La caridad de las religiones alivia a los pobres pero el alivio no es caridad, no es amor. Para un mundo sin pobreza la codicia tiene que desaparecer.
Cada día 40.000 niños mueren de hambre en el mundo. Alimentamos con cereales los animales para hacer carne, estamos comiendo la carne de estos niños.
Del Sermón de la Montaña, al referirse Jesús de Nazaret a los pobres, aclara que todos los pobres y bienaventurados son los que no desean ser ricos.
Sabían que el Vaticano posee la cantidad de dinero suficiente para acabar la pobreza mundial dos veces. Segundo tesoro en oro más grande del mundo.