La contemplación es la prerrogativa del niño, que con tanta frecuencia se asombra. Por eso se encuentra tan a sus anchas en el Reino de los Cielos.
Si miras un árbol y ves un árbol, no has visto realmente el árbol. Si miras un árbol y ves un milagro, entonces, por fin, has visto un árbol.
Sentimientos de autobombo y vanagloria, no son naturales. Se programan en la sociedad y la cultura, para controlarte.
Sentimientos que proporcionan sustento y felicidad. Se generan si amas la naturaleza de todas las cosas, si son las que nacen del alma.
Experimenta la realidad, ve hasta tus sentidos. Eso te traerá hacia el aquí y el ahora. Eso te traerá a la experiencia. Es en el ahora donde se encuentra el Reino del Amor.
El día en que cambies, cambiarán todas las personas para ti, y cambiará tu presente. Entonces vivirás en el ahora, vivirás en el mundo, vivirás en el reino del amor.
Convertimos lo que llamamos amor en egoísmo refinado que utilizamos para darnos placer, o para evitar desagravios, culpabilidad, o miedo al rechazo.
El egoísmo exige que el otro haga lo que tú quieras. El dejar que cada uno haga lo que quiera es amor. En el amor no puede haber exigencias ni chantajes.
Acepta a cada persona tal y como es, perdónala sin dejar de ser tú mismo y sobre todo perdónate. Todo perdón empieza contigo mismo.
El perdón es un acto totalmente consciente, debes entender que tú te lo mereces, no la persona que te dañó de alguna manera.
ANTHONY DE MELLO
CUENTOS REEDITADOS DE ANTHONY DE MELLO