Cuando la mente está verdaderamente callada, no acallada mediante el deseo y la voluntad, entonces existe una clase de movimiento totalmente distinto que no pertenece al tiempo.
La religión cósmica de Einstein, su espiritualidad está en esta conexión con el universo, más allá de dogmas. La verdadera humanidad es esa compasión.
Para acercarnos a la verdad, es importante cuestionarse constantemente sobre lo que se sabe desde un punto de vista de alguien que lo desconoce todo.