La iluminación espiritual

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Mi cerebro es solo un receptor, en el Universo hay un núcleo de donde obtenemos el conocimiento, la fuerza, la inspiración. No he penetrado en los secretos de este núcleo pero se que existe.

El cerebro es solo un receptor, en el Universo hay un núcleo de donde obtenemos el conocimiento, la fuerza y la inspiración.

El optimismo implica una fuerza superior en el hombre, le da la seguridad de que puede, de que es posible cualquier empeño por difícil que sea. Cuando actuamos con optimismo es menos probable que alguien nos frene o que algo nos amilane, porque, pese a los escollos, no renunciamos al fin propuesto y, en consecuencia, lo obtenemos.

Cuando invocamos a Dios desde la profunda quietud del corazón —con el anhelo puro y sincero de conocerle, de sentir su amor—, obtenemos infaliblemente su respuesta.

Las posesiones que obtenemos gracias a nuestras espadas no son ni seguras ni duraderas, pero el amor que ganamos por la amabilidad y la moderación es seguro y duradero y ha de prevalecer.

Siempre vaya al templo (Mandar) y siéntese con los santos. Al ir a Mandar, obtenemos buenas virtudes y moral en nuestra vida.

Sobrevivimos con lo que obtenemos, vivimos una vida con lo que nos dan.

Cuando nos aferramos a la esencia del amor, obtenemos la alimentación directa. Cuando nos aferramos a las religiones, solo disfrutamos de una dimensión de la alimentación.

Lo esencial es la vida, y que, por tanto, hay que preservarla, purificarla, santificarla, eliminar todo aquello que la obstaculiza o la bloquea, porque, después, gracias a la vida lo obtenemos todo: la inteligencia, la fuerza, la belleza, el poder.

El cerebro es solo un receptor, en el Universo hay un núcleo de donde obtenemos conocimiento, fuerza e inspiración.

La respiración es un proceso autónomo que puede ser voluntario también, con las respiraciones normales solo mantenemos el organismo, con ejercicios adiciónales obtenemos grandes beneficios no solo en el nivel físico, sino mental y espiritual.

Cuando invocamos a Dios desde la profunda quietud del corazón con el anhelo puro y sincero de conocerle, de sentir todo su amor, obtenemos infaliblemente su respuesta.