La iluminación espiritual

Tiempo de caza

PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Tiempo de caza; Patrocinio Navarro

EL NEGOCIO ES EL NEGOCIO

A pesar de los siglos y de vivir en una civilización supuestamente avanzada, se sigue cazando en todas partes. Y no solo caza la gente inculta, la gente sin principio alguno, sino los ricos y cultos -pero igual de primitivos que los otros- que aprovechan de paso para cerrar negocios entre el olor de la sangre de los animales que acaban de matar. Ay, la civilización.

Los gobiernos consideran deportistas a los cazadores y les permiten llevar armas para matar a los inocentes animales, pero no para sobrevivir, sino para que se diviertan. Y es costumbre que los cazadores no se coman a sus víctimas. Con calendarios precisos, acechan los ritmos biológicos de las especies que pretenden cazar, y cuando alcanzan el tamaño que consideran adecuado, salen a matar mostrando así el más absoluto desprecio por el mundo animal.

BUSINESS TO BUSINESS

Que los gobiernos autoricen salir a matar a quienes consideran que deben morir para defender lo que ellos consideran que deben defender, es algo cotidiano, pues las guerras de hombres contra hombres no cesan: hoy aquí, mañana allí. El proceso es muy simple y paralelo al de la caza. Fabricantes de armas trabajan a pleno rendimiento, y cuando la producción ha alcanzado el tamaño adecuado, instan a los gobiernos a crearse enemigos para salir a matar, porque en el negocio de la guerra y de la caza no puede haber stocks de armamento por mucho tiempo: hay que dar salida a la producción. Y llegado el momento, los gobiernos hablan de patriotismo y legalizan los crímenes de las guerras igual que legalizan los crímenes de los cazadores. El negocio es el negocio.

LOS TIEMPOS DE MATAR

Igual que las guerras se suelen decretar en el buen tiempo, los cazadores también tienen sus fechas para salir en busca de sus víctimas, según el clima de cada país. En España, por ejemplo, se comienza el 12 de octubre. A partir de esa fecha se acabó la tranquilidad los fines de semana. Los bosques y campos se pueblan de cazadores, perros, disparos y ladridos que no solo ponen el peligro a los animales, sino a familias enteras que deciden darse un paseo aprovechando el fin de semana. Para los gobernantes, el derecho a divertirse de la gente normal es menos importante que el derecho a divertirse de los cazadores, y por ello estos tienen prioridad. Mas, ay, la muerte como diversión o como negocio es algo que tiene consecuencias dramáticas para el autor, como veremos enseguida.

QUIEN SIEMBRA VIENTOS...

En el libro Esta es Mi Palabra (1) Cristo nos dice lo siguiente: En verdad os digo que la vida es el aliento de Dios. Ya sea hombre, ya sea animal, todos son animados por una fuerza, por Dios.

Dios es vida, y vida es aliento. Quien le robe intencionadamente el aliento a su prójimo matándolo, caerá en la muerte espiritual. En el reino de las almas será un extraño, pues no conoce su propia consciencia, y por lo tanto no sabe ni está vivo o muerto. Con solo que el hombre permita voluntariamente y a sabiendas que se atormente, desprecie o maltrate a hombres y animales, le sucederá algo igual o parecido.

Por tanto, lo que el hombre hace a su prójimo o a su prójimo de la naturaleza- es decir, a animales, plantas y piedras-, Me lo está haciendo a Mí_ y con ello a sí mismo.

Comprended: también las piedras son fuerzas de creación de Dios, y también a ellas habría que dispensarles respeto.

La siembra del hombre será, por tanto, su cosecha.

¿Cabe mayor claridad?

NOTAS

( 1 ) Esta es Mi palabra (págs. 447-48)


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