el eco, porque el ser humano es como el eco, por eso soy escuchado. Pero nadie es el dueño de la verdad absoluta ni siquiera yo. De cierto os digo, humildemente, que no está mal a veces dudar de uno mismo, que no está mal tampoco cuestionarnos y que no está mal a veces sentirnos distintos a los demás; porque yo me he sentido distinto a los demás. ¡Ni mejor ni peor! Distinto.
Y en cada época hay una sociedad que te marca. Es cierto. Y de cierto os digo que no debemos seguir al rebaño ciegamente porque si no caemos en la devoción de Juan que me amaba, pero no quiero que el amor sea ciego. Ese Juan de hace 2.000 años con sus 16 años de edad empezó a comprender el mensaje, porque le dije: Las cosas se razonan. –Pero amado Maestro –me decía- el amor no se razona, el amor se siente.
- Sí, el amor se siente. Pero luego tienes que explicar conductas. Luego tienes que explicar como transmutar ese amor en obra y ahí sí precisas comprensión querido niño que recién estás creciendo.
Sí que me he sentido solo, pero he tenido la valentía de enfrentar lo que venía después. Y alabo a aquellos que me apoyaron. Por eso avalo a Juan porque cuando quedé solo Juan estuvo conmigo y con mi madre biológica. No se apartó. No pudo más el miedo que el amor. Por eso alabo tanto a Juan. Y de verdad os digo que el amor pueda más que el miedo, que el amor pueda más que odio, que el amor pueda más que los roles del ego. No intentéis figurar por el hecho de figurar porque sois una cáscara. Lo importante, lo que vales es lo de adentro, la luz interior, el espíritu. Lo demás es provisorio. ¡Os peleáis por un mendrugo de pan en vez de compartirlo! Es cierto que si entre vosotros alguien saca la tajada de los demás comete un acto hostil y eso debe ser puesto sobre la mesa. Compartid, no acaparéis. Tampoco inventéis excusas, porque todas las excusas ficticias también son actos hostiles.
Uno de los errores más grandes es creer que tal meta no se puede alcanzar. Y de cierto os digo que tú, que tú, y este receptáculo todos podemos alcanzar las mismas metas. ¡Todos! El tema es como recorramos el camino. ¿Cómo quieres tú recorrer el camino? El camino hacía la luz debe ser recorrido con la frente alta porque tú eres importante, porque vales, porque eres útil. El azar, el azar… De cierto os digo que siempre va a haber gente que va a colocar obstáculos en tu sendero, pero los obstáculos están para salvarlos, no para frenarnos. Y me pongo como ejemplo. En los 2 años y 3 meses que duró mi campaña no tuve decenas -decenas se dieron a conocer-, ¡tuve centenas de obstáculos y críticas! Por eso sin ser reiterativo valoro a aquellos que me apoyaron incondicionalmente. ¡Porque es en ellos en quienes puedo confiar! No en los que dudaron. Y eso es una de las cosas que le enseñé a Juan y cuando por última vez Simón me dijo: ¿Y con este qué?
- Tú ocúpate de ti. Tú transmite la Palabra. Éste, Juan, seguirá como el espíritu consolador y volverá a encarnar y transmitirá mi palabra. Pero es necesario que hoy, en este presente, cada uno sepa su valía. ¡Porque es cierto, no somos un calco uno del otro! Como decís vosotros en esta jerga nueva, clones, que en mi época no se utilizaba; pero tenéis iguales oportunidades. Me diréis: ¡No! Porque unos nacemos en distintas regiones, en distintas familias, con distintas situaciones, con economías alteradas… ¿Cómo puedes decir Maestro que tenemos las mismas oportunidades? Y yo te respondo: Yo transcendí. Y más de uno me preguntó: ¿Por qué decidiste encarnar en la ignota Belén y no en Roma donde hubieras trascendido mucho más? Y antes de retirarme os pregunto: ¿Hubiera trascendido mucho más o no trascendí desde aquel ignoto lugar? Entonces no busquemos la excusa de decir, no puedo, no lo logro, no llego, no alcanzo, esa meta está lejana, no lo podré hacer nunca, no valgo gran cosa,… No permito esas palabras. Sois mis hermanos y de verdad os digo queridos hermanos si yo los amo tanto-tanto que mi corazón se parte, amaos a vosotros mismos, sed valiosos para vosotros. Yo siempre enseño el mirar al prójimo pero miraos primero a vosotros mismos. El querido Juan que está encarnado en este receptáculo ya lo dijo tiempo atrás: Ama a tú prójimo como a ti mismo significa que para amar al otro primero te tienes que amar tú. Ama a tú prójimo – como a ti mismo. Primero, te tienes que amar tú. Ya lo dijo Juan encarnado en este receptáculo. Les mando toda mi Luz. Hasta en todo momento.
