Mis amigos. Pues, viéndolos locos y santos, tontos y serios, niños y viejos, nunca me olvidaré que normalidad es una ilusión imbécil y estéril.
Es rápido mudar el cuerpo que instalar el alma. Ella necesita tiempo, silencio, necesita entrar en cada rincón, reconocerlo, instalar su energía.