La ilusión cósmica Maya

Al alma que ha entrado en la encarnación, el cuerpo es una simple vestidura. Debido a la ilusión de la materia nos identificamos con nuestros cuerpos.

ALEJANDRA PLAZA

MAYA O ILUSIÓN CÓSMICA

El concepto de Maya ha sido interpretado, como Ilusión.

Maya es un antiguo concepto de los Vedas, conocido por los antiguos sabios de la India, establece que el mundo material que percibimos a través de nuestro cinco sentidos, que nos parece tan sólido, tan ineludible, y con una existencia real, tan independiente y completamente separada de nosotros, no es sino el reflejo, la proyección cuántica en un universo de energía, de nuestro propio pensamiento, de nuestra percepción.

El concepto de Maya ha sido interpretado, como Ilusión. Pero no es que el mundo que vemos sea exactamente una ilusión, en términos de irrealidad. El mundo que vemos será completamente real mientras creamos en él y en su existencia, aunque es una fabricación de nuestra propia mente. Aquello en lo que ponemos nuestra creencia, aquello en lo que ponemos nuestra fe, es nuestro mundo, con absoluta realidad para nosotros.

El concepto de Maya es una verdad ratificada por la ciencia moderna, especialmente por la física cuántica. Lo que la física cuántica ha encontrado y asombrosamente demostrado, es que la realidad de la materia es no materia. Que cuando van a buscar la última partícula, la última pieza, el último ladrillo componente de la materia, lo único que encuentran es vacío. Lo único que encuentran es un mar infinito e indefinible de energía, un campo unificado de energía, un campo de infinitas posibilidades, donde todo está interconectado, independientemente de la distancia, donde rigen unas leyes diferentes a las experimentadas en el mundo material, y donde la energía responde a la mente y a las emociones humanas. De esta forma, la ciencia, corrobora el antiguo concepto de Maya y demuestra el gran poder creativo del pensamiento humano, que no es otro que el Poder del Espíritu, del Universo, de Dios en nosotros.

Este poder podemos utilizarlo desde la creencia de la mente dormida y separada de todo lo que la rodea, desde la identificación con el ego, la entidad inconsciente y automatizada que ha dominado la mente humana durante milenos, o desde la Mente Superior, la conexión con el Ser que realmente somos, el Poder de Dios en nosotros.

Todo el trabajo de los grandes maestros rishis ha sido el trascender esa mente pequeña, el ego a través del corazón para acceder al poder de Cristo en nosotros (Cristo = El ungido, por el Espíritu).

El ego, la mente ordinaria, unida al miedo, a las emociones, a la individualidad, da origen a un mundo de muerte, de enfermedad, de sufrimiento y de guerra. El mundo del tiempo, donde la mente humana ha estado atrapada por milenios. La mente dormida, encerrada en la habitación del sótano de un gran palacio con múltiple moradas, y olvidada de su propia identidad. Es la prisión de la mente, descrita perfectamente en una de las principales interpretaciones de los últimos años en el mundo del cine, la película MATRIX.

El ego es una entidad que se ha ido formando en la mente humana, llegando a tomar autonomía propia y esclavizando a la persona por las creencias que sostiene. De esta forma, el ser humano en general, ha estado utilizando todo el poder cuántico del universo, desde esa visión restringida de sí mismo y de lo que le rodea.

Desde el otro lado, la mente que se ha sanado a sí misma, la mente que ha logrado dejar atrás el ego y ha conectado con el Ser Superior, la mente que se ha entregado y rendido al poder del Espíritu, el mundo al que se da origen es un mundo ligado al Verdadero Poder: el poder de Dios en nosotros. Este poder es un poder ligado al amor, a la unión con todo, a la intemporalidad, a la verdadera creación, a la Dicha. Es lo que el Yoga ha denominado siempre como la Realización (hacer realidad) de Dios en nosotros y ha ligado siempre al concepto de Ananda (dicha), Sat Chit Ananda सच्चितानन्द (existencia absoluta, conocimiento absoluto y dicha absoluta).

Ese es el trabajo de la Iluminación o el Despertar, donde la humanidad se encuentra ahora ineludiblemente.

