Pele es agradecido y humilde

Cuento zen con moraleja

El amor llena de humildad al el mundo. Incluso a Pelé orgulloso de su juego, sus argumentos, su talento, de repente, un día se encuentra con unos niños.

Imagen del cuento: Pele es agradecido y humilde

Cuento zen sobre ser agradecido y humilde

La diferencia entre ser humilde, ser tímido, y simplemente esconderse por miedo es inmensa. Pero la inconsciencia del hombre es tal, que ni siquiera es capaz de distinguir entre sus propios actos y sus respuestas a la realidad; por otra parte, la diferencia es tan clara que hasta hacer la pregunta carece de sentido.

Primero tienes que profundizar en la palabra humilde. Todas las religiones le han dado una connotación errónea: con humilde quieren decir justamente lo opuesto a egoísta; no es eso. Pero hasta lo opuesto exacto al ego sería todavía el ego, escondido detrás de diferentes máscaras. Se deja ver de vez en cuando en el que llaman hombre humilde: él se cree más humilde que nadie; y eso es ego. La humildad como lo demostró Pelé no conoce ese lenguaje.

Pelé siempre fue un ejemplo de disciplina y deportividad. El día que se despidió como jugador de la selección brasileña de futbol ante 100000 espectadores que abarrotaban el estadio de Maracaná fue un día de fiesta para toda la nación, pero también de tristeza. Se recordaban las palabras que, en un rasgo de humildad, decía a menudo: Sin la buena acogida que me ha dispensado el público, yo no sería nada. No puedo volverle nunca la espalda.

Pelé da lecciones de humildad pese a haber sido laureado y aclamado por ganar el Mundial de Suecia, a Pelé no se le subió la fama a la cabeza. Nada más al volver, al encontrar unos niños jugando al futbol en el campo donde solía salir a correr, pidió permiso para unirse y comenzó a jugar descalzo con ellos.

MORALEJA

Vuélvete más humilde. Mira tus limitaciones, mira tus fallos, mira tus errores, y sé humilde. Ese mismo ver te hará humilde. En esa humildad, la oración surge espontáneamente. ¡Una gran valentía nace de esa humildad! La humildad es fuerte, el ego es muy débil. Pensarás en esta paradoja; el ego solo aparenta ser fuerte. ¡Pero es débil! De hecho, el ego es el esfuerzo de la persona débil de protegerse a sí misma.

Entiendan que el amor llena de humildad a todo el mundo. Incluso a Pelé, tan orgulloso de su juego, sus argumentos, su talento, de repente, un día, se encuentra con unos niños y repentinamente, toda su grandeza desapareció, y comenzó a disfrutar sencillamente como los otros niños.

Pelé murió siendo un hombre profundamente humilde y agradecido. Q.E.P.D.