Carta a una Madre desde el útero
Quiero decirte que cuando yo salga de tu útero, lo único que deseo es estar pegadito a ti todo el tiempo que sigas siendo mi mundo como lo eres ahora.
MIRIAM AL ADIB MENDIRINI
CARTA A MAMÁ
Desde el útero materno.
Antes de comenzar la carta vamos a situarnos un poco sobre los últimos avances en epigenética.
La epigenética es la ciencia que demuestra que los genes no son estructuras que permanecen siempre igual, sino que van cambiando y modulándose según el entorno.
Los genes tienen la información de todas las proteínas que se codifican en nuestro cuerpo: neurotransmisores, hormonas, receptores, enzimas, etc. pero ahora también sabemos que los genes sufren cambios según el ambiente que nos rodea: dieta, hábitos alimenticios, hábitos de comportamiento, creencias....
No se trata de cambios en la secuencia del ADN, sino que se trata de unas marcas químicas que hacen que unos genes se expresen y otros se silencien.
Estas marcas químicas se van produciendo a lo largo de toda nuestra vida. Ya desde que estamos en el útero materno comienzan a producirse estos cambios. En el útero, existe un lenguaje entre la madre y el bebé, de manera que la madre, en función de sus hábitos, dieta, emociones, etc. comienza a encender y apagar los genes del futuro bebé.
Estas marcas pueden permanecer hasta la vida adulta, y no solo eso, sino que también pueden transmitirse a la siguiente generación. A la epigenética durante la vida intrauterina le llamamos programación fetal.
Un reciente estudio realizado por la Fundación IVI, ha demostrado que los cambios epigenéticos que se dan en un embrión comienzan incluso antes de que anide en el endometrio, independientemente de que se trate de un embrión con óvulo de donante, es decir, la madre que tiene en su útero al bebé es la que orquesta los cambios que se van a producir en los genes de su criatura. Por eso, aunque el genoma de ese óvulo sea de donante, el epigenoma (las marcas químicas en el ADN) lo aporta la madre gestante. Por eso no es de extrañar que muchos hijos compartan parecidos con sus madres aunque la gestación se haya producido con óvulo de donante. Más información vía agenciasinc.es.
No solamente existe una intensa actividad epigenética durante el embarazo, sino también en el parto y en la crianza. Numerosos estudios vinculan no solamente en embarazo, sino también el tipo de parto, la lactancia materna y la crianza con cambios en los genes de los bebés. Importante entender que los cambios epigenéticos se dan a lo largo de toda la vida, por eso, no se trata de culpar a las madres de si el embarazo o el parto no fue como se esperaba, siempre podemos reparar si algo no salió todo lo bien que hubiésemos deseado. Además, cuando somos adultos y conscientes, podemos ser más dueños de nuestros genes de lo que pensábamos.
Durante el embarazo, la madre modula el epigenoma del bebé, y por otro lado, el bebé envía células madre pluripotenciales (células que pueden diferenciarse a cualquier tipo de célula) a los tejidos de su madre. De modo que la madre tendrá células en distintos órganos de su cuerpo (cerebro, corazón, riñones, etc.) que son de su hijo, y podrán permanecer el resto de su vida. Este fenómeno, todavía poco conocido, se llama microquimerismo fetal.
Hasta aquí he intentado explicar de forma sencilla qué sabemos a nivel científico sobre esta comunicación especial que se da entre la madre y su bebé. Ahora, con mi imaginación, he pensado qué podría decir un bebé cualquiera a su madre, antes de nacer, ahí va:
CARTA A MAMÁ DESDE EL ÚTERO
Querida mamá...
Esa paz que respiras cuando te quedas embelesada acariciando esas montañitas que formo en tu barriga, esa felicidad que tienes en esos momentos cuando estás pensándome, visualizándome... es algo maravilloso que no te puedo explicar, pero lo siento en todo mi cuerpo y lo guardo como un tesoro en mis células. No sé donde termina mi cuerpo y dónde empieza el tuyo. Sé que me amas, que quieres lo mejor para mi, sé que a veces tienes miedo de que algo no vaya bien en algún momento, que no salga todo como esperabas, pero ¿sabes? tú eres la mejor madre que yo pueda tener, pase lo que pase quiero que siempre recuerdes los momentos de paz que tienes cuando me piensas y nos vinculamos.
No te sientas culpable por nada, sigue tu instinto, no hagas caso a los miles de consejos que te dan por ahí sin tú ni siquiera pedirlos. Me da igual que me compres un carrito de última moda o que me pintes la habitación de colores, me da igual lo que te recomiende la vecina del quinto o lo que digan los manuales para criar niños, quiero decirte que cuando yo salga de tu útero, lo único que deseo es estar pegadito a tí todo el tiempo, que sigas siendo mi mundo como lo eres ahora, que me acaricies, me abraces, me hables bajito y me cantes, dormirme sintiendo tu calor y el ritmo de tu respiración, igual que lo siento ahora dentro de ti, pero sobre todo quiero que estés feliz disfrutando de nuestro vínculo.
No te entristezcas con los discursos de gente que te etiqueta como buena o mala madre, eres MI MADRE, esa gente no se ha enterado que mi mundo eres tú. Si no puedes tener el parto que deseabas tener, si por cualquier circunstancia no puedes darme el pecho, si algo se complica, si a veces todo se te hace cuesta arriba, si crees que en algo has metido la pata... pase lo que pase siempre te querré. No quiero que sufras nunca culpándote por cosas que crees podrías haber hecho mejor, estaré dispuesto a seguir recibiendo todo tu amor como siempre, no necesito una madre abnegada, sino una madre feliz, para que gocemos juntos de cada minuto de nuestra preciosa historia.
A veces lloraré porque no podré expresarme de otra forma cuando necesite algo, a veces no sabrás qué me pasa, pero cuando me ponga muy nervioso no dejes que los demás se metan en nuestras vidas, ni que te digan lo que tienes que hacer conmigo, porque tú vas a saber mejor que nadie lo que es mejor para mi, tienes una sabiduría escrita en tu cuerpo, síguela, si te agobian los demás diles que te dejen tranquila. Si lo crees conveniente quédate a solas conmigo o con quien tú desees que esté con nosotros, tú y yo, tranquilitos, nada me calmará más que eso, disfrutaré de tus caricias, de tu piel, de tu voz suave, de que sigas sintiéndome como lo haces ahora cuando te embelesas tocándome a través de tu tripa.
Da igual que el embarazo sea fruto de reproducción asistida, incluso si el óvulo es de de alguien que te lo ha donado, eso no me importa nada, nos comunicamos igual, tú eres la que orquestas, organizas y moldeas la información que tengo en mis genes, y mis células también te hablan, muchas quedarán por siempre impregnadas en tu cuerpo. Cambiará tu cuerpo, tu cerebro, tu forma de ver el mundo, aunque habrá quienes no te entiendan, no dejes que los demás te digan cómo tienes que sentir o cómo cuidarme, ya lo sabemos nosotros, porque ya tenemos nuestra comunicación única y especial.
No permitas que te engañen, que te arrebaten tu instinto, tu intuición o como queramos llamar a esta sabiduría que está escrita en lo más profundo de nuestros cuerpos desde tiempos inmemoriales, no tengas miedo a nada mamá, sabrás adueñarte de cada uno de nuestros momentos, sabrás hacerlo mejor que nadie. Más allá de todo cuanto pueda suceder, cuando no hay miedo, el amor fluye, nuestros cuerpos ya lo saben, saben que nada es tan poderoso ni tan grande como el amor.
Te quiero mamá.
Tu hijo, desde tu útero.