Feliz el que, alejado de negocios, como en remoto tiempo los morales, paternos campos con sus bueyes ara y no rinde a la usura vasallaje; ni le despiertan los clarines bélicos y evita igual del Foro las intrigas que del rico soberbio los umbrales.
la Grecia conquistada conquistó al bárbaro conquistador e introdujo las artes en el Lacio agreste.
La pálida muerte lo mismo llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes.
La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera.
El hombre avaro está lleno de temores, y quien vive con temor será siempre un siervo.
La conciencia es como un vaso, si no está limpio ensuciará todo lo que se eche en él.
Cuando buscamos a alguien, buscamos en nuestro entorno algo que está dentro de todos.
Recorres el mundo en busca de una felicidad que está siempre al alcance de tu mano.
En los trances duros y lo mismo en la bonanza mantente siempre con ánimo sosegado.
La fortuna es como un vestido: muy holgado nos embaraza, muy estrecho nos oprime.
Nadie nace libre de vicios. El hombre más perfecto es el que tiene menos.
Al que no posee demasiados bienes se le puede llamar, con razón, feliz.
Acuérdate de conservar en los acontecimientos graves la mente serena.
Toma el día de hoy; no seas demasiado crédulo el día de mañana.
El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga.
¿De qué ríes? , si cambias de nombre la historia habla de ti.
Aprovecha el día de hoy y fíate lo menos posible del mañana.
La vida no regala nada a los mortales, sin un gran esfuerzo.
¿Quién es libre? Sólo el que sabe dominar sus pasiones.
La divinidad está en ti, no en conceptos o en libros.
Quien confíe en sí mismo será el rey del enjambre.