La búsqueda de la felicidad por medio de toda clase de objetos en los mundos manifestados visibles e invisibles, en los cuales todos estamos involucrados, no es nada más que la mónada (el espíritu, alma) que está buscando a Ananda a través de las cosas externas debido a la ilusión o Maya en la que está inmersa.

LA MANIFESTACIÓN DE LA MATERIA

Hablando científicamente, la materia es una ilusión.

La física enseña que los átomos no son materia ni sustancia, sino que son formados a través de las vibraciones de ciertas fuerzas. Las moléculas, por otra parte, están formadas por átomos, y la materia está compuesta por moléculas. Hablando científicamente, la materia es una ilusión. La manera en que la materia se presenta a nuestros sentidos y mente no es realmente tal cual es. La materia existe en una variedad de capas y se compone de una red de corrientes etéreas. Nuestro cuerpo, se compone también de diversas capas de hilos-energía entretejidos, como los hilos de algodón de diferentes consistencias y colores.

¡Aunque hay diversos planos de la existencia, hay esencialmente solo una existencia! Cuando la existencia es reflejada en la creación, ésta aparece en muchas formas. Al hacerse la materia más densa, el reflejo cambia como un cristal de color que se vuelve más y más denso. El principio que permite el reflejo es la materia-raíz, la que se genera desde el fondo de la existencia. Ésta también es llamada la madre impenetrable o Durga en el Oriente. Ésta es el umbral que permanece entre la verdad de la existencia y la ilusión de la individualidad. Un velo multicolor cubre a la Madre, llamado (Maya) ilusión. Maya es la causa de todas las formas de ilusión que encontramos. Desde el primer reflejo progresivo, predomina la ilusión. Debido a esto, de forma natural el alma está ligada a la ilusión. Como alma individual, cada uno de nosotros se está reflejando en Buddhi. Entonces, continuamos siendo reflejados en la mente, los cinco sentidos, y las cinco etapas de la materia. Lo que vemos en el plano físico que es la séptima reflexión.

Por lo tanto, la ilusión ocurre en los siete planos de la creación. No deberíamos pensar que no hay ilusión más allá del plano mental. La ilusión existe incluso en el plano Búdico, así como en los planos planetario, solar, y cósmico. La ilusión más grande de todas es que cada uno de nosotros siente: Yo existo como una existencia separada. En verdad, solo existe ÉSO. ÉSO existe como YO SOY. Un MAESTRO de la sabiduría se identifica con ESO. Tan pronto como se convierte en YO SOY, recuerda rápidamente ESO YO SOY, Sino, él también caerá víctima de las ilusiones.

De igual manera que el reflejo de la luna en el agua nos revela que hay una luna original, el reflejo de YO SOY nos demuestra que hay un YO SOY original, el alma única y omnipresente. Todas las distorsiones que vemos en el espejo no ocurren en nuestra cara. Cuando alguien lanza una piedra al espejo y nuestra imagen se rompe en pedazos, no nos destruye. No necesitamos preocuparnos cuando algo ocurre en nuestro reflejo; el alma no será destruida. Esta comprensión es de gran importancia, porque solo quienes lo entiendan podrán ser depositarios de la sabiduría espiritual, la cual otorga libertad. De otra forma, las llaves de la sabiduría no les son accesibles.

LA UNIDAD

Unidad, separación e individualidad.

Las enseñanzas provenientes de las escrituras sagradas explican que en el principio de la creación, la individualización/separación era muy difícil. Las inteligencias creativas no querían separarse del origen de la unidad e implicarse en el juego de la ilusión. No obstante, la creación exige el desarrollo de diversas capas de ilusión hasta la manifestación de la individualidad. La ilusión es una parte del plan de evolución humana. Es necesaria, de cierta manera, para alcanzar orden en la creación.

Enseñamos individualidad y diversidad a nuestros niños y les mostramos sus formas y nombres. Esto es correcto y verdadero mientras permanezcamos en conocimiento. Si no lo logramos, perdemos contacto con el todo. Entonces formamos nuestras propias imágenes de qué es correcto o incorrecto y nos limitamos; así, nos perdemos en millones de pensamientos y conceptos. Cuando las ilusiones se han cristalizado, el Plan permite la vuelta a la unidad. Para volver a La Fuente, debemos superar la ilusión. Esta es la razón por la cual trabajamos en la recuperación de la identidad de nuestra alma.

