La iluminación espiritual

La confianza de Mark Twain

Cuento Zen (332)

En cierta ocasión, un joven escritor le confesaba a Mark Twain que estaba perdiendo la confianza en su capacidad para escribir y este le preguntaba:

¿No ha experimentado usted nunca esa sensación?

Sí, respondió Mark Twain. Una vez, después de llevar casi quince años escribiendo, de pronto me vino la idea de que no poseía el más mínimo talento de escritor.

¿Y qué hizo usted? ¿Dejó de escribir?

¿Cómo iba a hacerlo? ¡Para entonces ya era yo famoso!

MORALEJA

Jesús les dice a sus discípulos, «Mirad esos lirios del campo, no se afanan y aun así son tan bellos y están tan vivos que ni Salomón en toda su gloria fue tan hermoso».

La confianza es tan infinita, la confianza es tan absoluta que no hay necesidad de hacer nada. Dios va haciendo las cosas por ti. De hecho, aunque tú las hagas, Él las está haciendo, lo único que ocurre es que tú piensas que eres tú el que las haces.

Ten confianza en la vida y nunca te perderás nada. Pero esa confianza no puede venir con el adoctrinamiento, esa confianza no llega a través de la educación, de la prédica, del estudio, del pensar, esa confianza llega tan solo mediante el vivir la vida a través de sus opuestos, con todas sus contradicciones, con todas sus paradojas. Cuando, a pesar de las paradojas, llegas a un punto de equilibrio, surge la confianza. La confianza es un perfume del equilibrio, la fragancia del equilibrio.

Si realmente deseas llegar a la Verdad, abandona todas tus creencias. No te ayudarán. Una mente que cree es una mente estúpida. Una mente que confía es pura inteligencia. Una mente que cree es una mente mediocre. Una mente que confía se vuelve perfecta. La confianza la hace perfecta.

El confiar no contiene nada de duda; es simplemente estar vacío de dudas. La creencia crea división en ti. Una parte de tu mente cree y una parte de tu mente niega. La confianza es una unidad de tu ser, de tu totalidad.

La confianza abre los ojos, la confianza no tiene nada que perder, la confianza significa que aquello que es real, es real, que puedo poner mis deseos y anhelos a un lado, porque no hacen a la realidad diferente, solamente pueden distraer a la mente de la realidad.

Confianza es quizá la palabra más hermosa del lenguaje humano.

Y la confianza está tan cerca de la verdad que si es total y de corazón, entonces en este mismo momento tu confianza se convierte en una revelación, en una revolución.