La iluminación espiritual

Frases Pema Chodron

Citas Pema Chodron


Si se aprende a abrir el corazón, se elige lo que el otro tiene para dar y no se da prioridad a lo que no gusta, no satisface o se preferiría que fuera distinto.

La agresión mas fundamental, el peor daño que podemos hacer nos hace a nosotros mismos es permanecer ignorantes porque no tenemos el valor y el respeto para mirarnos con honestidad y bondad.

Comenzar un viaje espiritual es como entrar en un barco muy pequeño y salir al mundo en busca de tierras inexploradas. Con la practica viene la inspiración, pero tarde o temprano también encontraremos miedo.

La paciencia posee una enorme honestidad. Cuando se practica la paciencia no se contraer la cólera, sino que uno se sienta directamente sobre ella.

Nada desaparece sin antes habernos enseñado lo que necesitamos saber.

Hay tres venenos primordiales: la pasión, la agresión y la ignorancia.

Si se aprende a abrir el corazón, todos, incluso las personas que nos vuelven locos, pueden ser nuestros maestros.

Si se aprende a abrir el corazón, se busca comprender antes de acordar, se deja de adelantar conclusiones, se valida lo que el otro ofrece para dar y se construyen relaciones congruentes, el camino del aprendizaje aparece claro.

Tenemos que dar lo mejor de nosotros y al mismo tiempo renunciar a toda esperanza de resultados.

La practica de la meditación no se trata de intentar mirar hacia otro lugar para convertirse en algo mejor. Se trata de hacerse amigo de lo que ya somos.

Si se aprende a abrir el corazón, se bajan las etiquetas, se deja de juzgar, y fundamentalmente, no se intenta cambiar a los demás y se los libera a ser quienes están siendo.

La verdad en la que crees y te aferras te hace incapaz de escuchar algo nuevo.

Las personas que nos resultan repelentes nos muestran sin desearlo los aspectos inaceptables de nosotros mismos, que de otro modo no podríamos ver.

El miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad, pero es la mejor alerta que te puede volver consciente de que la verdad esta rondando en tu vida.

El odio nunca cesa con el odio, tan solo desaparece con el amor. esa es una ley antigua y eterna.

Solo podemos reconocer lo que estamos sintiendo si nos hallamos en un espacio abierto y libre de juicios.

Si se aprende a abrir el corazón, se pide lo que se necesita, se trabaja las relaciones desde el 50 por ciento y se deja que los demás elijan la forma de aparecer.

El sufrimiento empieza a disolverse cuando cuestionamos la creencia o la esperanza de que hay algún lugar donde ocultarse.

La paciencia ve las cosas de manera que todo sea una alegría para usted.

Solo en la medida en que nos acontece la aniquilación una y otra vez podemos hallar en nosotros aquello que es indestructible.

Si se aprende a abrir el corazón, aparece el Maestro.

Solo en la medida en que nos exponemos a la aniquilación una y otra vez podemos hallar en nosotros aquello que es indestructible.

El miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad.

La verdadera compasión no consiste en desear ayudar a aquellos que son menos afortunados que nosotros, sino en darnos cuenta de nuestro parentesco con todos los seres.

Así que considérese afortunado la próxima vez que encuentre miedo, porque ahí es donde entra el valor.

La compasión hacia los demás comienza con la bondad hacia nosotros mismos.

Nada desaparece sin darnos lo que necesitamos saber.

Cuando nos protegemos del sufrimiento, pensamos que estamos siendo amables con nosotros mismos. La verdad es que nos asustamos, nos endurecemos y alienamos mas.

Nunca deberías tener expectativas con respecto a los demás. Simplemente se bondadoso con ellos.

Nuestra incomodidad surge de todo nuestro esfuerzo por poner tierra bajo nuestros pies, para realizar nuestro sueño de estar constantemente bien.

La esencia de la valentía es estar aquí y ahora sin auto-engaño.

Lo que haces por tu persona, también lo haces por los demás, y lo que haces por los demás, lo haces por ti.

Honestidad, sin amabilidad, humor y buena voluntad, puede ser simplemente mezquino.

La agresividad es así: si hablas se te nota. El problema ya no es lo que se diga, sino que estas sentado sobre un polvorín y transmites esa vibración.

Si aprendemos a abrir nuestros corazones, cualquiera, incluso aquellos que nos vuelven locos, puede ser nuestro maestro.

La agresión mas fundamental hacia nosotros, el daño mas importante que podemos hacernos a nosotros mismos, es permanecer en la ignorancia por no tener el valor y el respeto de mirar con honestidad y con cuidado.

La paciencia es la marca del verdadero amor. Si realmente amas a alguien, serás mas paciente con esa persona.

Nos aferramos a la esperanza, y la esperanza nos roba el momento presente.

La peor agresión a nosotros mismos, la peor de todas, es permanecer ignorante por no tener el valor y el respeto tratarnos a nosotros mismos con honestidad y ternura.

Siendo bondadosos con nosotros mismos nos hacemos buenos con los demás. Siendo buenos con los demás —si lo hacemos adecuadamente, con la comprensión correcta— nosotros también nos beneficiamos.

Cultivar una mente ecuánime, que no se aferra a tener razón ni a estar equivocada, te llevara a un estado de ser presidido por la frescura. La cesación ultima del sufrimiento procede de ese estado.

¿Estas experimentando inquietud? Quédate. ¿Tienes miedo y el odio esta fuera de control? Quédate. ¿Te duelen las rodillas y te duele la espalda? Quédate. ¿Que hay para almorzar? Quédate. No puedo quedarme ni un minuto mas. Quédate.

No nos sentamos en meditación para convertirnos en buenos meditadores, sino para estar mas despiertos en nuestra vida cotidiana.

Cuando nos aferramos agresivamente a nuestras propias opiniones, por muy valida que sea nuestra causa, simplemente estamos añadiendo mas agresión y violencia a nuestro planeta, y por tanto aumentando su dolor. Cultivar la no agresión es cultivar la paz.

Si se aprende a abrir el corazón, se reconoce que no hay mejor modo de recorrer el aprendizaje que en compañía.

Eres el cielo. Todo lo demás es justo el tiempo.

Si se aprende a abrir el corazón, se permite reconocer al otro como maestro y darle autoridad, espacio y tiempo para que enseñe, lo haga dándose cuenta o solo sirva como modelo.

Cuando vivimos una gran decepción, no sabemos si ahí se acaba la historia; también podría ser el principio de una gran aventura.

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