Maestro Jesús: Me he comunicado especialmente para intentar corregir algunas versiones sobre mi encarnación en Galilea. Visualizo siglos atrás a mi amado discípulo Juan Zebedeo, cuyo nombre espiritual es Johnakan Ur-el, que ahora está encarnado en este receptáculo. Lo veo en Patmos, isla de Grecia, guardando manuscritos de la comunidad esenia.
Son manuscritos que nunca fueron encontrados y traen tanta información como los rollos del mar Muerto. Esos manuscritos son genuinos, revelan que estuve viviendo casi dos años con los esenios. El que era mi primo nunca fue mi maestro, como dicen algunos escritos de la época. Simplemente fue mi precursor, aunque no estábamos de acuerdo en algunas cosas, pues él tenía la costumbre de aislarse y yo le comentaba que la verdadera vocación de servicio cuando uno está encarnado no es aislarse, sino brindarse.
Me dolía ver la necedad y la obstinación de dos de los maestros de justicia , el que desencarnó al poco tiempo que llegué a la comunidad y el que lo siguió.
Daban más importancia a la penitencia que al Servicio.
Les decía: Ésa no es la manera de servir a mi Padre, y me respondían: Déjanos seguir con nuestro camino, porque muy pronto llegará el fin de este mundo.
Les replicaba: No, estáis equivocados, aún no es el momento. Porque cuando se decía: No pasará de esta generación, se pensaba que se hablaba de un término de 70 años y no era así. Se aludía a la generación zodiacal , que es aproximadamente 2.160 años.
Actualmente, el paso a una Nueva Era tiene que traer cambios que van a afectar a todos los seres encarnados en este planeta. No estoy hablando de catástrofes planetarias, sino de cambios de conciencia. Desconfiad de aquellos que les den mensajes alarmantes. Los seres humanos necesitan palabras de aliento, para incentivarse en el Amor.
Lamentablemente, el ser humano vive condicionado por la sociedad en la que vive. La gente busca salir de distintos apuros, pero no busca la Luz. Y aquellos que van a lugares espirituales lo hacen para su propio beneficio, para obtener ayuda y no para Elevarse. Buscan calmar sus necesidades y no se fijan en el prójimo.
Interlocutor: Lo que sucede, Maestro, es que hay mucho dolor en este mundo...
Maestro Jesús: El dolor es siempre aprendizaje... Sabemos que hay discusiones a nivel familiar que traen sufrimiento, pero las peleas se producen por el ego que tiene las partes. También hay conflictos a nivel laboral, en las comunidades políticas y en los grupos religiosos. Y tendría que ser al revés. Tendría que haber apoyo, altruismo y una gran vocación de Servicio.
Interlocutor: ¿La religión puede ayudar a la Salvación espiritual?
Maestro Jesús: Todas las sendas que conducen al Padre son caminos de Salvación, pero lo importante es la Iluminación y no la doctrina. Quiero darles un mensaje de quien fuera mi madre cuando yo estaba encarnado en Galilea. María dijo: Hay muchas falencias en las enseñanzas espirituales que se brindan, porque crean el temor en aquellos que buscan el camino del Señor.
Y yo agrego: Hoy siguen cometiendo exactamente los mismos errores. Están errando el Camino de la Fe, dando mensajes equivocados. Han cortado palabras mías de ese libro tan hermoso que es la Biblia.
Interlocutor: ¿Por no entenderlo?
Maestro Jesús: No. Han cercenado palabras donde hablaba sobre la reencarnación. Las interpretaciones correctas fueron suprimidas durante un concilio ecuménico celebrado en la ciudad de Nicea, en Asia Menor y cerca de Constantinopla, en el año 325, llamado Concilio de Nicea.
Yo había enseñado que cada ser humano es responsable de su destino, pero en ese año se votó la supresión de esas enseñanzas, con el propósito de consolidar el control de la Iglesia, que deseaba ser la única autoridad en el tema concerniente al destino del hombre. El entonces concordato Iglesia-Estado, asustados éstos al ver que una doctrina que hace a los individuos responsables de su propia salvación espiritual pueda enfrentarse a su autoridad, acuñaron semejante prohibición. De cierto os digo que a aquellos que decían representarme no les convenía que el pueblo supiera que no precisaba dogmas ni rituales para alcanzar el Reino de mi Padre. A esos dirigentes no les interesaba que la gente supiera del karma y de la ley de causa y efecto. Sacaron las palabras de la Biblia donde hablaba de la reencarnación y de que la conducta equivocada podía generar cada vez responsabilidades más grandes en el espíritu encarnado. Cortaron los párrafos donde explicaba que, para llegar al Padre, solo bastaba con un comportamiento altruista. Nadie tenía entonces necesidad de un Salvador que los condujese como un rebaño.
