Consejos Himalayas
La sabiduría tibetana de los monjes brinda la respuesta: buscamos la satisfacción con nosotros mismos para poder alcanzar ese placer con los demás.
RAQUEL ALDANA
Sabiduría tibetana
¿Qué buscamos en el mundo? ¿Salud, paz, dinero, amor? La sabiduría tibetana de los monjes nos brinda la respuesta: buscamos la satisfacción con nosotros mismos para poder alcanzar ese placer con los demás.
El budismo tibetano se desarrolló en los Himalayas, extendiéndose y siendo de gran importancia en zonas como el norte de India, Nepal y Bután. Así es que, los sabios tibetanos nos dan unos consejos para tener una vida más feliz y plena. A continuación os mostramos los consejos que la sabiduría tibetana nos enseña que debemos introducir en nuestra vida.
Hoy he tenido suerte, he despertado y estoy vivo.
Tengo esta vida valiosa y no la desperdiciaré.
-Dalai Lama-
Los consejos que nos da la sabiduría tibetana
Los monjes tibetanos siempre han sido muy sabios, por eso hoy recogemos y presentamos estos 31 consejos con los que la sabiduría tibetana pretende ilustrarnos:
- Habla lento, pero piensa rápido.
- No juzgues a las personas por su familia.
- Cuando digas Te amo, dilo de verdad, con el corazón y sin que sea inercia.
- Cuando digas Lo siento, hazlo mirando a los ojos de tu interlocutor. Un perdón hace falta que se sienta.
- Nunca te rías de los sueños de otras personas ni los desanimes a perseguirlos.
- Dale a la gente más de lo que esperan de ti y hazlo con gusto.
- Ten siempre en mente tu poema favorito o una frase que te lo diga todo.
- No te creas todo lo que escuchas, ni gastes todo lo que tienes, duerme como si no hubiera mañana.
- Los grandes amores y los grandes logros requieren siempre grandes riesgos.
- Cuando pierdas, intenta aprender la lección.
- Respétate a ti mismo, respeta a los demás y asume la responsabilidad de todas tus acciones.
- No permitas que una pequeña disputa arruine una gran amistad.
- Cuando sabes que cometiste un error no trates de ocultarlo. Por el contrario, afróntalo e intenta encontrar una solución rápida.
- Pasa cada día por lo menos unos minutos a solas reflexionando tus actos.
- Debes permanecer abierto a los cambios, pero nunca dejes de lado tus valores.
- A veces el silencio es la mejor respuesta.
- Lee más libros.
- Confía en los hombres, pero cierra siempre tu puerta con llave.
- Cuando estés en desacuerdo con tus seres queridos no remuevas hechos pasados.
- Lee entre líneas a las personas.
- Comparte todo con los niños, en especial tus conocimientos. Esta es la única forma de alcanzar la inmortalidad.
- Se amable con la tierra. Ella te da cada día todo lo que necesitas.
- Nunca interrumpas a los demás cuando estén elogiando.
- No te entrometas en asuntos ajenos y no des consejos en vano.
- No confíes en alguien que besa sin cerrar los ojos.
- Visita, al menos una vez al año, algún lugar en el que nunca hayas estado.
- Si ganas más dinero de lo que necesitas, usa un poco para ayudar a los demás.
- Recuerda siempre que no todos los deseos pueden hacerse realidad.
- Respeta a tus mayores, ellos ya pasaron por donde tú tienes que cruzar ahora.
- Juzga tu éxito por lo que has tenido que sacrificar para lograrlo.
- Tu yo es el punto final de tu viaje, es decir, alcanzar un profundo conocimiento sobre tu interior.
Nuestra búsqueda interior
Ya dijo Gabriel García Márquez que la sabiduría nos llega demasiado tarde… Yo creo que nos llega temprano en nuestra vida pero que no sabemos acceder a ella. Nos pasamos media vida intentado alcanzar respuestas para todo y conseguir todo lo que deseamos basándonos en experiencias ajenas, en lo que se debe hacer o fijándonos en los demás.
Si estos consejos de la sabiduría tibetana los llevásemos a la práctica, si dirigiésemos nuestras acciones conforme a estos valores, alcanzaríamos una tranquilidad interior que facilitaría en gran parte nuestra vida. Vivimos en un mundo que no da cabida a la espiritualidad y a cultivarnos a nosotros mismos, por lo que es sumamente importante explorar.
La sabiduría tibetana así nos lo explica: sé selectivo en tus batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.
Parece que no tenemos tiempo para dedicárnoslo a nosotros mismos, debido a las obligaciones y responsabilidades de las que disponemos. A veces no es que no tengamos tiempo, es que tenemos miedo de encontrar algo que no nos gusta dentro de nosotros. Pero ahí reside nuestra gran riqueza. Buscar dentro de nosotros es difícil pero merece la pena.