Volver a amar a otros y a nosotros, puede ser más sencillo si aprendemos a sentarnos en calma y centrar nuestra atención en observar las cosas como son, sin tormentos ni juicios.
La impermanencia dejar ir, dejar fluir, libera de los apegos materiales e inmateriales, es una enseñanzas de la filosofía oriental para volver amar.
Desapegarnos y comprender que sólo estamos de paso, nos ayudará a dejar de temer y a mirar el mundo con la serenidad de un lago imperturbable.
Observemos, seamos capaces de buscar dentro, no fuera de nosotros, las respuestas para sanar el dolor y ser capaces de volver a amar.
Como guerreros, nuestra alma saldrá fortalecida si aprendemos que para volver a amar tenemos que dejar ir.
En realidad, nada nos pertenece, todo es tránsito y, como arena, fluye entre nuestras manos.