Obviamente, la cúpula religiosa del siglo VI necesitaba el azote de la resurrección de los muertos para forzar la dependencia de las masas. Esa doctrina fue reforzada con promesas de gloria eterna a los que se sometiesen y fuego eterno en un infierno a aquellos que se rebelasen. Se manipuló el sentimiento de culpabilidad y se domesticó la conciencia, induciendo a delegar el poder personal a la propia curia, que se había unido con el emperador Justiniano I , y entre ellos tejieron la más grande conspiración contra el camino espiritual, decretando una supuesta resurrección de la carne y una posterior ascensión a los cielos. ¡Como si se pudiera ir al mundo espiritual con un cuerpo físico!
La verdadera resurrección es la resurrección a la Luz. Eso es lo que no entienden [5].
Mi Padre, que es el Supremo Hacedor, tiene planes para este planeta. La Tierra es un planeta elegido.
La equivocación de muchos centros espiritistas es pensar que este es un planeta de castigo, un planeta del error. Tergiversan la Verdad. En este planeta venimos a aprender... porque yo mismo he pasado pruebas, estado cuarenta días aislado en el desierto, comiendo raíces... He recibido tentaciones de la carne, he sufrido tentaciones terribles de mi ego .
Interlocutor: ¿Hubo entidades oscuras que lo tentaron?
Maestro Jesús: Tentaron a mi propio egoísmo, que taladraba mi mente. Era mi propio egoísmo el que me decía: Tienes el poder del Padre... ¿Por qué no lo usas para tu beneficio? Si tú puedes someter... ¿Por qué no sometes?
Es muy difícil entender que esas pruebas servían para evolucionar. Tantas veces había sido tentado y no tengo ningún reparo en decirlo, porque el Padre lo sabe. La última tentación ocurrió cuando estaba en el Huerto de Getsemaní, donde le dije al Padre: Hágase tu Voluntad y no la mía. Y logré salir airoso de la postrer prueba.
Interlocutor: ¿Cómo se comunica el Padre con ustedes, Maestro?
Maestro Jesús: El Padre no se comunica con palabras. El Padre se comunica con ideas, buscando despertar la conciencia de cada uno de sus hijos, tanto en el plano físico como en los distintos planos espirituales. Sepan que cada vibración en su nivel no se puede comunicar con las vibraciones más sutiles. Así como ustedes, en el primer nivel, tienen que usar receptáculos para comunicarse con entidades de niveles de vibración más alta, los del segundo nivel no pueden comunicarse con los del tercero, ni los del tercero con el cuarto, y así sucesivamente.
No quiero ahora dejar pasar por alto un tema muy importante.
Es necesario que sepan que hubo otras comunidades cristianas en los siglos I, II y III que fueron combatidas y luego exterminadas, independientes de los gnósticos.
Hubo otras comunidades que estaban muy elevadas y siguieron avanzando comunidades secretas.
Quizás haya personas que no estén de acuerdo con algún camino espiritual. De cierto os digo que todos los caminos que llevan al Padre son buenos pero, en algunos casos, la falla está en los Maestros que enseñan dicho sendero, pues no les importa alabar al Padre, sino ser alabados ellos. Siempre el que triunfa para mal es el ego, el querer sobresalir. Hago hincapié en esto porque es importante la humildad. Con humildad nunca puede haber ira. Con humildad nunca puede haber pérdida de control. La ira y la pérdida de control en el ser humano retrasan en un segundo lo que se puede avanzar durante un año.
Es necesario que lo entendáis. Todos los seres encarnados podemos ser doblegados por distintas emociones. Recordad cuando yo perdí el control frente a los viles comerciantes del Templo. El vencer las tentaciones es parte de la enseñanza.
El sufrimiento también puede ser aprendizaje. Pero no todos ponen aplicación en ese aprendizaje. A veces, un mal entendido apego hace que el ser humano se comporte como un necio y sé que no es posible cambiar a quien no quiere hacerlo. El ser humano tiene que darse cuenta que solo dando se recibe. Debe tomar conciencia del sentimiento de felicidad y de gozo que significa vivir para dar. Ésa es la bienaventuranza.
Me retiro, dejando con ustedes todo mi Amor.
Interlocutor: Hasta luego, Maestro, y gracias.