LA ILUSÓN

El Juego de la ilusión.

Como almas que han entrado en la encarnación, nos hemos puesto los cuerpos como una simple vestidura. Debido a la ilusión de la materia, nos identificamos con nuestros cuerpos. Tomamos el no-ser, el cuerpo, por el Ser. A consecuencia de la falsa identificación con lo que muere, sufrimos con la muerte del cuerpo. La verdad es que nosotros no nacimos, por lo tanto nunca moriremos. Todos los miedos, que son generados por el concepto de aparición y desaparición, son resultado de la ignorancia.

Cuando nos reconocemos como seres de la luz, experimentamos que la muerte es una ilusión. Superar la ilusión de la muerte y del nacimiento requiere de mucho trabajo interior, de práctica, un proceso profundo de sanación y elevación de la conciencia, de conocimiento y sabiduría. A través del yoga, procuramos mantener las formas sutiles en las cuales continuamos existiendo.

Cuando un maestro de sabiduría adquiere un cuerpo, no se identifica con el cuerpo sino que lo usa para sus propósitos. Tan pronto como cumple el propósito, él se va de nuevo. Para los iniciados, vivir en un cuerpo viene con grandes limitaciones. Es un gran sacrificio de su parte para ayudar a otras almas en su sendero.

Para nosotros, el mundo físico parece perfectamente real: una pared es una pared y sabemos demasiado bien que no podemos caminar a través de ella. No obstante, estas normas cambian con el incremento de la conciencia, y cuando un vidente mira a través de una pared, todo lo que ve es espacio. La pared no existe para él. De esa manera, los maestros han demostrado cómo se mueven a través de las paredes y el espacio. Lo que parece normalmente imposible es bien factible para alguien que funciona en un nivel superior de conciencia.

Nos aferramos a nuestras imaginaciones y, al hacerlo, creamos obstáculos. La idea de la propiedad y de lo mío es una de las peores ilusiones. Algunos piensan que tienen derechos sobre su esposa, sus hijos, o sus amigos; y viceversa. No hay nada malo con una familia así, pero nuestras ideas acerca de esto se pueden convertir en obstáculos serios. Lo mismo aplica a nuestra relación con el trabajo y el dinero. No poseemos nada. Podemos tener una familia sin el sentido de posesión. Todo lo que nos rodea está allí para agradarnos de modo que podamos jugar un juego conforme a las reglas. Si no prestamos atención a las reglas, caemos en una ilusión profunda. Todo es un juego de roles, pero cuando olvidamos que solo desempeñamos un papel, el espectáculo se convierte en una realidad amarga. La creación fue creada para generar alegría. La alegría se mantiene mientras no nos dejemos atrapar por cosas mundanas. Así, debemos vivir con las cosas, pero no ser parte de ellas.

Las cosas vienen, solo para irse otra vez. Ellas no tienen el poder para satisfacernos verdaderamente. Debemos recordar: Estoy en el mundo, pero no soy del mundo. Mientras el mundo tenga importancia para nosotros y nos aferremos a las ilusiones, no podemos girar hacia la trayectoria espiritual. En el sendero, cumplimos con nuestros deberes, pero no desarrollamos un interés permanente. Cuando aceptamos la responsabilidad y hacemos el trabajo voluntariamente, la naturaleza inferior pierde su fuerza sobre nuestras almas de una manera lenta pero constante.

No obstante, no debemos rechazar la ilusión, ni siquiera debemos intentar combatirla, incluso cuando nos perdamos en ella. Los grandes videntes hablan de esos acontecimientos en sus vidas a través de los cuales han caído en la ilusión y dan como enseñanzas importantes. Aclaran los puntos donde lucharon para mostrar a quienes los siguen cómo evitar peligros en el camino de manera segura. También nos indican cómo, cuando el alma se centra en el Uno – la Super-Alma, todo alrededor de nosotros es revelado en su divinidad.