No hay, en mi dictamen, hombre que aprecie más la virtud y la siga con más gusto, que el que por no hacer traición a su conciencia, ha perdido la reputacion de hombre de bien.
Lo mismo es nuestra vida que una comedia; no se atiende a si es larga, sino a si la han representado bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas buen final.
Existe el destino, la fatalidad y el azar; lo imprevisible y, por otro lado, lo que ya está determinado. Entonces como hay azar y como hay destino, filosofemos.
¿Preguntas qué es la libertad? No ser esclavo de nada, de ninguna necesidad, de ningún accidente y conservar la fortuna al alcance de la mano.
En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.
Es tan grande el placer que se experimenta al encontrar un hombre agradecido que vale la pena arriesgarse a hacer un ingrato.
La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte.
El ardimiento juvenil en sus comienzos es fogoso, pero languidece fácilmente y no dura; es el humo de una fogata liviana.
La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces sólo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste.
No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.
Un hombre inútil es gravoso al estado, en que se pesa el mérito de los miembros por la utilidad que de ellos se saca.
Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicársela a nadie, no la querría.
Viven más contentos aquellos en quienes jamás puso los ojos la fortuna, que los otros de quienes los apartó.
No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.
Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicarla a nadie, no la querría.
No recibimos una vida corta, sino que nosotros la acortamos. No somos de ella indigentes, sino manirrotos.
Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella.
Si os sujetáis a la naturaleza, nunca seréis pobres; si os sujetáis a la opinión, nunca seréis ricos.
El primer arte que deben aprender los que aspiran al poder es el de ser capaces de soportar el odio.
El mejor límite para el dinero es el que no permite caer en la pobreza ni alejarse mucho de ella.
Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos.
La armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias.
Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y los que no saben nada se admiran de todo.
El favor consiste no en lo que se hace o se da, sino en el ánimo con que se da o se hace.
La buena conciencia admite testigos; la malvada se agita y se conturba aún en la soledad.
Jamás se descubriría nada si nos considerasemos satisfechos con las cosas descubiertas.
Mostrarse asustado sin motivo aparente es dar a conocer que se tiene razón de temer.
La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.
Incontenida, la cólera es frecuentemente más dañina que la injuria que la provoca.
Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente.