¿Estas verdaderamente despierto? - Despertar
Los hombres verdaderamente despiertos han llegado a darse cuenta de que nunca es necesario cambiar lo que ven, sino tan solo la forma en que lo ven.
ANTHONY DE MELLO
LA REALIDAD DEL DESPERTAR
No os preocupéis del mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le basta su problema.
El día en que ustedes paren de correr, llegarán.
La idea que la gente tiene de la eternidad es estúpida. Piensa que dura para siempre porque está fuera del tiempo. La vida eterna es ahora, está aquí, y a ti te han confundido hablándote de un futuro que esperas mientras te pierdes la maravilla de la vida que es el ahora. Te pierdes la verdad.
El temor al futuro, o la esperanza en el futuro, es igual, son proyecciones del pasado. Sin proyección no hay futuro, pues no existe lo que no entra en la realidad. Las cosas solo serán cuando deban ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es algo que se pueda forzar ni comprar. Se trata de ver la realidad tal como es.
Lo que la sociedad te enseñó a atesorar no vale nada. Lo que la historia te legó como honor, patria, deber, etc., no vale nada, porque tienes que vivir libremente el ahora, separado de los recuerdos, que están muertos; solo está vivo el presente y lo que tú vas descubriendo en él como real. Experimenta la realidad, ven hasta tus sentidos. Eso te traerá hacia el ahora. Eso te traerá a la experiencia. Es en el ahora donde se encuentra a Dios.
Se dice que un gran sabio le dijo a un emperador romano: Cuando llegue el día de tu muerte, morirás sin haber vivido. Despertemos para que esto no sea nuestro epitafio. Obsérvate a ti mismo. A medida que te observes, no solo mentalmente, sino como un observador imparcial, dejarás tu existencia mecánica y de marioneta, y llegarás a ser discípulo de Jesucristo.
Vivir libremente, siendo dueño de uno mismo, es no dejarse llevar ni por persona ni situación alguna. Saber que nada ni nadie tiene poder sobre uno ni sobre sus decisiones. Eso es vivir mejor que un rey, y saber oír esa hermosa sinfonía de la vida y disfrutarla.
Las personas programadas van buscando siempre hacer mejor las cosas. Van ansiosos de victorias, de conquistas, por eso sufren tanto cuando no alcanzan las metas que su exigencia les impone. Son seres que no viven ni disfrutan con lo real. Estos seres extienden su exigencia a los demás y por eso están capacitados para amar. Buscan la felicidad donde no está.
La Realidad, la Verdad, por ser Una, no es de nadie en exclusiva, porque es de todos; pero menos lo es de los que quieren cristalizarla, porque eso que se deja atrapar, ya no es Verdad. Solo hay vida en el presente, y vivir en el presente supone dejar los recuerdos, como algo muerto, y vivir las personas y los acontecimientos como algo nuevo, recién estrenado, abierto a la sorpresa que cada momento te puede descubrir. Si no te agarras a ningún concepto, cosa o ideología, te será fácil descubrir dónde están la verdad y la realidad.
Cuando se te abran los ojos, verás cómo todo cambia, que el pasado está muerto y el que se duerme en el pasado está muerto, porque solo el presente es vivo si tú estás despierto en él. El ir contra la realidad, haciendo problemas de las cosas, es creer que tú importas, y lo cierto es que tú, como personaje individual, no importas nada. Ni tú ni tus decisiones ni acciones importan en el desarrollo de la vida; es la vida la que importa y ella sigue su curso. Sólo cuando comprendes esto y te acoplas a la unidad, tu vida cobra sentido.
Pensamientos para tener mas claridad:
Abstracción no es vida. La vida se encuentra en la experiencia.
Es como un menú que es maravilloso leer. Puedes guiar tu vida por el menú, pero el menú no es la comida. Y si gastases todo el tiempo con el menú, nunca comerías nada. Algunas veces es aún peor: hay personas que se están comiendo el menú. Están viviendo de ideas, perdiendo la vida. El Reino de Dios está aquí y es ahora.
Es posible que hayas ganado el mundo con el aplauso, pero perdiste la vida. La vida es algo que pasa mientras tú estás ocupado haciendo cosas. Un pájaro herido no puede volar, pero un pájaro que se apega a una rama de árbol, tampoco. ¡Deja de apegarte al pasado! Dice el proverbio hindú: El agua se purifica fluyendo; el hombre, avanzando.
Lo peor y más peligroso del que duerme es creer que está despierto y confundir sus sueños con la realidad. La muerte de Jesús descubre la realidad en una sociedad que está dormida, y por ello su muerte es la luz. Es el grito para que despertemos.
No puedes meter un huracán en una caja, y tampoco puedes meter la realidad en una caja. Los límites de la realidad son inmensos y movibles. Lo que ocurre es que el mundo en que estamos acostumbrados a movernos no es la realidad, sino un conjunto de conceptos mentales. Cuando se habla de la purificación de la memoria, se refiere a purificarla de toda emoción. No anclarse en los recuerdos, ni sufrir de nostalgia, ni de añoranzas. Liberarse de las emociones del pasado.
DESPIERTA
3 pequeños cuentos sobre el despertar.
1 - UNO DE HUMOR
¡Despierte, señor!, dijo la enfermera mientras sacudía por el hombro al dormido paciente.
¿Qué ocurre? ¿Sucede algo malo?, preguntó el paciente asustado.
No sucede nada. Sólo que olvidé darle su somnífero.
2 - HAZ QUE DESPIERTEN
Dice la historia que se declaró un incendio en una casa en la que había un hombre profundamente dormido. Trataron de sacarlo por una ventana, pero en vano. Luego intentaron sacarlo por la puerta, pero sin éxito. No había modo, porque el tipo estaba demasiado gordo y pesado.
Todo el mundo estaba casi desesperado, hasta que alguien sugirió: ¿Por qué no lo despertamos y sale él por su propio pie?
Sólo los que duermen y los niños necesitan ser cuidados.
¡Haz que despierten! ¡O que crezcan!
3 - CUAL MUNDO ES EL REAL
No hay otro mundo más que éste. Pero hay dos formas de mirarlo.
En la antigua India había un rey, llamado Janaka, que además era un sabio. Un día, estaba Janaka durmiendo la siesta en su cama cubierta de flores, mientras sus sirvientes le abanicaban y sus soldados montaban guardia ante su puerta. Cuando estaba quedándose dormido, tuvo un sueño en el que un rey vecino le derrotaba en una batalla, le hacía prisionero y le torturaba. En el momento en que la tortura iba a comenzar, Janaka se despertó sobresaltado y se vio en su lecho de flores, con los sirvientes abanicándole y los soldados haciendo guardia.
Volvió a quedarse dormido y a tener el mismo sueño, y nuevamente se despertó y comprobó que estaba confortablemente a salvo en su palacio.
Entonces comenzó un pensamiento a rondar insistentemente la cabeza de Janaka: mientras estaba dormido, el mundo de sus sueños le había parecido perfectamente real; y ahora que estaba despierto, le parecía igualmente real el mundo de los sentidos.
Quería saber cuál de aquellos dos mundos era el verdaderamente real...
Ninguno de los filósofos, sabios y videntes a los que consultó fue capaz de darle una respuesta. Y estuvo muchos años buscándola inútilmente, hasta que un día llamó a la puerta de su palacio un hombre llamado Ashtavakra, que significa totalmente deforme, o encorvado, y que precisamente llevaba ese nombre porque era así de nacimiento.
Al principio, el rey era un tanto reacio a tomarse en serio a aquel hombre: ¿Cómo puede un hombre tan deforme como tú poseer la sabiduría que les ha sido negada a mis videntes y a mis sabios?, le preguntó.
Desde mi más tierna infancia, le replicó Ashtavakra, se me han cerrado todos los caminos; por eso he seguido ávidamente la senda de la sabiduría.
Habla, pues, dijo el rey.
Y he aquí lo que dijo Ashtavakra: Oh rey, ni el estado de vigilia ni el estado de sueño son reales. Cuando estás despierto, el mundo de los sueños no existe; y cuando duermes, lo que no existe es el mundo de los sentidos. Por eso ninguno de ellos es real.
Pero, si tanto el estado de vigilia como el estado de sueño son irreales, entonces ¿qué es real?, preguntó el rey.
EL MUNDO REAL
Hay un estado además de esos dos. Descúbrelo. Es el único real.
Los que no han alcanzado la iluminación se consideran despiertos y, en su locura, llaman buenas a unas personas y malas a otras, alegres a unos acontecimientos y tristes a otros.
Los verdaderamente despiertos ya no están a merced de la vida y la muerte, del crecimiento y la decadencia, del éxito y el fracaso, de la pobreza y la riqueza, del honor y el deshonor. Para ellos, ni siquiera el hambre, la sed, el calor y el frío, que experimentan como algo transitorio en el río de la vida, duran indefinidamente. Han llegado a darse cuenta de que nunca es necesario cambiar lo que ven, sino tan solo la forma en que lo ven.
Y así llegan a asumir la cualidad del agua, que es suave y manejable y, a la vez, de una fuerza irresistible: que no se esfuerza y, sin embargo, beneficia a todos los seres. Gracias a su acción desinteresada, otros son transformados; gracias a su desprendimiento, el mundo entero prospera; gracias a su ausencia de codicia, otros no sufren daño alguno.
El agua es extraída del río para regar los campos. Al agua le da absolutamente lo mismo estar presente en el río o en los campos. Así es como los que han alcanzado la iluminación actúan y viven apacible e intensamente de acuerdo con su destino.
Son ellos los únicos que se convierten en los enemigos implacables de la sociedad, la cual odia la flexibilidad y ama la reglamentación, el orden y la rutina, la ortodoxia y la conformidad.